El despertador sonó a las 5am en punto, aun no aparecían los primeros rayos de sol.
Jumin apagó la alarma, se levantó de inmediato y se fue a duchar. Cuando él salió fue mi turno, traté de demorarme poco ya que estábamos con el tiempo justo.
Al salir del cuarto de baño él ya estaba completamente listo y me tenía encima de la cama un conjunto de ropa elegido por él. Esta vez era una falda tubo de color gris y una blusa blanca con detalles, en las mangas y cuello, en negro. Además de eso unos tacones negros y un sweater rosa pálido. No había duda del buen gusto de este hombre. – Buenos días Mc te he escogido tu outfit para hoy, no desayunaremos aquí así que cuando estés lista me avisas y nos vamos-. – Buenos días, gracias por escoger mi ropa, es un conjunto precioso. Me demoraré poco en estar lista así que puedes llamar la limosina en unos cinco minutos-.
Él asintió con la cabeza y se retiró de la habitación mientras yo me vestía. A los pocos minutos ya estaba preparada y fui en su búsqueda para que emprendiéramos rumbo al aeropuerto.
Él estaba en la sala de estar revisando su celular. – Jumin ya estoy lista-. Se giró a mirarme y se quedó observándome de arriba abajo por un momento. – Te queda perfecto, estás muy bella. Tendré que tener cuidado de que nadie te mire más que yo-. – Qué cosas dices Jumin, si no es para tanto-. – Parece que te subestimas Mc, no sabes lo hermosa que eres-.
Se acercó a mí y me tomó de la mano. – ¿Nos vamos? No me gustaría perder nuestro vuelo-. Sonrió y salimos del Pent House tomados de la mano.
Mis mejillas se sentían como si se fueran a encender de lo rojas que estaban. Los guardias del edificio nos vieron salir con las manos entrelazadas, como una pareja normal y no pareció sorprenderles.
Nos subimos a la limosina y emprendimos el viaje hacía el aeropuerto. En el trayecto evité cruzar palabras con Jumin por lo nerviosa que estaba; él sólo revisaba hojas de informes y reportes que le servirían para la reunión a la que asistiría.
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Al llegar al aeropuerto hicimos todo el trámite de embarque y posteriormente abordamos nuestro avión.
Jamás había viajado en primera clase, todo era tan diferente a lo que había visto en clase turista; no escatimaban en gastos para hacer que todo fuese lo más cómodo posible.
A los pocos minutos de despegar una azafata pasó por nuestros asientos ofreciendo bocadillos. – Sr. Han ¿le puedo ofrecer algo para beber?-.
Era una rubia con figura de modelo, observaba a Jumin como si se lo fuese a comer con la mirada. – No, gracias, pero quizás esta bella dama si quiera algo-.
Jumin me miró amablemente mientras la azafata me fulminaba con la mirada. – Quisiera un jugo natural de naranja, por favor-.
Ella solo asintió con la cabeza y se retiró. – No te sientas intimidada por estas mujeres Mc, ellas siempre tratan de acercarse a mí-. – No me siento intimidada, no te preocupes-.
