~Una segunda oportunidad~
(Parte 2)
Unos minutos después, nos encontrábamos en la cocina, ella comiendose mi tostada y yo con la taza de café en las manos, aún incrédulo.
-Conque... ¿Sallly, eh? -estuve a punto de preguntarle por qué habia aparecido en mis sueños las noches anteriores, pero tenía muchas otras cosas en la cabeza en ese instante y esa pregunta no parecía muy lógica.
-Conque Scott...¿Te han dicho alguna vez que tus tostadas son asquerosas?-se quejó y lanzó la tostada al plato, poniendo cara de asco.
Se acercó a mi y me arrancó la taza de las manos, para llevársela directamente a la boca sin ni siquiera pedirme permiso.
Dio un sorbo y su ceño se frunció.
-¡Blurgh! ¿Nunca has pensado en apuntarte a un curso de hacer desayunos? Pensaba que todos los chicos guapos sabían cocinar...
Al escuchar esa especie de cumplido, me sonrojé bastante. Rápidamente busqué otro tema del que hablar.
-Déjate de tonterías... Esto es serio. Estamos en una especie de juego de supervivencia en el que no sabemos de quien tenemos que huir... No entiendo nada-masajeé con los dedos mi sienes y suspiré-.Mi familia ha desaparecido, ha sido sustituída por ti...y para colmo no tengo ni idea de si tú tienes la carta de asesina...
Sally me lanzó una mirada aterradora, y yo seguí hablando.
-No me mires con esa cara. No es normal que te estés tomando esto con tanta calma... ¿Acaso no tienes dudas? Porque yo si... Y no me he olvidado de que cuando estábamos en esa plaza, te pasaste la mitad del discurso del psicópata ese llorando en el suelo.
Abrió sus ojos rápidamente, sorprendida por lo que acababa de decir, y noté cómo se le humedecían estos y como bajó la cabeza, intentando ocultar que le avergonzaba el hecho de que recordara eso.
-Eres un impertinente, ¿sabes?-espetó con la voz temblorosa- Yo también estoy asustada, me aterroriza el hecho de que estén jugando con nosotros, de que tengamos que escapar de alguien sin saber quien es....De que estemos muertos, y aún así, vivos.
Era verdad. Habían pasado tantas cosas que se me había olvidado por completo mi muerte. Un vacío tomó fuerza en mi interior y se apoderó de mi corazón. Boquiabierto, noté cómo las lágrimas comenzaban a brotar de mis ojos.
Sally me miró, y en su mirada pude ver un leve sentiemiento de culpa.
Se lanzó a mi pecho para abrazarme, y la rodeé con mis brazos.
Apoyó su cabeza en mi cuello, y comenzó a sollozar junto a mi.
La tenía tan cerca...
El aroma que emanaba su cabello invadió mi nariz. Un olor tan dulce, tan puro, no podía ser de una persona normal.
Su llanto empeñaba mis sentidos, y tuve la necesidad de no soltarla nunca.
Alzó su cara para mirarme.
Sus preciosos ojos verdes estaban irritados y llorosos, y le temblaba el labio inferior.
Se puso de puntillas y me besó en la mejilla, suavemente, con gran delicadeza.
Mi cabeza se nubló por completo.
-Perdón... por todo-dijo, entre sollozos- No mereces haber aparecido aquí, conmigo. Perdón por haberte asustado así antes, por haber sido tan directa y maleducada, y por todo el daño que posiblemente te haga a lo largo de este juego...
Rompió a llorar de nuevo, y me quede bastante extrañado. ¿El daño que me iba a hacer? No tenía ni idea de hablaba, pero no podía verla así, sabiendo que unos minutos antes estaba como si nada hubiera pasado.
Necesitaba a alguien que me hiciera sentir feliz, y si ella estaba triste, difícil iba a ser conseguirlo.
Posé delicadamente mis manos en sus mejillas, e hice que me mirase a los ojos.
-Mira, no debes de pedirme perdón, ¿vale? Ahora estamos juntos en esto. Yo no sé cual es tu carta, tu no sabes cual es la mía, por lo que debemos confiar el uno en el otro. Vamos a salir ahí fuera a empezar a investigar, y vamos a sobrevivir.
Cerré mi puño en el aire con fuerza para darle más énfasis a lo que había dicho, como suelen hacer en el anime.
Creo que funcionó, ya que soltó una pequeña risita, mientras se secaba las lágrimas con la manga.
Me miró, con una gran sonrisa de nuevo en su cara, y acercó su puño hacia mi, con el dedo meñique extendido.
-¿Por qué pones esa cara? Es una promesa de meñique. Quiero que me prometas que me vas a proteger.
Sonreí, ese gesto de niña chica me pareció divertido, y me comprometí uniendo mi meñique con el suyo.
-Prometo que te protegeré con mi vida si es necesario-afirmé, con una amplia sonrisa.
Sally se alegró al escuchar eso, y acercó demasiado su cara a la mía, hasta el punto de sentir su respiración en mis labios:
-Dicen que si rompes una promesa de meñique, deberás comerte mil agujas-dijo, con una expresión siniestra y un extraño brillo en sus ojos.
Un escalofrío me recorrió la espalda, y sonreí nervioso.
Nuestros dedos se desenlazaron, y en ese momento alguien tocó con fuerza la puerta.
-¿Esperas a alguien?- me preguntó, esta vez con un tono más dulce.
Negué con la cabeza, salí al pasillo y me acerqué a la puerta.
Alguien jadeaba tras de ella, y cuando giré el pomo, esta se abrió con fuerza y un cuerpo ensangrentado cayó encima mía.
El peso del cuerpo me tiró al suelo, y pude ver a la víctima.
Era el cuerpo de mi padre, el cual rezumaba sangre por la boca a medida que tenía pequeñas convulsiones.
Y tras él estaba el Narrador, con su capucha cubriendole la cara, y su ojo totalmente blanco reluciendo en las sombras de su rostro.
Sostenía en su mano un cuchillo ensangrentado, que me lanzó para que lo cogiera.
-Mátalo-susurró.
La escena que viví hace unos años, el momento que me marcó para siempre, estaba volviendo a suceder.
Grité con toda la fuerza que me permitían mis pulmones, y escuché los pasos apresurados de Sally viniendo desde la cocina.
-O matas a tu padre, o mato a la chica.
Las palabras que apenas hacía unos minutos había pronunciado, retumbaron en mi cabeza:
"Prometo que te protegeré con mi vida si es necesario."
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Lo merecido (Deserved)
Mistério / Suspense"Que cada uno escoja una carta. Cuando se haga la noche, será vuestro momento de protagonizar vuestro rol. ¿Serás una simple presa que deberá escapar? ¿O quizá el asesino que no debe ser descubierto? ¿Puede que un valiente detective? En El Pueblo Du...