Carga

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—Siempre puntual mi querida.

—Como me enseño mi querido hermano madre.

La mirada de la señora no demasiado mayor para ser considerada ''vieja'' ni demasiado joven para ser considerada señorita, dejo su libro bajo sus manos. Alejo su nariz arrugada de su taza humeante. Con sólo ver la mirada de sosiego de su madre sabe que ya la ha molestado con su comentario poco favorable para una cita con la gran señora.

—Disculpa.

—No me dirijas palabras vacías.—Expresó moviendo su mano al frente de su hija, dándole de esta manera el permiso para sentarse al frente de ella. La rubia resoplando acepto con desgano la orden de su madre.

Alison de hecho estaba cansada y no quería iniciar una pelea con su madre que no llevaría exactamente a nada, pero que siempre termina por suceder. Acomodo su gabardina y se inclino en la mesa apoyando sus codos en ella. Ella sin duda quiere terminar esto rápido y por como su madre tomaba cada sorbo pausado de la Hidromiel era algo claro y desesperante para Alison, ella va hacer de esto una larga charla.

—Tengo muchas cosas que hacer mamá, deja de ignorarme y dime para que estamos aquí.

—Espera...

«Qué diablos quiere esta vez.» Se preguntaba con una mueca de fastidio reconocible en su rostro.

La señora Rosmerta se acercó con una sonrisa risueña a la mesa, saludando así a las dos Dilaurentis en frente de ella, sin durar mucho tiempo en aquella mesa coloco el tarro de batido de cereza y se marcho con repelús. Una atmósfera incomoda, distante y un poco tenebrosa las rodea a ambas. Eso hace que los clientes de la señora dejaran una mesa de por medio, para no ser acusado de invasor de espacio o de espía. Así es estar conviviendo en un lugar con los Dilaurentis. Alison lo noto y no pudo mirar a esas personas más que con indignación. Su mirada se dirigió al tarro al frente de ella y con círculos continuos meneo su bebida.

—Qué diablos pasa con esta gente.—Masculló, siendo inaudible para Jessica; que haciendo su bebida a un lado se dirige a la chica después de media hora de haber llegado a ese lugar:

—Me imagino que sabes porqué te cite a este lugar Alison.

—No.—Corta sorbiendo por la pajilla.

—Claro— Resoplando se despoja un guante para después hacer el mismo procedimiento con su otra mano—; he estado al pendiente de ti este semestre y veo que hay mucha ineptitud en tus estudios, además de la constante molestia por parte de  tu relación con los Kahn. Quería preguntarte...—La señora cerro sus ojos y se toco el entrecejo con su dedo índice— ¿Qué diablos estás haciendo?

El tono con el cual su madre dirigía sus palabras sacudió un poco a la rubia, dejándola con cara de póker total. Sus labios se entre abrieron pero de ellos no iba a salir una explicación, porque tampoco la tenía o quizás sí... Pero esa explicación iba en contra de toda regla de su madre, de hecho todo lo que quería normalmente no le importaría decirlo pero siempre de la manera en que le gustaba hacerlo:—Es algo simple madre, no sé porqué te cuesta tanto entender esto—Aclaró su garganta y se irguió en su asiento con una sonrisa burlona—; no te interesa lo que yo haga o no con mi vida, bueno, de una manera muy egoísta sí tal vez, beneficio propio obviamente; pero sigue siendo mi vida y no la tuya, mis estudios son problemas míos, céntrate en lo tuyo. Y bueno, decidí que no quería involucrarme mucho con los Kahn.

La media sonrisa de Jessica se ensancho al escuchar tal falta de respeto descomunal por parte de Alison. 

—¿Involucrarte?—Moviendo su mano derecha en palma le acertó una cachetada estruendosa, siendo escuchado por los clientes cercanos del lugar y dejando un silencio extendido posterior a eso. Las miradas se dirigieron rápidamente a las dos rubias.—Involucrarte... Haces que pasemos pena con tu comportamiento ordinario. Compórtate, nos querrás arruinar nuestro apellido; somos distinguidos, por favor pórtate como tal.— Reprendió acomodándose en su asiento.

El Verde Es Sólo Un Color  *(EMISON)*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora