El Arte de Destruirlo Todo

7° Parte - Importante transición

Resumen: Jin Guangyao ha aprendido finalmente a convivir con Nie Mingjue, ¿Lan Xichen podrá hacerlo con Jiang Cheng?

Notas: Holaaaa, cómo están gente bonita. Vengo con una nueva actualización de Arte. Generalmente no subo los capis los domingos, si no los lunes en la tarde cuando tengo mi almuerzo en el trabajo. Pero he aprovechado que escribí los capis rápido con bastante inspiración.

Creo, tengo la vaga sensación, de que esto sólo va a durar un capítulo más y no los diez que tenía predispuesto. Pero vamos a ver.

Advertencia: porno NieYao de bodas. Mi hermana lo deseaba con fuerza, así que la complací. Espero que les agrade ;u; ¡Ojalá te guste, Zahaki!

¡Disfruten!

El Arte de Destruirlo Todo

Importante transición

Para cuando Jin Guangyao abrió los ojos, el tercer período se alzaba sobre los cielos.

Envuelto en una extraña calidez: calidez íntima que le arropaba hasta el punto del sopor y adormecimiento. Para Jin Guangyao, sería ideal el volver a retomar el sueño, pero algo lo tenía despierto, en estado de alerta. Ahí, de costado, con la oscuridad embargando su morada privada y unos brazos protectoramente afianzados a su abultado abdomen, Jin Guangyao planeó.

Con cuidado, viró un poco su cabeza hacia atrás para intentar ver el caliente torso que tenía tras su espalda —y pareciera que en cualquier momento quisiera fusionarse con su cuerpo—, notando que no podía moverse mucho. Nie Mingjue lo tenía muy afianzado a sus brazos, rodeándole con cuidado, pero con firmeza. El rostro de este estaba enterrado en la parte trasera de su cuello, y Jin Guangyao podía sentir el acompasado vaho de su respiración lamer su piel desnuda.

Nie Mingjue tenía razón: el haber dormido un poco había inhibido sus tremores absurdos. Ahora, con más confianza impuesta en sus sentidos, intentó moverse para tratar de liberarse de aquel agarre mortal, pero Nie Mingjue estaba tan afianzado a su persona, que resultó difícil. Hacerlo con cuidado y despacio era una tarea titánica.

Removiéndose en su sitio como un pez fuera del agua, Jin Guangyao se sacudió insistentemente, hasta que, en un punto de aquellos tenaces movimientos, una cosa monstruosa se internó entre sus mejillas. Jin Guangyao se congeló, rígido en su sitio al mismo tiempo sintiendo cómo la respiración de Nie Mingjue tras él se cortaba de forma abrupta, obviamente despertándolo de su letargo nocturno.

La voz adormilada de Nie Mingjue le devolvió sangre a su corazón—. ¿A-Yao...?

Con nerviosismo, se lamió los labios mientras su ceño se frunce. ¿Qué debería hacer? Podía aprovecharse de la situación plasmada y finalmente hacer suyo a Nie Mingjue.

Asintió para sí mismo, y con resolución ejerció fuerza sobre los brazos que le tenían aprisionados, y estos le liberaron de inmediato, seguro asumiendo una idea errónea del asunto. Aprovechándose del momento de confusión, Jin Guangyao ejerció todas sus fuerzas para incorporarse, colocándose a horcajadas sobre Nie Mingue, en su abdomen.

La expresión pasmada de Nie Mingjue fue lo primero que se dibujó frente a Jin Guangyao. Incluso el sueño se le había ido ante el movimiento audaz que ejerció. Aunque atrevido, aquello le había agotado, y cansado, colocó sus palmas sobre el pecho curtido del cuerpo que tiene bajo suyo. Este de inmediato lo estabilizó, colocando sus manos fuertes sobre su cintura.

Bueno, la poca cintura que le quedaba.

Dio un suspiro pequeño, y la expresión sorprendida de Nie Mingjue pasó a una más austera—. A-Yao...