Querido diario; (ya disponible en físico en Amazon)

La simetria de Dios

A veces estoy tan ciega a la luz en este mundo de cavernas humanas, que me olvido por un momento.
Me olvido de la belleza, me olvido de lo trascendental, de lo único y lo (extra)ordinario.
Hoy he escuchado las palabras "Eres parte de la simetría de Dios" y he vuelto a recordar, que no existo para saciar la sed de frivolidad que me rodea.
He vuelto a recordar cómo se abrían los ojos ante la belleza de la perfección biológica que me rodea.
De la obra de arte en la que vivo.
De las mariposas aleteando en algún punto sobre el asfalto y las hojas de otoño cayendo en una reverencia a la muerte en honor a una nueva vida.
He vuelto a despertar a la naturaleza de todo, a la belleza vibrante, la viva, la verdadera. No la prostituida, manoseada y presentada a favor de unos pocos.
No, hoy se ha caído el velo y he vuelto a despertar.
He vuelto a reconocerme en el espejo, como parte de la simetría de Dios.