Final.

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Leo.

Tenia que intentar arreglar las cosas, me escuche demasiado patán diciéndole todo eso a Irene, aunque fueran cosas ciertas, tengo que ser un poco mas... ¿cuál es la palabra que busco?... diplomático con esto. Tome un taxi en la esquina del hotel, y me dirigí a su depa, solo tenía su dirección anotada, sus padres me la habían proporcionado pero no tenia idea de cómo llegar, quizá el conductor del taxi si sepa. Dimos vueltas por todos lados pero no lográbamos dar con el numero, empezaba a desesperarme, odiaba estar en una ciudad que no conocía empezaba a sentirme perdido, no quería tener que esperar a buscarla en la universidad me perdería más, además que no quiero permanecer mas tiempo aquí, se que no me hará caso, al menos no como yo quería.

Ya estaba a punto de regresar al hotel, cuando la vi, ¿estaba peleando con alguien en la calle? Sí mis sospechas eran ciertas esa persona debía ser su pareja.

-No tenemos todo el día joven, ¿Se va a bajar aquí o no?

-Que lata, de todos modos te voy a pagar- me molesto que el señor del taxi me sacara de mis pensamientos.

-Ya van 20 pesos de más- se recargo en el asiento.

Estuve a punto de bajarme para ayudarle a Irene a levantarse del suelo cuando la empujaron pero se me ocurrió una idea mejor.

-Vamos a seguir a ese taxi, pero que no se note mucho- zarandee al conductor para que se diera prisa.

-Esto no es una película de persecuciones joven, no quiero problemas, deje de ver tanta televisión, ya van 30 pesos de más.

-Le daré lo triple de lo que me cobre si lo sigue rápido.

En este momento era capaz de bajarme y correr tras ese taxi pero el conductor por fin me hizo caso, apago las luces delanteras del auto y lo siguió conservando la distancia para no llamar la atención, no paso tanto tiempo en que el otro taxi se detuvo, pagué al taxista incluso de mas y seguí a la chica que bajo.

Fue una suerte que no volteara hacia atrás, aun así iba conservando la distancia para que no notara mi presencia. Habitaciones numeradas, por suerte no había mas gente en los pasillos si no podían echarme. Las llaves se le cayeron, me quede quieto fingiendo que intentaba entrar a una habitación cercana. Tardo demasiado en levantar ese llavero del suelo, y mas aun en ponerse de pie, pero cuando por fin lo hizo, no le atinaba a la cerradura, la metía de lado, del otro, arriba, abajo, de nuevo hacia a un lado, pero que le pasa ¿Tiene Parkinson o qué?

Agarre sus llaves, casi arrebatándoselas de las manos y la metí en la cerradura.

-Listo, lo siento, vi que te costaba algo de trabajo.

-Gracias supongo- me dijo apenas viéndome de reojo, se metió a su habitación y cerró la puerta en mi cara.

Me fui rápidamente de allí a ver a Irene. Tome otro taxi, sentía que comenzaba a quedarme pobre, pero si me subía a un autobús terminaría en camino a ningún lado.

Esta vez no me dio tanto trabajo dar con la ubicación del lugar donde vivía. Toque la puerta y después de varios minutos salió a abrir.

-Hola disculpa la hora, sólo he venido a disculparme, soy muy idiota por todas las cosas que te dije- la notaba algo triste pero no le pregunte la razón.

-Esta bien- extendió su mano y yo también quedando como amigos.

Me invito a pasar y me invito un café, al entrar lo primero que vi fue a su hermano tirado en el suelo, como siempre de borracho hice un gesto involuntario de asco que por suerte ella no vio, es que su hermano nunca me ha caído bien, siempre ha sido muy sobreprotector con ella.

Me llamo Seul... Seulgi • Seulrene [ADAPTACIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora