Siempre te has preguntado cómo el destino une a dos personas, tal vez sea un capricho o mejor dicho es el amor que pueden compartir en determinado.
Ese amor que mencionamos hasta que puntos pueden llegar o no hay un límite real, solo dependerá lo qu...
He pasado varios días incluso meses buscando a Yunan el magi deambulante, no sé cuánto tiempo me tomaré para encontrarlo.
Mi última opción era ir al Continente Oscuro, no me agradaba demasiado la idea ya que ese lugar siempre ha estado baldío e incluso si alguien pidiera ayuda gritando a los cuatro vientos, nadie vendría en su búsqueda.
Pero no tenía opción, llegué y me adentre en aquella grieta a largada y profunda, que ningún ser sobreviviría a su caída, Yunan lo llamaba "el fin del mundo".
Baje con algo dificultad hasta que logre tocar el suelo sin daño alguno, caminé por un tiempo, esto me traía muchos recuerdos desde que conocí a Yunan, hasta nuestra repentina despedida en Imuchack.
Llegué a una pequeña cabaña, las luces que sobresalían de ella era el fuego de las velas.
Toqué la puerta y no recibí respuesta alguna, así que entré sin pensarlo dos veces.
Logró visualizar aquel pelirubio sentado enfrente de la chimenea tomando algo de té, sentía un nudo en mi garganta algo dentro de mí decía que no fue la mejor idea saber la verdad.
En ese instante aquel magi volteo a verme con aquella mirada de compasión.
-Hola mi pequeña, ¿ocurre algo?
-voz baja- Dime todo desde un principio.
-No entiendo.
-Quiero saber quién soy en realidad.
-Suspiró- Está bien, toma asiento.
(poner la canción de multimedia)
Empezamos hablar y me aclaró todas las dudas que tenía sobre mi existencia, de como ocurrió mi aparición y en que realidad nunca debí existir, el sacrificio de mi familia adoptiva para que nadie se diera cuenta de quien era en realidad, de hecho mi destino en su totalidad.
No encontraba las palabras exactas de como me sentía, pero lo único que no sacaba de mi cabeza fue que Al thamen es la principal causa de todo, mis padres estaban con ellos.
No me di cuenta cuando me levanté para retirarme solamente mi mente repetía una y otra vez.
"Pará, ya no quiero escucharte más "
Trate de callar esas voces de mi cabeza, cuando entré en razón mi mano se encontraba girando el pomo de la puerta, en ese instante me detuvo la dulce voz de aquel magi.
-¿Ya te retiras?
Solo me límite a cabecear un sí, ya que no lograba pronunciar ninguna palabra.
-Sería buena idea ya que Sinbad necesita ahora tu ayuda.
-¿Cómo que necesita mi ayuda?
-Él se encuentra capturado por una comerciante de esclavos Umm Madaura.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.