Capítulo III.

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Charles dejó el cuaderno a un costado y paso saliva con dificultad, aun le era difícil revivir todo aquello. Después de recobrar la calma, tomó de nuevo el cuadernillo y continuó su lectura...

Era una alegría tener de regreso a Logan, ambos nos hicimos muy amigos cuando visitaba constantemente su tienda de motocicletas. Me gustaba compartir mi tiempo con el y escucharlo hablar, yo era solo un adolescente y el ya era un hombre, sabía miles de cosas y podía gastar su tiempo hablando de motores y esas cosas que yo también comprendía. El se fue tiempo después de regreso a Canadá, yo había iniciado la relación con Erik y por respeto a él, solo lo mencioné una ocasión y después prácticamente perdimos contacto.

Logan siempre me vio con mucho cariño y le admiraba el particular color de mis ojos. Por aquel entonces no se había atrevido a insinuar nada sobre mi por que yo le parecía muy joven y el un anciano. Pero ahora estaba de vuelta con una nueva tienda de Motocicletas al centro de la ciudad y con todas las intenciones de verme, esperaba que no se desilusionará al ver mi condición.

Lo cité cerca del centro de rehabilitación, aún no podía hacer muchas cosas, como avanzar distancias largas en la silla de ruedas. Solo habían pasado seis meses del accidente y apenas estaba acostumbrándome a mi nueva realidad. Así que decidí vernos fuera del hospital. Habíamos hablado varias veces por teléfono, le conté del accidente sin entrar en detalles. Esperaba no causarle conmoción al verme, ya que había bajado varias libras de peso y había cambiado mi particular forma de vestir por una mas cómoda y sencilla. No mentiré con decir que me veía un tanto desaliñado pero ahora nada me preocupaba. Erik estaba tan alejado que no me importó conservar mi buena apariencia y aparte era molestó pedir cada dos días a mi padre que rasurara mi incipiente barba.

Logan llegó a la hora pactada, yo lo esperaba con una mezcla de ansiedad y nerviosismo. Me impresionó verlo desde mi nueva estatura, parecía más corpulento y su musculatura dejaba ver que parte de su tiempo lo usaba ejercitándose. Me sentí ansioso y me ruborice al instante, traté de desviar la mirada cuando se acercó a mí. La acción de arrodillarse y abrazarme me tomo por sorpresa. Correspondí con dificultad por que mis brazos podían moverse hasta cierto grado pero lo hice con avidez, estaba necesitado del contacto con alguien que no fuese de mi familia y que sintiera cariño genuino por mi.

Nos sonreímos y fuimos directo a la cafetería del hospital, debíamos ponernos al día. Logan condujo con amabilidad la silla de ruedas y se lo permití, estaba tan agotado después de la fisioterapia como para luchar contra los neumáticos y se solo me dejé llevar por la amable muestra de afecto. La plática reveló aspectos importantes de mi vida que hasta el momento no había querido platicar con nadie, le conté que Erik estaba mas ocupado que nunca con su trabajo y que habíamos dejado de ser tan cercanos. De la lesión medular, que era considerada una cuadriplejía, que resultaba ser bastante limitante, impidiendo mover mis brazos con libertad.

Logan volvió a sorprenderme, cuando sin dudar paso su mano sobré la mesa y tomó las mías entre la suya, quería devolverle el gesto pasando mis dedos por el dorso de su mano, sentir su piel dura y el vello que había en ellas, pero mis dedos no reaccionaban y mis manos permanecían casi todo el tiempo en la misma posición, cerradas. Se que lo hizo para darme un poco de consuelo y fue cuando todo se derrumbó en mi como una gran torre de naipes, le pedí un abrazo y fue hasta ese momento en que me permití ser vulnerable, y llorar por lo que había sucedido.

El abrazo fue cálido y después de tanto tiempo me sentí seguro, no se cómo lo logró pero Logan me tranquilizó. Me llevó a la mansión y sostuvo una animada plática con Brian, al poco tiempo se despidió y les dijo a mis padres que no debían preocuparse ya que el iría diario por mí a la fisioterapia.

Erik continuó con la relación pero nos veíamos muy poco, tal vez soy paranoico pero evitaba por todos los medios salir conmigo a la calle o lugares concurridos, siempre había una buena excusa para quedarnos en la mansión.

Yo estaba muy ansioso por que ese día por la mañana, Erik llamo a mi móvil quería invitarme a cenar para celebrar nuestro quinto aniversario. Me sentí de nuevo parte de el. Busque junto a Raven mi mejor traje, Brian me ayudó a bañarme y afeitarme, estaba listo cuando Erik llegó por mi. Tenía mucho que no usaba un traje sastre pero al parecer la cena no sería tan formal y me sentí fuera de lugar al verlo en unos vaqueros y suéter. Nos despedimos y prometió traerme de vuelta antes de media noche.

Fuimos a su nuevo departamento a cenar, me sorprendió por que estaba en una excelente zona en el centro de la ciudad. Me ayudó a comer y un poco con la copa de vino. La ansiedad me comía cuando lo sentí tan cerca y supe por intuición sus intenciones. Está sería la primera vez que tendrían sexo después del accidente, y aún no estaba seguro de como reaccionaria mi cuerpo.

Recuerdo poco del momento, Erik actuaba de modo mecánico y frío, repartía besos feroces y me gritaba que pusiera más empeño. No conseguí excitarme y por ende nunca tuve una erección. Aún así el decidió que debía penetrarme. Pedía fúrico que tratará de sostener mis piernas, al ver que no lo conseguía, me volteó boca abajo y me penetró sin compasión, lo supe por que dolió de un modo particular y el calor quemaba por dentro mi piel. Gritó que debía gemir, no quería estar cogiendo con un puto muerto. Empece a llorando de impotencia por no haber podido complacerlo, mas que por el abuso que había cometido sobre mí. Probablemente la posición en que me encontraba o los movimientos bruscos provocaron espasmos en casi todo mi cuerpo, Erik empujó mas fuerte y dijo entre jadeos que eso que sucedía con mi cuerpo era extraño pero que podría llegar a gustarle. Me sentí ofendido y ofuscado. Si hubiese podido, habría salido corriendo de ahí. Ese Erik, definitivamente no era del cual me había enamorado tiempo atrás. Me ayudó a limpiarme y vestirme. Me llevó directo a casa sin hablar de nada más.

Afuera me esperaba mi hermana, pudo notar que no estaba bien. Solo le pedí ayuda para acostarme y un somnífero, quería dormir toda la noche y olvidar lo que había pasado.

Charles estaba descompuesto anímicamente, leer lo que le había sucedido a manos de quien había jurado amarlo, fue un terrible golpe. Le había sido difícil recuperarse de un abuso de ese tipo, pero aquello era parte de su pasado. Y ahora miraba solo de frente.

YOU CAN LOVE (CHERIK/XAVIERINE)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora