esquizofrenia {n. h}

"¿Eres tú Harry?"

Cursiva: pasado, cuando eran niños.

Un chico de botas marrones y piernas largas se acercaba lentamente al hospital. Sus pantalones estaban rasgados por las rodillas. Tenía una camisa a cuadros, la cual tenía varios de los primeros botones desabrochados, dejando ver un par de pájaros por tatuaje. Sus brazos estaban cubiertos también de dibujos permanentes. Llevaba el cabello un poco largo y castaño, que contrastaba con sus ojos verdes.

El era el famoso pintor anónimo Harry Styles, mejor conocido como H.

Ahora daría la cara, al menos para el hospital.

El Doctor Johnson, gracias a los excelentes comentarios del doctor John con respecto a la galería Bon Voyage y las magníficas obras de H, decidió contactar a dicha galería y que por ende ésta le contactara al pintor. Estaba ofreciendo una gran cantidad de dinero a cambio de que el chico pintara varias obras para la remodelación del hospital.

El joven iba a negociar con dicho doctor para determinar en qué momento llevaría las pinturas. El chico era condenadamente guapo, sin duda alguna. Poseía todas las miradas del lugar. Hace muchos años atrás vivió en Mullingar, y ahora lo haría de nuevo. Se mudó, ya que a parte de que extrañaba todo ese extraño ambiente, las pinturas eran más solicitadas de Mullingar que de Londres, así que el trabajo era más fácil.

Se introdujo al hospital, y buscó la oficina del Dr Johnson. Según le había dicho un doctor que estaba pasando por allí, se encontraba al final de un pasillo.

Estaba caminando tranquilamente cuando de pronto chocó con alguien que iba en dirección contraria. Para su suerte, el chico rubio no se molestó.

-Me llamo Niall, un gusto- le dijo- siento lo del tropiezo, iba en las nubes.

Harry río.

-No te preocupes. Por cierto, me llamo Harry, es también un gusto. Ahora tengo que irme, necesito hablar con el Dr. Johnson ahora mismo. Ha sido un placer.

Harry notó que al principio el rubio frunció el ceño, como extrañado o tal vez asombrado. Pero no le tomó importancia, se despidió y siguió su camino.

                                                                                          ***

-Si, pues, aquí puede ir un cuadro grande, lo suficiente para que abarque bastante pared- Harry escuchaba atentamente tomando nota de todo lo que el Dr. Johnson decía. Éste estaba muy emocionado por la remodelación.- Y allá puede ir otro, pero mucho más pequeño. Y creo que eso sería todo.

Harry asintió.

-Me parece perfecto. Ha sido un placer ayudarle, doctor Johnson.- dijo el chico con una tierna sonrisa.

El Doctor sonrío y le dio unas palmadas en la espalda al joven.

-De verdad me ha encantado conocerte, jovencito. ¿Sabes? Podrías venir aquí constantemente para que agarres inspiración para las pinturas que harás. Es más, ahora mismo puedes hacerlo.

Harry asintió.

-Está bien, lo haré.- exclamó el chico.

Compartió unas palabras con el doctor y se dispuso a recorrer el lugar. Ya tenía bastante tiempo caminando y caminando, y las ideas eran siempre las mismas: Depresión, tristeza y dolor.

<Como mi vida> Pensó el joven. Para su edad, su vida era un tanto aburrida. Sus padres se habían divorciado al año siguiente de que se mudaran a Londres. Tuvieron que sobrevivir él, su hermana y su madre en la miseria y pobreza. Pero gracias a sus cualidades artísticas, pudo sacar adelante a su familia, y ahora eran una familia de clase media normal. No tenía amigos y mucho menos una novia. Sólo encontraba la felicidad al compartir con su familia y cuando juntaba toda su imaginación en las pinturas.