A pesar de mi determinación, no me siento cómodo cuando comienzo a inspeccionar su habitación, tengo la sensación híper molesta de estar violando una intimidad, de ser un ladrón, de cometer una acción imperdonable. Dejé abiertas todas las puertas que me separan del gran vestíbulo, esperando escucharlos de lejos si llegan sin avisar. A pesar de esta precaución, no las tengo todas
conmigo.
Cualquier ruido me hace sobresaltarme y, en mi situación, te das cuenta de que hay una cantidad
astronómica de ruidos, incluso en un apartamento silencioso. Tengo las manos húmedas, mi corazón golpea en mi pecho, cada segundo me detengo para escuchar, con todos los sentidos en alerta.
El más ínfimo roce de tela me inquieta, el más mínimo chirrido de un cajón o una puerta me asusta. Mi tarea es todavía menos fácil ya que debo volver a poner lo que desordené exactamente
como estaba antes, con el fin de que no se den cuenta de mi intrusión. Mis nervios están
completamente tensos.
Después de haber explorado muy apresuradamente las mesas de noche y un ropero, es en una cómoda, en medio de otros insignificantes objetos, que me encuentro al fin, frente a frente, con un teléfono; es un modelo viejo. Necesito de toda mi voluntad para no soltar un grito de triunfo.
¡Dios mío, haz que funcione! ¡Haz que la batería esté cargada!
Estoy tan nervioso que se me escapa de las manos y cae en el cajón. ¡Tengo que tranquilizarme! ¡Que respirar profundo!
Funciona, la batería parece estar en forma. Al momento de marcar el número de Jimin, me doy cuenta de que ya no lo recuerdo. Habitualmente, cuando lo llamo por teléfono, mi teléfono móvil lo marca él mismo. Después del tiempo durante el cual no lo he hecho, salió de mi mente. ¡Es tan estúpido! Por más que le doy vueltas en mi cabeza en todas direcciones, nada me llega.
¿Voy a llamar a Hillerman Bros? El número del trabajo lo sé de memoria, pero voy a tener que pasar por el conmutador, tal vez esperar a que Taehyung esté disponible y, sin duda, perder un tiempo precioso. ¡Y no tengo demasiado tiempo! Vacilo.
De repente, el número que esperaba tanto se alinea en mi cabeza, todos los números en el orden correcto. Soy incapaz de decir por cuál milagro se produjo esto. ¡Es brujería!
Mis dedos nunca habían volado tan rápidamente sobre las teclas; el timbre suena.
¡Respóndeme, Jimin! ¡Oh! ¡Te lo suplico, respóndeme!
Descuelgan, al fin.
- ¡Jimin! Yo…
- ¡Hobi!El grito de sorpresa de mi amigo cubre mi voz. Antes de que logre decir una palabra, él prosigue:
- ¿Qué está pasando? ¿Te sucedió algo? ¿Por qué no me llamaste? Estaba muerto de la angustia…
Como de costumbre, diez mil preguntas al mismo tiempo.
- ¿No recibiste mi e-mail?
¡De hecho, el de Yoongi! ¡Pero, es inútil complicarlo por el momento!
- Sí, pero parecía tan poco que fueras tú, que me preocupé. ¡Debiste llamarme!
- No podía llamar, Yoongi confiscó mi teléfono y yo…
- ¿Yoongi? ¿Quién es Yoongi? ¿Estás enfermo? ¿Tuviste un accidente? ¿Dónde estás ahora? ¿En el hospital?
- No, no estoy en el hospital. ¡No sé exactamente dónde estoy! No estoy enfermo y no tuve un accidente, solamente que…
- ¡Oh! Es que estoy contento de que estés bien…
Escucho desde aquí su suspiro de alivio. Tan solo el sonido de su voz me reconforta el corazón, él no puede darse cuenta del bien que me hace. Me hace falta el valor para pedirle que deje de hablar un poco, es tan bueno escucharlo, reencontrarme con él tal como es. Él me causa la sensación de retomar mi lugar en el mundo normal, un mundo en el que los esposos no matan a su marido cuando desean separarse de éste, un mundo en el que no se rapta a las personas bajo el pretexto de venir en su ayuda. Un mundo en el que no soy retenido como prisionero en el interior de un lujoso apartamento, por un salvador potencialmente surgido de ninguna parte. ¡En resumen, el mundo normal!
Desafortunadamente, ése no es el mundo en el que vivo desde hace una semana, y tengo que informárselo a mi amigo.
- ¡Escúchame, Jiminie, te lo ruego! ¡Es súper importante!
Él agrega en voz baja:
- De cualquier forma, estoy contento…
Así que, lo más rápidamente posible, le cuento todo, desde mi rapto hasta el momento presente.
Al mismo tiempo que acecho ansiosamente la posible llegada de Seokjin o Namjoon, le describo a
grandes rasgos lo que me sucedió, y concluyo preguntándole lo que él piensa.Bueno… no estoy seguro… Parece tan irreal… ¿No me estás haciendo una broma?
- ¡Oh! ¡Jimin! Tú me conoces, eso no es mi estilo.
- Sí, tienes razón, discúlpame…
Hay un silencio, y durante esa pausa repentina, un ligero ruido procedente del pasillo me llega.
¿Alguien que sale del ascensor?
- Perdóname, Jiminie, tengo que colgar. Intentaré llamarte de nuevo.
Rápido, rápido, volví a ordenar todo. Un último vistazo para asegurarme de que no olvidé nada y me deslizo afuera de la habitación. Cuando Jin empuja la puerta de la cocina, me encuentra frente a la puerta abierta del refrigerador. Yo le dirijo mi sonrisa más hermosa.
¡Ten cuidado con no exagerar!
- Dime, Seokjin, no encuentro la Coca, ¿ya no hay?
Con una sonrisa sorprendida, me muestra la botella de Coca que se destaca en su lugar habitual.
- ¡Ahí, señor, justo frente a sus ojos!
- Discúlpeme, le digo con una risita, no sé dónde tengo la cabeza…
Sus ojos me siguen mientras saco la botella del refrigerador y me sirvo en un vaso.
¿Sospechará algo?
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Prisoner Or Guest? > Yoonseok [Segunda Temporada]
Fanfiction🔸Esta historia no me pertenece, es una ADAPTACIÓN al Yoonseok 🔸Historia original: Secuestrada por un millonario [de Lindsay Vance]