... quizás

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Palabras: 580

...

Y sí...

... quizás

...

Sakura realmente no entendía que era lo que le sucedía. Debería estar contenta, la persona que ella más quería estaba a su lado, la cuidaba y la protegía. Entonces, ¿por qué cuando el peligro de transformar las nuevas cartas la sorprendía, se encontraba buscando a otra persona?

¿Por qué esa sensación de vacío se instalaba en su pecho cuando transformaba una nueva carta? ¿Por qué los brazos de Yukito no se sentían tan cálidos como esperaba, cuando ella perdía las fuerzas?

¿Qué era lo que le sucedía?

Y para sumarle a su torbellino de pensamientos, ese día se encontraba mirando el banco vacío tras ella, con el ceño fruncido. Llevaba semanas preguntándose eso también y aún no tenía una respuesta. ¿Por qué Li se había ido sin decir nada? Apoyó la mano en el escritorio con un poco de melancolía, melancolía que no pasó desapercibida para Tomoyo.

—Es extraño que se haya ido sin despedirse —comentó Tomoyo trayendo a Sakura a la realidad, ésta la miró para afirmar y luego volvió la mirada al banco.

—Pensé que éramos amigos —dijo apretando la mano sobre el escritorio—. Esa sonrisa que me dio tras el juicio final me hizo pensar que estábamos siendo más cercanos, incluso pasábamos más tiempo juntos... Entonces... —bajó la mirada y apretó los ojos—, ¿por qué no se despidió? ¿Por qué se fue así?

—Es a él a quien buscas, ¿verdad? —le susurró, viendo hacia sus lados. Ya nadie quedaba en el salón de clases, Sakura se tensó—. No olvides que siempre estoy grabándote Sakura, siempre veo como buscas a alguien cuando estás en peligro, como esperas que un ataque salido de la nada, te salve.

Sakura la miró confundida. ¿Sería eso? ¿Sería a Li, a quién ella buscaba en situaciones peligrosas? ¿Por qué?

Trató de pensar un poco en ello.

¿Sería que se había acostumbrado a tenerlo como compañero? A sus apariciones en el momento justo, a sus palabras hirientes pero precisas, a sus consejos y sobre todo a la ayuda que el ofrecía a la hora de enfrentar dificultades.

¿Sería que lo extrañaba?

—Vamos Sakura —Tomoyo le tomó la mano para guiarla fuera del establecimiento—. Lo mejor será que vayas a casa y descanses.

Pero en la casa tampoco podía descansar, ahí veía a su hermano siempre con la mirada en la nada, triste, melancólico, sin ánimos de discutir con ella... Era tan parecido a la visión de Yue que no le gustaba estar ahí. No le gustaba estar en su casa.

—¡Mira! —exclamó Tomoyo de repente— El joven Yukito vino a buscarte una vez más —Sakura levantó la mirada y observó al joven de cabellos blancos con una sonrisa amable en sus labios. Realmente estaba enamorada de él, Yukito era su primer amor... sin embargo, ¿por qué no estaba feliz de verlo en ese momento?

El dolor de su pecho se hacía cada vez más y más grande e ignorando a ambos. Sakura se largó a correr con destino a ningún lugar.

...

Tomoyo Daidouji estaba siempre pendiente de su amiga Sakura, la quería mucho y no le gustaba verla triste. Así que verla tan afectada por la partida del joven Li, la hizo decidir por hacer algo al respecto. Ni bien llegó a su casa, prendió la computadora y mientras ésta se iniciaba, empezó a buscar entre varios papeles, uno en específico. Uno que tenía el correo electrónico de la única persona que podría aclararle el asunto que estaba pasando: Li Meiling.

Y sí...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora