Resumen: Mientras Wei WuXian intenta convencer a Jiang Cheng; Jin Guangyao procura que Nie Mingjue no muera por la noticia que le está dando.
Notas: Holaaaa gente hermosa, cómo están, espero que bien. Les vengo con una nueva actualización de esta mariguanada. Ya las cosas van tomando un surco mucho más serio y compuesto sobre lo que originalmente pensaba hacer con respecto a la historia.
Yo sólo espero que no se decepcionen, y les guste ;u;
Disfruten!
El Arte de Destruirlo Todo
A un paso, lejos de él
Cloud Recesses era un lugar ideal si deseabas desaparecer por unos momentos para hallar la meditación ansiada ante turbulentos pensamientos.
De eso se percató Jiang Cheng, apenas su corazón pudo aceptar que estaba casado con un hombre que no lo amaba, y que dicha unión sería hasta que sus cuerpos mortales se pudrieran. Incluso, más allá de eso. Él dudaba que la Divinidad Marcial los separara para cuando ascendieran.
Las turbaciones empañaban su alma de oscuro resentimiento. De ese que no se puede limpiar por más que lo intente, se queda impregnado a su ser, apestando a desdicha y miseria.
Jiang Cheng se preguntaba, no sin cinismo, si el lóbrego sentir que padece a causa de su esposo rivaliza con el de Wei WuXian.
Emerge una triste soledad que le arropa en aquel claro. Yace sentado sobre una húmeda roca con su reflejo desdibujándose sobre el agua cristalina. Con cada descender de una verde hoja, esta va creando tenues ondas que desvanecen aún más su reflejo, como si en cualquier momento fuese a desaparecer con todos sus remordimientos. Ahí, lejos de las habitaciones privadas de Lan Xichen, apartado del silencio que le asfixia, alejado de ese ser que con su figura le recuerda constantemente cómo él sí pudo lograrlo... ahí, Jiang Cheng creía que podía permitirse un segundo, ser débil.
Pero años de entrenamiento, tantos años de guardarse para sí mismo las lágrimas y la amargura, le había dotado de una poderosa armadura.
Armadura que lo hacía ver fuerte por fuera, pero que lo iba asesinando lentamente por dentro.
El aire que contenía en el pecho salió finalmente con un exhalo, caliente y venenoso, le quemaba el torso, haciéndole picar la comisura de los ojos.
—A-Cheng...
Pronunciando su nombre, con esa familiaridad que no le era permitida, Wei WuXian lo halló en el claro que daba límite con el acantilado de Qishan. Entre espesos árboles que ocultaban gritos desesperados, la imagen de Jiang Cheng se esbozó.
Incorporándose rápidamente de la roca donde yacía sentado, la imagen de Jiang Cheng se dibujó mucho más nítida en ese momento, envuelta en ira. Wei WuXian no se dejó amedrentar bajo aquel rencor que le punzaba.
—Tú, de todas las personas, no tienes derecho a llamarme así —siseó en voz baja, apenas controlada.
Jiang Cheng no podía comprender cómo Wei WuXian había dado con su ubicación tan rápido. Pero, en el fondo sabe que no debería estar tan sorprendido, era Wei WuXian después de todo. Viéndolo ahí, frente a él, intentando sonreír con familiaridad, le repudiaba. Abrió la boca, dispuesto a, ¿dispuesto a qué? ¿A gritarle? ¿A descargar su ira... con qué fin? Wei WuXian estaba ahí buscando contentarle, distraerle de su miseria. Siempre hacía eso cuando la desdicha de Jiang Cheng era tan grande que amenazaba con desbordarse.
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El Arte de Destruirlo Todo
RomanceArruinaba todo lo que su mano tocaba... Sabía que sería lo mismo con Lan Xichen. Esta historia ha sido elegida para los Wattys 2019.