...regreso

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Palabras: 927


Y sí...

...regreso

...

Sakura estaba desesperada.

Había nockeado a Kero en un ataque desesperado por cambiar las cartas Clow en Cartas Sakura y no solo eso, también había causado que Carrera se saliera de control.

Se sentía pésimo consigo misma.

Últimamente nada le salía bien, estaba más distraída de lo normal, al punto que ni siquiera tomó su celular para poder pedirle ayuda a Yue o a Tomoyo. Sentía que se iba a volver loca en cualquier momento con tantas cosas en la cabeza.

La bicicleta se detuvo. Al fin una buena señal.

Sakura afirmó su báculo de la estrella con ambas manos y miró fijamente a la carta.

—Regresa —le pidió. Pero la carta escondida en la bicicleta de Touya no le hacía caso, en su plan de huida, trepó por la pared de la biblioteca para evitar que pudiera acercarse a ella.

Activó Salto y saltó con todas sus fuerzas, pero no logró atraparla. Al contrario, cayó en caída libre directo a chocarse contra el piso. Cerró sus ojos para recibir el golpe, cuando escuchó que una voz conocida la llamaba a gritos por su nombre, aquello le hizo abrir los ojos en su totalidad. Nunca se azotó contra el piso, una cortina de viento verde la rodeó completamente, depositándola en el suelo.

—¿Estás bien? —le preguntó el recién llegado, preocupado. Ella afirmó, pero no quería pestañear, no quería cerrar sus ojos y pensar que era una ilusión frente a ella— ¿Esos son los extraños sucesos? —le volvió a preguntar y, al no tener respuesta, la puso de pie— ¡Despierta! —le pidió. Sakura afirmó y tomó con fuerza el báculo en sus manos. Aquella voz la hacía sentir bien, como si toda la fuerza volvía a su ser, como si su cabeza se limpiara de confusos sentimientos y fue entonces, cuando comprendió como ayudar a la carta.

No necesito la fuerza para convencer a Carrera de que volviera a ser una carta. Cuando la tuvo en sus brazos y la convirtió en carta Sakura, giró sobre sus pies para enfrentarlo, pero no pudo hacer nada... su vista se fue a negro y cayó desmayada.

...

—¿Quién rayos es a esta...? —las palabras de Touya Kinomoto murieron en sus labios cuando al abrir la puerta, observó frente a él, al joven chino con su hermana desmayada en brazos— ¿Qué le pasó a Sakura?

—La encontré así —dijo sin mirarlo mucho, tenía la mirada pegada en la joven de cabellos castaños que dormía en sus brazos—. Solo está dormida porque su energía está al límite. Tómala —le pidió. Touya tomó a su hermana en brazos y miró al mocoso. Lo odiaba, eso no había cambiado, pero por alguna razón, su regreso le daba una especie de paz que hace tiempo no sentía.

Mejor dicho, que no sentía desde el dichoso juicio final.

—¿Puedo pedirte un favor? —le pidió, buscando energías de donde no tenía, para no mirarlo de mal forma— No le digas que yo la traje.

—Por mí nunca regresaste, mocoso —afirmó despectivamente, pero la sonrisa que acompañó la frase, segundo después, dejó a Shaoran más tranquilo—. Vete a casa, yo me encargo de mi hermana.

—Gracias —dijo dándole una pequeña reverencia para luego cerrar la puerta al salir.

Touya miró una vez más a su hermana, la pequeña monstruo se veía feliz... y agradecía en el fondo de su pecho, que el mocoso sea el causante.

...

Sakura no entendía muy bien que pasaba, pero aquella mañana se despertó renovada. Como si todos sus problemas se hubieran ido. Se sentó en la cama a medio vestir, abrazando el libro de las cartas contra su pecho.

«Sakura»

Aun podía escuchar su voz llamándola y el calor de los brazos del joven rodeándola, aquello se había sentido tan real, que le costaba creer que lo había soñado. ¿Tanto lo extrañaba? Suspiró.

Extrañaba mucho a su amigo Li.

Sacudió la cabeza y terminó de arreglarse para bajar a desayunar. Se miró al espejo una vez más y sonrió. ¡Tenía que seguir adelante!

Cuando bajó las escaleras, pasó algo curioso. Touya, su hermano, que llevaba semanas enteras con la mirada perdida, estaba haciendo el desayuno y la saludó con su antiguo nombre.

«Monstruo»

Odiaba ese apodo, pero volver a escucharlo solo generó que lágrimas salieran de sus ojos, sin explicación.

—¿Qué pasa monstruo? —preguntó Touya, un tanto preocupado— ¿Estás bien?

—Sí —le afirmó—, estoy bien —y tras secarse las lágrimas con el revés de su mano, se dispuso a desayunar.

...

El grado quinto de la primaria Tomoeda esperaba por el profesor Terada conversando entre todos, Eriol -el actual alumno de intercambio- hablaba con Sakura de lo feliz que se veía, si le había pasado algo bueno. Sakura afirmó.

—Tuve un sueño muy bonito —solo alcanzó a responder eso, cuando el profesor entró a la sala, pidiéndole a todos que tomaran asiento.

Tomoyo observó a Sakura sin poder evitar sonreír también.

—Tengo una buena noticia para todos —informó el profesor con una sonrisa—. Su permiso por ausencia terminó, así que un viejo compañero, ya está de nuevo con nosotros —tras esa frase, muchos empezaron a preguntarse de quien se trataría.

Sakura que tenía el rostro sostenido por ambas manos, se extrañó de repente. Reconocía la magia de la persona tras la puerta.

—¡Pasa! —ordenó el profesor— Estoy seguro que muchos querrán saludarte —la puerta se abrió y los murmullos no tardaron en llenar la sala, Sakura sorprendida, olvidó como respirar.

—Buenos días —el joven castaño hizo una pequeña reverencia— Soy Li Shaoran y me alegra volver con ustedes. 

Y sí...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora