「 CINCO 」

443 51 1
                                    

TRICKSTER.
「CAPÍTULO CINCO」




Su avance por el territorio no cesó de forma rápida, Shinya podía afirmar sin lugar a dudas que ya habían caminado al menos durante unas cuatro horas, con tan solo unos cortos descansos para beber agua o verificar la seguridad de los territorios en los que se adentraban. Dos de esas horas estuvieron en completo silencio, creando un ambiente apacible. O al menos uno tranquilo hasta que se encontrasen con el enemigo. Afortunadamente, aún no veían señales de alguna presencia hostil a sus alrededores.

Durante el transcurso Shinya también había estado repasando en silencio los hechos que los condujeron a esta situación, quizá por eso no había dicho una sola palabra durante tanto tiempo. En su mente había sido capaz de recopilar una lista extensa de todos los motivos posibles por los que Kureto hubiera querido enviarlos a ese lugar. ¿Realmente era por un simple mal cubrimiento de terreno? ¿O es que acaso se traía algo entre manos y necesitaba a las únicas personas que lo contrariaban lo suficientemente lejos para que no le estorbaran? Fuera cual fuera el verdadero motivo, seguía resultando extraño. Pero al fin y al cabo, Kureto nunca había sido alguien convencional, a su parecer.

Una ventisca de aire frío chocó contra su rostro y alzó la mirada. El cielo comenzaba a adquirir un tono rosáceo, indicando la proximidad del crepúsculo. Hizo una mueca. Se haría de noche pronto. Y no es que le disgustara aquel momento en particular, sino que, sin un sitio en el que estar, se verían demasido expuestos a todos los peligros que acechaban a la humanidad en esa época, que no eran pocos.

Corrió su mirada hacia los alrededores, corroborando que estuvieran en un buen sitio, pues buscar uno cuando ya estuviese oscuro no era una opción factible. Miró un poco más atrás, hacia Guren, quien parecía no prestar verdadera atención a lo que sucedía a su alrededor. Se veía más retraído de lo usual, incluso se habia rezagado del resto, dejándole la delantera y guía del grupo a él. Había estado actuando extraño desde la mañana, desde que lo había atrapado teniendo una pesadilla. O bueno, así había interpretado Shinya los gritos del azabache, como un mal sueño.

Luego de mirarlo hasta romper el margen de tiempo que tomaba una mirada normal, Guren lo miró de vuelta. Shinya esbozó una ínfima sonrisa ladina en su dirección cuando cayó en cuenta de que el Ichinose había sentido su mirada, y al cruzarla con la suya, corrió la propia en otra dirección de forma abrupta.

— Aquí es un buen sitio para pasar la noche —dijo, cortando el silencio que se había instalado en ellos durante el viaje, y ganándose una repentina mirada incrédula de Guren—. El sol se pondrá pronto, y para ese momento será mejor tener un buen escondite.

Mito, cesando su andar, asintió en su dirección, dándole la razón de forma silenciosa. Goshi se encogió de hombros, Shinya sabía que eso significaba que estaba de acuerdo. En cambio, Sayuri y Shigure miraron expectantes a Guren, esperando su respuesta antes de dar las propias, como era de esperarse. Este último parecía ligeramente aturdido, como si aún no asumiera lo que estaba pasando, o como si se sintiera ajeno a ello.

Guren parecía incluso más recluido de como se lo veía en su oficina. Y eso era inusual, muy inusual.

Shinya conocía a Guren desde que eran adolescentes, sabía a la perfección que aunque pareciera despreocupado y de actitud relajada, Guren siempre estaba atento a lo que sucedía a su alrededor y, además, siempre que realizaba alguna acción tenía en mente una larga lista de planes de contingencia en caso de que las cosas no resultaran según lo esperado. Siempre estaba preparado para hacer frente a cualquier tipo de situación que se le pudiera presentar de forma inesperada.

Pero en ese instante no parecía ser así.

En ese momento, estando de pie frente a su escuadrón, mirando a su alrededor con desconcierto y sin ser capaz de más que de mirar a Shinya con un ceño fruncido, Guren realmente lucía perdido.

𝐓𝐑𝐈𝐂𝐊𝐒𝐓𝐄𝐑   ▮₊̇ °   GURESHIN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora