Capítulo 4 .:Recuerdo:.

743 54 1
                                    

XVI

Entro un perezoso Sasuke a la habitación, hecho un lío. Se veía... cansado, triste y... débil.

-Diablos, voy a vomitar- salió corriendo al baño de aquel cuarto y saco nada de lo que había digerido.

No volvería a Japón en un avión. Si era necesario, se quedaría en los EU para siempre. Si volvería, seria en un barco. Solo no esperaba que el movimiento también lo dejara mareado.

Sasuke Uchiha estaba en los EU, rentando un apartamento en el centro de NY. No sabía dónde exactamente se encontraba Sakura, pero la buscaría en cielo, mar y tierra. Bueno, cielo podría ser una acepción.

Ahora solo esperaba no encontrarse con una molestia mientras se alojaba en ese lugar. Una molestia que siempre evitaba... su familia.
...
Sakura se encontraba acomodando sus cosas, en donde sería su consultorio. Itachi le dejo el consultorio que era de él. Tenía una vista hermosa detrás de su escritorio. Una gran ventana, donde podía ver a las personas entrar aquel Hospital, aunque eran pocas personas las que entraban a aquel lugar. Un día ella aria que todos los enfermos entraran por esa puerta.
No les deseaba un mal a los demás, no.

Lo que ella quería, era que cada persona que estaba enferma, fuera aquel lugar solo para sentirse mejor, sentir que nunca dejaron su cama y se sientan como en casa. Deseaba que los pacientes se sintieran tan bien que recomienden aquel Hospital.

Pero para eso, tiene que esforzarse mucho. Y lo aria, porque es lo que ha querido toda su vida. Servir a los demás. Ayudar a los enfermos, curarlos y ganarse su confianza para así sentirse bien con ella misma.

Porque quería sentirse útil.

Cuando ayudaba a los demás, sentía que podía ser alguien y no algo que estaba en ese planeta robando oxígeno. Quería marcar su vida y su nombre, ser reconocida por muchas personas, por su trabajo y lo humana que era... y su sueño se estaba cumpliendo. Todo se lo debía a Itachi Uchiha. Un Uchiha.
Sakura negó con la cabeza. Uno le destrozo el corazón y otro lo estaba reconstruyendo, parte con parte. Cada acción que hacia itachi, la sanaba.

Ese hombre le robo el corazón.

-¿Puedo pasar?- Itachi estaba en la puerta, asomándose como si lo que estuviera adentro, fuera algo indebido.

-Adelante Itachi, es tu oficina.

-Wau, que bien se siente que ya no me llames de usted.

-Ya te había llamado por tu nombre- alzó una ceja.

-Sí, pero no gritándome- Sakura sonrió y miro por la ventana, escondiendo su cara que estaba roja en esos momentos.

-Yo...- quería protestar, pero el gruñido que salió de su estómago la calló. Si antes estaba roja, ahora estaba segura de que estaría como en tomate.

-Veo que tienes hambre- se burló -Por eso mismo vine, para llevarte a comer. Claro, si tú quieres venir conmigo.

Sakura no sabía que decir. Sí, tenía hambre, pero fue a trabajar. No quería aprovechar que era jefa para salir a comer a cualquier hora.
Itachi vio que quería protestar, pero hablo antes -No puedes trabajar con el estómago vacío- abrió la boca para volver a protestar, pero de nuevo fue detenida -Yo invito.

Sakura sonrió y tomo su bolso. Parece que era un libro abierto para Itachi... y eso a veces la asustaba.
...
-¿A dónde vamos a comer?

Estaban frente al coche de itachi, él le abrió la puerta del copiloto -Iremos a un restaurante de un amigo, el restaurante se llama Kurumaebi*. Es muy conocido.

-¡Ah sí!, en Japón también hay uno. He ido ahí unas cuantas veces- se subió al coche e Itachi cerró.

-Sí, él tiene muchos restaurantes en todo el mundo, 10 en realidad- se acomodó al lado de ella, en el piloto.

-Wau, debe tener mucho dinero- vio que Itachi se ponía el cinturón de seguridad, así que hizo lo mismo.

Itachi sonrió -Sí, tiene mucho dinero- se concentró en empujar la palanca para menos velocidad y conducir -Y no solo eso, también tiene un Hotel 5 estrellas. Quiere empezar el negocio de los Hoteles también.

-¿Es político o algo así?- pregunto curiosa, ya que nadie tenía tanto dinero si no era una persona importante, con un apellido importante.

-No, es una persona común, claro tiene dinero, pero no es muy reconocido. Su nombre es Hidan, no recuerdo el apellido.

-¿Hidan?

Flash black
-Hidan, deja de jugar y has tu trabajo.

El hombre se acercaba con un objeto en la mano, muy lentamente. No le veía claramente la cara, ya que sentía como unas gotas le resbalaba por la cara, empañando su vista.

-Tranquila, será rápido- sonrió.
Fin del flash black

-¿Qué pasa? ¿Ocurre algo?- la miro preocupada.

¿Qué fue eso? -N-no, creo reconocer el nombre, pero no sé de dónde.

-No creo que sea de una revista, créeme. No le gustan los paparazzi- tenía puesta la mirada al frente -Ya casi llegamos, así que prepara ese estómago tuyo, porque en ese lugar venden todo tipo de comida- acelero -Es caro, pero no te preocupes, gastaría todo el dinero que hay en mi billetera por ti- la miro de reojo con una grande sonrisa.

-No soy tragona- le reprocho -Si como, pero solo lo suficiente- miro por la ventana algo avergonzada.

-En nuestra última cita vi todo lo contrario- alzo una ceja con una risa burlona.

-¡S-solo comí 5 rebanadas de pizza! ¡Además- se sorprendió -¿Última cita?

-¿No fue una cita?- la miro directamente, cuidando el camino.

-No, digo si, o no lose... ¿lo fue?- se acercó tratando de mirarlo más de cerca.

-La mejor que he tenido- la velocidad del carro bajo, iba a la velocidad de una persona a paso normal.

-Entonces... ¿ahora es nuestra segunda cita?- vio diversión en sus ojos, así que alzo una ceja.

-Yo lo veo como una continuación de la primera- paró el carro por completo.

Sakura se sorprendió. ¿Tuvo una cita y no se había dado cuenta? Eso era raro. Sakura no hacía nada más que mirarlo a los ojos, tratando de entenderse a ella misma de cómo era tan tonta, pero algo le llamo la atención en sus labios... eran gruesos y se veían un poco secos, parecía que la llamaban para humedecerlos.

-Sakura...

Vio que sus labios estaban demasiado cerca de los de Itachi. Podía sentir su respiración. Con el corazón acelerado, se alejó rápidamente.

¡Escucho la voz de Sasuke! ¡En su cabeza!

¡Justo cuando estaba por besar a Itachi, y pensado en renacer su vida, aparece su pinche recuerdo! ¡Justo cuando lo había superado aparece su recuerdo carajo!

Itachi vio que estaba preocupada, y su preocupación no parecía que se debía a que estaba por besarla. Entonces, ¿Cómo debía reaccionar?

-¿Estás bien?- le tomo la mano.

Sentía como su cuerpo se estremecía con solo su contacto

-S-si- se alejó de su mano.

No dijo nada más y arranco el carro, una cuadra más y llegaron a su destino.

-Ya llegamos- bajo del auto y abrió la puerta de Sakura, tomo su mano y la ayudó a salir. Ante todo un caballero.

-Gracias- no se atrevía ni a mirarlo a los ojos, peor aún... ¡Se parecía a Sasuke!

¿Cómo iba a superarlo si salía con su hermano? Era obvio que si iba en serio con Itachi tendría que ver a Sasuke más de una vez.

Cuando estaban en la puerta, un hombre les abrió. Estaba de traje.

-Bienvenidos- el hombre hizo una reverencia.

Sakura le iba a responder, pero a la hora que el hombre abrió, sus ojos se abrieron como platos.

Había meseros por doquier. Unas personas con charolas en las manos llevando comida y otros con libretas anotando los pedidos de los clientes. El lugar estaba lleno de telas blancas en las ventanas, con luces blancas en el techo como adornos y con un toque de color morado. El piso estaba con una alfombra roja de la entrada hasta la cocina. El lugar era hermoso a sus ojos.

Una persona se había acercado a ellos y ella no lo noto hasta que le tomo el hombro. La asusto.

-Bienvenida miss, usted debe ser Sakura.

¿Tan metida estaba en su mente que no se dio cuenta de que hasta ya había tenido una plática con Itachi?

-Sí, mucho gusto- le sonrió y le estrecho la mano.

Flash black
-Olvídame, olvídate de nosotros.

Sakura estaba frente a un hombre con un reloj, un reloj con una larga cadena que le colgaba en las manos, moviéndolo de un lado a otro. La estaba tratando de controlar, de dormir, y lo estaba logrando.

Le pesaban los párpados, le dolía el cuerpo, le dolía el pecho.

-Si lo haces, te salvaré la vida y no dejaré que mueras- la miro con unos ojos grises oscuros, unos ojos que prometían mucho dolor.
Fin del flash black

Quito su mano de la suya, le quemaba su contacto.

-¿Eres Hidan?- lo miro desconcertada.

-Así es miss- tenía una sonrisa burlona.

No lo podía creer. Sabía que lo había visto antes, pero seguía sin saber quién era en realidad.

¿Por qué quería que lo olvidara? ¿Quiénes eran "nosotros"? ¿Una vez estuvo a punto de morir? Y si así fue, ¿por qué la ayudaría si la iba a matar? Y sobre todo, ¿quién era en realidad Hidan?

...

Kurumaebi = Camarón es japones

Enfrentándome al amor © [En Curso] #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora