Debo admitir que me sorprendí bastante al conocer, o mejor dicho reconocer los hijos de Joseph, pero a pesar de todo, la cena fue agradable, bastante para mi gusto.
Después de que se terminó la cena y despedimos a los invitados, ayude a mamá en cuanto a la limpieza y una vez terminamos subí a mi habitación, me quité el vestido y me bañé, tras soltarme la apretada coleta, me hice dos trenzas flojas para dormir.
Sin embargo, no tenía sueño, mi mente andaba divagando y curiosamente se fue al momento en el que lo vi por primera vez; cuando casi le doy a su hermano, pero al impedírmelo, le di a él.
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Después de ducharme, me puse un bóxer y un top negro, una licra gris y una sudadera del mismo color para terminar haciéndome una coleta alta.
Tomo mi celular y tras conectar los auriculares pongo a sonar las canciones que tengo en éste, sin excepciones y mira que tengo gran variedad de géneros. Bajo las escaleras me despido de mamá y salgo para el gym, a decir verdad no queda tan cerca, pero voy a hacer ejercicio, no? Pues empecemos desde ya.
Después de unos veinte minutos trotando, llego al gym y Nhoa, el entrenador, que para mi sorpresa solo tiene poco más de veinte, me saluda como siempre muy amistoso.
-Oye, pero si tenías mucho que no venias por aquí- dice después de romper el abrazo.
Me quito los audífonos y los guardo junto con el celular en la sudadera
-Bastante, pero tú sabes, siempre fiel a ti-
-Esa es mi chica- dice sonriendo- y, ¿sigues con lo del boxeo?
-Si, ¿por qué?
-Hay un nuevo torneo- informa.
-Genial, ya sabes, no permitas que toquen mi premio- digo asegurando mi triunfo, es que vamos... no es por presumir pero soy la única mujer que ha vencido a más de diez chicos.
-De acuerdo, aunque no estoy tan seguro, el chico es bueno-
De pronto la rutina de ejercicios puede esperar.
-¿Ah sí?
-Si, pero descuida, yo siempre voy a ti-
-Me alegro- digo sonriendo.
Después de hablar con Nhoa y contarme que el chico es su amigo pero que es nuevo en este gym, me voy a hacer mi rutina de ejercicios; levantar pesas, la caminadora, entre otros. al final cojo unos guantes rojos y me dirijo a un saco.
Tras soltar una buena paliza al pobre saco, me siento a descansar y maldigo al percatarme de que no traje ni siquiera una botella de agua. Después de unos minutos aparece alguien que dice:
-Toma- me extiende un gatorade, esas cosas no me gustan, pero teniendo en cuenta que llevo una sed tremenda y es regalada la cojo, aunque no disimulo mi cara de disgusto.
-Lo siento, a mí tampoco me gustan, solo creí que quizás a ti sí- dice éste y cuando voy a decir algo, él me lo quita y prosigue- toma- ahora me ofrece su botella de agua.
Yo, consiente de que él se ha estado pegando de esa botella, agarro el gatorade y lo destapo mientras digo:
-Prefiero ésto- y sin despegarme de la botella me lo bebo. Menuda sed que tenía, no ha sido tan desagradable.
-Pensé que no te gustaba- se burla
-Y no me gusta, pero eso no quiere decir que no tenga sed-
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Mi Control
RomanceKarol Elizabeth Monrrow Ella producto de una violación. Es una chica universitaria de 19 años con una belleza y un cuerpo escultural opacados por unos ataques de ira frecuentes que sólo es capaz de controlar en su casa por su querida madre quien es...