Capítulo II.

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Charles cerró el cuaderno unos segundos para tomar un poco de aire. Leer aquello le revivió los recuerdos de esa de verano, podía escuchar con claridad la voz de Erik.

-Así que te vas y piensas dejarme, - Charles se vio a si mismo asustado por el proceder de Erik,

las palabras habían salido entrecortadas de sus labios para responderle, -No amor, mis papás me propusieron ir a Oxford para estudiar la maestría pero les dije que si tu no ibas conmigo yo no iría, - Erik reía de modo descontrolado por que no creía en sus palabras.

-Crees que soy tan estúpido para creerte, me tuve que enterar por terceros de tu decisión de irte, - el se vio aterrado y había empezado a llorar, tenía miedo de lo que fuera a sucederles,

-Erik deberías bajar la velocidad, vamos a detenernos un momento a platicar, - la mirada que le dedicaba Erik estaba cargada de furia,

-No trates de convencerme de nada Charles, ibas a abandonarme, - una sensación de escalofrío recorrió el cuerpo de Charles al recordar como Erik se había distraído de la carretera. Cuando quiso recuperar el control y volver al camino había sido demasiado tarde, el auto estaban fuera del asfalto. Hubo un gran estruendo y el carro giro un par de veces hasta quedar casi destruido.

Eso era lo único que Charles podía recordar de aquel fatídico día.

Con el dorso de la mano derecha limpió unas cuantas lágrimas que se habían escapado de sus ojos al recordar aquello. Abrió de nuevo el cuaderno para leer otras páginas...

Desperté, apenas y podía abrir los ojos por que estos se cerraban al instante.

Mi hermana estaba parada en la puerta hablando con Brian y Sharon en el sillón, ojeando una revista.

No se percataron de que había abierto los ojos.

Quise llamarlos pero descubrí que el malestar en mi boca y en parte de mi labio se debía al tubo que estaba suministrándome oxígeno. Grandes revelaciones llegaron de golpe cuando traté de tocarlo, pero mis brazos estaban pesados y entumecidos, traté de subir el izquierdo para tocar mi cara y el dispositivo que lastimaba mi boca pero fue inútil.

Caí preso de la desesperación y fue hasta entonces que las máquinas a las que estaba conectado sonaron de un modo ensordecedor. Raven fue la primera que se detuvo a verme, me sonrió y yo sentía lágrimas correr por los costados de mi rostro, una sensación de quemazón atacó mi garganta y amenazaba con asfixiarme. Después dejé de oír todo y varias personas entraban y salían de la habitación con tanta rapidez que mis ojos no podían mantenerles el paso.

Y volví a quedar inconsciente.

Desperté en una habitación diferente encontrando a mi padre mirando por la ventana, el gran Brian Xavier estaba de brazos cruzados y se notaba tenso. Ya no había tantas máquinas, incluso el ventilador mecánico había sido sustituido por una gafa nasal de oxígeno.

Traté de llamarlo pero la voz fue apenas un gemido y las cuerdas vocales me ardían. Su expresión me fue desconocida, jamás lo había visto con un semblante de pena al verme. Me sentí extraño al verlo abrazarme, pero era aún mas raro que apenas y sentí la fuerza que ejercía su cuerpo sobre el mío.

Lo primero que vino a mi mente fue Erik.
¿En donde estaba Erik?.

Abrí la boca para que salieran con esfuerzo las cuatro letras de su nombre. Brian me miró con furia para soltar improperios en contra suya, de sus labios oí que estaba vivo mientras yo había permanecido mas de quince días en coma.

YOU CAN LOVE (CHERIK/XAVIERINE)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora