Tomás
Amo ver esa expresión en Martín. Es tan divertido molestarlo, de la buena manera. Iba a continuar mi perfecta declaración, sin embargo una mano se puso en mi hombro. Martín ve a esa persona de la cual todavía desconozco con un poco de confusión y un poco de rencor. Me volteo y veo a Esteban. Le sonrío, no quiero que se de cuenta que empecé a sudar frío por su repentina aparición.
-¡Viejo! ¿Cómo así por aquí?- digo para romper el silencio.
- Busco unas cosas para poner en marcha mi plan de conquista.- Dijo mientras alza las cejas.
- Ahora quien es la pobre víctima, si se puede saber.- Le respondo sarcásticamente.
-Muy gracioso.- Rueda los ojos.- La misma por la que estoy detrás.
-¿La rubia?- Pregunto.
-La misma.- Responde. - Está aquí con su amiga y un tipo súper alto. ¡Ah si! Y con el rarito que casi se mata-
-¿El de la moto rosita?-
-El mismo-
¿Como se llamaba?
-No lo sé la verdad. Pero ni me importa.- Dice Esteban riendo. Yo río también. Olvidando lo incómodo que me sentí hace un rato. Hasta que alguien se aclaró la garganta. Volví a la realidad. Martín estaba al frente mío con una ceja alzada. Me doy cuenta que él es amigo de la rubia y el pelirrojo. Mierda.
-Damián. Se llama Damián.- Dice seco dejándonos a todos en un silencio incómodo que al parecer el disfrutaba.
-Ajá, claro- dice Esteban viendo con superioridad a Martín que tenía sus ojos fijos casi sin pestañear.
- Si eso era todo lo que necesitabas Tomás, me voy. Cuídense.- Deja un billete en la mesa, por su helado y se marcha.
-¿Que hacía ese aquí?- Pregunta Esteban curioso.
-Me lo encontré y le pedí las tareas del lunes. A cambio le di un helado.- Respondo esperando que crea mi mentira. Se relaja y se sienta donde antes estaba el chico que me gusta. Soy un estúpido. Esteban hablaba basura de sus mejores amigos y yo ni cuenta.
Pero a la mitad de la conversación con Esteban me perdí. Pensaba en Martín. Este chico se roba mis pensamientos. No quiero que crea que es un experimento de chico confundido. No quiero que crea que estoy jugando con él. No sabía cuando pero mi amigo me llevó a una tienda. No me di cuenta cuál era, pero allí estaban cuatro de su grupo. Sin embargo ni él ni su amigo alto estaban, tampoco el de lentes. Cosa que me ponía de los nervios. No celos. Nervios. No puede a solas con ninguno de ellos. Menos con el alto. Estaban la rubia, la morena, Damián y el teñido. Debería aprenderme sus nombres. No oía lo que estaban diciendo. Por lo tanto intenté agudizar el oído a ver si entendía algo. Esteban se acercó conmigo a donde estaban.
-Entonces, ¿Cuál crees que me quede mejor?- Dice la rubia.
- No se, deja de preguntarme a mi. Ahí tienes a otros dos a quienes joder.- Dice enojada la morena.
-¡Damián!- Grita. -¡Ayuda!- EL chico voltea y se acerca. Me volteo y empiezo a ver maquillaje.
-¿Cual es mejor para Amelie?- Pregunto a Esteban. Fue lo primero que se me ocurrió. Noto como plática de los amigos de Martín se detiene. Me quedan viendo. Lo siento en la nuca. Alguien suelta lo que tenía y se dirige a la salida. La morena sale disparada. Hoy no es mi día.
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De todos ¿¡Porque tu!?
RandomUn chico normal llamado Martín vivía una vida pacífica con sus gustos. Hasta que un día en un pequeño e insignificante juego, pues despertaron en el y en alguien más sentimientos raros, horribles y HERMOSOS, llevando sus gustos a algo más que el lím...