1. Friendzone

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Estoy enterrada en la friendzone para la eternidad de eternidades.

Adrien está sentado allí, justo frente a mí. Siendo perfecto.

Sus ojos verdes van desde Nino hasta su almuerzo y luego de vuelta.

Alya me da una palmada en la pierna para llamar mi atención. Sonrie y guiña un ojo antes de hacerle una seña a su novio y alejarse para nada disimuladamente.

- ese par es como un chicle, ¿No lo crees, Marinette? - dejo de mirar la dirección que tomó la parejita y me encuentro a Adrien sonriendo con los ojos cerrados.

Me sonrojo hasta las orejas y no puedo respirar. Tener un crush en alguien es odioso.

- si - trato de igualar el tamaño de su sonrisa.

- a veces creo que lo hacen a propósito - esta vez él es quien observa el camino que tomaron el par de morenos, mientras da un sorbo a su refresco de cereza - ¿Por qué lo harán?

- l-las parejas son extrañas, e-el amor hace que hagamos c-cosas que normalmente no... no haríamos - tiemblo, entro en estado de nervios.

- supongo que si - me esta observando ahora.

Sus ojos verdes son dulces, amables. Me miran con una serenidad indescriptible. Por el contrario yo soy un manojo de nervios, mi cuerpo debe expresar caos. Trato de respirar desimuladamente y pellizco mi piel bajo la mesa.

- ¿Tu has hecho cosas Tontas por estar enamorada? - pregunta para luego terminar su comida.

- ¿Y-yo? P-por supu-puesto que no, ¿Yo enamorada? ¿Q-ue cosas dices? No me ha pa-pasado, p-pues... n-no... no lo sé - cierro los ojos y miro el suelo.

«si tan solo supiera las tonterías que hago. Mis fotografias de él, la ropa que he diseñado solo para su uso... me vería como un bicho raro»

- pues yo si he hecho cosas tontas - ¿Qué? - la niña que me gusta... siempre dice que soy un bobo. Creo que la molesto tanto que piensa que mis sentimientos son una broma.

- ¿La niña... que te gusta? - no pude evitar sentir como se quebraba mi corazón - ya veo.

- mis sentimientos hacia ella no son una broma - lo veo sonreir a la nada - sabes. Es raro hablar sobre estas cosas con Nino - se rie para volver a poner sus ojos en mi - me alegra tener una amiga como tu, Marinette.

Amiga. Seguro.

Frienzone. Espero que te sientas comoda conmigo, porque nunca saldre de ti.

Nino y Alya se sientan de nuevo con nosotros, con una mirada mi mejor amiga sabe que algo esta mal, su rostro decae para acompañar el mío y tras unos minutos volvemos a clase.

°°°

- es inutil, Alya, él jamás se fijara en mi - me quejo mientras caminamos a casa.

- no seas tan pesimistas, niña - se burla un poco de mí por mi dramatismo.

- hablo en serio, Alya - su rostro se torna serio, sabe que no es una exageración esta vez - le gusta otra persona, debiste verlo mientras hablaba de ella.

- Marinette...

- esta totalmente enamorado - finalizo y ya estamos frente a la panadería.

Entramos y la campanilla suena, mi padre se asoma y al ver que solo somos nosotras saluda y regresa adentro. Tomo el atrevimiento de comer un dulce y regalar uno a Alya.

- no tengo oportunidad. Seguramente es alguna modelo, alta, guapa, lista y divertida... y perfecta. No puedo competir con algo así.

- tu eres increible, Marinette - me regaña - mucho mejor que cualquier modelo perfecta que pueda existir.

- Alya - le miro perpleja.

- y si no le gustas a Adrien, pues allá él, es él quien se lo pierde - me rio ligeramente - así me gusta, que sonrias. Debo ir a cuidar a mi hermanas, ¿Estaras bien?

- lo estaré.

- bien, hasta luego - estoy a punto de entrar a casa cuando escucho que habla nuevamente - oh, hola, luka.

Y la campanilla suena.

- ¿Luka?

- hola, Ma-ma-marinette.

Mis mejillas arden.

- ¿Qué haces aquí?

- mi madre encargó pastelillos a tu papá. Me pidió que los buscara - sus ojos turquesa recorrieron las estanterías de la panadería - a puesto a que tu también haces dulces deliciosos, ¿No es así?

- ah, p-pues... trato de hacerlos lo mejor que puedo.

Mi padre entra a la tienda.

- ah, tu debes ser Luka, ¿No es así?

- Asi es, Señor Dupain - Luka sonrie, con las mano en los bolsillos y sus ojos cerrados.

Tu cabello de puntas turquesas hoy se ve especialmente bien.

- Tu madre dio una descripción bastante detallada de ti, por aquí deben estar los pastelillos... Aquí tienes.

- muchas gracias, señor Dupain - toma la caja rosa llena de dulces - seguro estarán deliciosos...

Entregó el dinero y se dispuso a irse.

- siempre es un placer verte, Ma-ma-marinette - saludo con la mano y salió de la tienda.

Solté aire que no sabia que estaba reteniendo en mis pulmones. Luka Couffain era un chico interesante, y me ponía nerviosa sin motivo alguno. Era muy extraño.

- creo que necesitaras clases para volver a respirar - escuche reir a mi padre detras de mi. Mi rostro se siente aún más caliente y lo miro apenada.

- ¡Papá!

Su enorme mano se posa en mi espalda y me hace entrar a la casa mientras aún se burla de su pobre hija.

Hola, personitas. ¿Como están? Espero que muy bien. Bueno, este seria el primer capítulo... espero esta historia les sirva al menos para pasar el rato. A mi por otro lado me servirá para volver a la practica de la escritura, estoy un poco muy oxidada.
Besos.

«Eres La Mejor Canción Jamás Escrita»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora