En El Punto Más Alto [I]

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Al regresar a mi habitación, me cruzo con Namjoon, quien regresa de los trabajos de limpieza en la terraza. Amablemente, me pregunta:

- Perdón, señor, ¿piensa usar la piscina el día de hoy?

- No, no pienso hacerlo, Namjoon. ¿Por qué?

- Porque tengo que cambiar el cartucho del filtro y si no piensa utilizar la piscina hoy, podría
hacerlo ahora.

- ¡Ande! Hágalo, me voy a quedar abajo…

Con un carraspeo educado y una sombra de sonrisa, agrega:

- A propósito, ¿encontró su suéter?

- ¿Mi suéter?

¿De qué está hablando?
Súbitamente, recuerdo el pretexto que alegué hace un rato para verificar si
estaban en la terraza. La vergüenza me regresa.

- ¡Ah! Sí, sí… gracias, estaba en la biblioteca.

Él me lanza una mirada perpleja, al menos eso es lo que me parece, pero tal vez no es más que una idea que me hago. Además, después de mi respuesta, él continúa su camino sin preocuparse más por mí. Falsa alarma, ni él ni su esposo sospechan nada. No debo de ponerme paranoico.
Una vez que regreso a mi habitación, me instalo frente al tocador y me dirijo una mueca en el espejo, tarareando algunos compases de «Bet» de Tinashe. Me siento mejor.
¡Tuve a Jimin al teléfono! A pesar de su brevedad, la comunicación me volvió a subir el ánimo. Por primera vez desde que estoy secuestrado, tengo el sentimiento de haber logrado algo, de ya no sufrir los acontecimientos sin reaccionar. Eso me hace un bien inmenso, me siento de mucho mejor humor.
No eufórico, no, no se debe exagerar nada, pero reencontré mi dinamismo y un poco de optimismo en cuanto a la evolución de la situación, ésta ya no me parece tan sombría como antes. La pasividad a la que Yoongi me obliga me bajaba el ánimo; difícilmente soporto que le pongan trabas a mi libertad de acción.
¡Oh! Por supuesto, fundamentalmente nada ha cambiado. No me hago ninguna ilusión, mis problemas no desaparecieron como por arte de magia a causa de una simple llamada; estoy cruelmente consciente de eso. La amenaza de Jungkook, mis dudas frente al comportamiento de Yoongi, mi incertitud ante el futuro inmediato, están lejos de haber desaparecido.
Y, desafortunadamente, debo reconocer que en esa área, mi amigo no me fue de gran ayuda. No fue su culpa ni la mía, no tuvimos el tiempo suficiente para conversar ampliamente; pero bueno, ahora está enterado. Hablé con él, eso ya es una primera brecha en el muro de mi prisión, espero poder atravesar otras, encontrar ocasiones. ¡Hay que ver los puntos positivos!
Repartido entre el optimismo y el pesimismo, dejo que mi mente vague poco a poco. ¿Qué sucederá cuando la amenaza de Jungkook haya sido alejada? ¿En qué me convertiré?
¿Qué es lo que haré? ¿Y, para empezar, cuál será mi relación con Yoongi? Por una especie de acuerdo tácito, los dos evitamos abordar el tema. Es verdad que por el estado actual de las cosas, sería prematuro; me enseñaron que los problemas deben tratarse a medida que se presentan.
No obstante, eso no me impide tener algunas ideas sobre la cuestión, algunas esperanzas, una dirección general. Así, la noche anterior, Yoongi dio a entender claramente que no quería que nos dejáramos. Yo tampoco quiero que nos dejemos, solamente que, mi experiencia desafortunada con Jungkook, me hirió. No puedo repetir el mismo error, no todas mis dudas están superadas. ¿Estoy decidido a comprometerme por mi lado como él parece desearlo?
¡Mmmm! ¡No es seguro! ¡Oh! ¡Sí, tengo muchas ganas de quedarme con él!
¡Ok, tengo ganas de hacerlo, pero de cualquier forma, no es seguro al cien por ciento!

Sumergido en mis reflexiones, me desconecté progresivamente de lo que me rodea.
De pronto, un impacto brutal me saca de mi sueño, un ruido violento que me regresa a la realidad.
Parece que algo pesado cayó al suelo, explotando. Yo intento escuchar con atención, ya no escucho nada. Luego, progresivamente, otros ruidos suceden al primero, menos violentos, más confusos.
¿Es Namjoon que tiene problemas con el filtro de la piscina? Tengo la impresión de que viene de menos lejos y, si ya terminó con la piscina, ¿qué puede estar tramando? Es imposible identificar el origen de los sonidos, pero son cada vez más fuertes. ¿Qué está pasando? Estoy al acecho, no se debilitan, incluso parecería que el alboroto se intensifica.
Bruscamente, siento miedo, un espanto instintivo, animal. ¿Qué hacer?
Después de algunos segundos de duda, me levanto y abro la puerta. En el pasillo, el tumulto se vuelve más neto. Continuación de impactos, golpes, choques violentos, sonidos de caída. Doy algunos pasos. ¿Qué podrá ser? Ahora, un verdadero alboroto que proviene del vestíbulo de la entrada
me llega. Creo identificar unas quejas, unos gruñidos sofocados.
De pronto, escucho la voz de Namjoon que grita:

- ¡No!, no…

Luego, un silencio completo. Por el espacio de una fracción de segundo, me quedo paralizado, con la mente vaciada de cualquier pensamiento. La puerta de la cocina se abre en un estruendo; Seokjin surge de ella como una flecha y se lanza rápidamente, con grandes zancadas, hacia el vestíbulo. Yo le piso los talones, él detiene en seco su recorrido y se gira hacia mí.

- ¡No vaya, señor Hoseok! ¡Enciérrese en su habitación!, ordena con una voz autoritaria, con la que me quedo con la boca abierta.
Nunca me había hablado con ese tono. Al momento en el que está a punto de irse de nuevo, un hombre armado, vestido de oscuro, surge del extremo del pasillo.
Instantáneamente, se pone en posición de tiro y, en cuanto me percibe, apunta su pistola hacia el
suelo, gritando con un tono nasal:

- ¡No tema!

Unas gafas negras enormes ocultan sus ojos, es lo primero que me impacta de él, aún más que su arma. Él gira la cabeza hacia el vestíbulo y lanza con una voz fuertemente teñida de un acento texano:

- ¡Date prisa, Dusty, están aquí!
Seokjin se precipita hacia él. Una orden resuena:

- ¡No se mueva y no le haremos daño!

Todo sucede tan rápidamente que yo no tengo tiempo de reaccionar, además, el terror me paraliza;
estoy aterrorizado. El hombre de negro tiene agarrado a Seokjin por la cintura e intenta presionarlo al suelo; él lucha con tanta energía que su agresor tiene las más grandes dificultades del mundo para contener sus patadas. Sin embargo, en ningún momento busca utilizar su arma.
En ese momento, el tal Dusty hace su aparición. Más pequeño que el otro, más gordo, pero vestido de oscuro él también, y también con enormes gafas negras y una pistola, la cual apunta ostensiblemente hacia el suelo.
A costa de un inmenso esfuerzo en mí mismo, finalmente, logro salir de mi parálisis y me lanzo hacia la habitación. No sé qué está pasando, pero una cosa es segura, tengo que escapar a toda costa; el miedo me impulsa súbitamente. Tan solo pienso en una cosa: ¡ojalá que no me disparen! Escucho a mis espaldas al texano, quien se impacienta:

- ¡Déjala correr por el momento, Dusty! Y dame una mano. ¡Éste es una verdadera fiera!

Una vez que la puerta está cerrada, apoyo mi frente contra el panel y recupero el aliento. Siento un peso en mi pecho, mis manos están temblando, tengo las rodillas débiles y un nudo en la garganta.
¿Quiénes son esos hombres? ¿Qué quieren? ¿Robar el apartamento? ¿Cómo entraron? Las preguntas se amontonan en mi cabeza, sin respuestas.
Espero que no hayan herido a Seokjin o a Namjoon, están armados. ¿A menos de que sean hombres enviados por Jungkook? ¡Imposible! ¡Él no puede saber que estoy aquí! ¿No puede?
Afuera, el tumulto parece calmarse, ya no escucho nada. ¿Se habrán ido? No soñemos, sería demasiado hermoso.

Mi respiración recupera, poco a poco, un curso más regular. ¿Qué están
haciendo? Pego mi oreja a la puerta preguntándome cómo reaccionaría si entraran a la fuerza.
¿Resistirme? ¿Pero cómo? ¿Con qué? Además, no tengo el tamaño para hacerlo. Es entonces cuando escucho:

- ¿Hobi, mi amor, dónde estás?

Prisoner Or Guest? > Yoonseok [Segunda Temporada] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora