Después de una tierna e inocente confesión que marcó la vida de Min YoonGi como la de Park JiMin, se desata un caos que involucra el tiempo de vida de ambos.
Un rechazo que marcó el final de un principio.
El futuro da muchas vueltas y una vez que lo...
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Las horas siguieron su curso en el lapso de la noche y perdió la noción del tiempo desde que sumió en un sueño profundo. Las manecillas del reloj no dejaban de hacer eco en la solitaria habitación y el frío que se colaba por la ventana calaba sus huesos.
Y para cuando Yoongi finalmente despertó, se encontró en el frío suelo del departamento y bastante confundido.
─¿Q-Qué ha pasado? ─titubeó en voz baja, desorientado y su cabeza no dejaba de dar vueltas ─. ¿D-Dónde estoy?
En el departamento no había nadie por el momento, se encontraba complemente solo, con la luna siendo su única guía y compañera. Una vez que se fue levantando del suelo, tratando de calmarse, Yoongi comenzó a ordenar el torbellino de pensamientos malos e inseguros.
« Pensé que había llegado mi momento de irme y dejar este mundo. »
Creyó haber desaparecido de está tierra, condenando a Jimin a una muerte lenta y tortuosa, en base a su egoísmo. Por escasos segundos cerró sus ojos, tratando de calmarse y recordar aquella voz tan familiar en su cabeza, también tosió un par de veces, regularizando su respiración por el dolor de su pecho.
No entendía que le sucedía, tampoco que rumbo tomaría su vida, se supone que ya se había resignado a morir y espeaba la muerte con los brazos abiertos, ¿Por qué seguía sufriendo y no sucedía lo que debía llegar? ¿Qué estaba esperando su lobo con dejarlo más tiempo con vida? Por tanto pensó que definitivamente lo había matado y jamás regresaría, pero fue su voz la que regresó entre los muertos.
¿Era por la presencia de Jimin de nuevo en su vida? Por la luna, debía hablar lo más pronto con el omega, seguro estaba preocupado y asustado por el silencio. Sin embargo, pot más que quiso levantarse, sus piernas no se lo permitieron por el momento.
Los ojos de Yoongi se llenaron de lágrimas al recordar esa voz en su cabeza, trayendo una luz de fe y esperanza a su herido corazón. Sin dejar pasar más tiempo, se hizo bolita en el suelo y dejó salir todo aquello que guardaba para sí mismo y no decía nada en voz alta. Tantos años transcurridos en soledad y silencio de su parte, incluso había olvidado como era la voz de su alfa interior, por fin estaba de regreso.
Se sentía tan asustado de este cambio y temía que algo malo llegará a suceder por culpa suya.
Observó de reojo el reloj en la pared, soltando un profundo suspiro al darse cuenta de lo tarde y que sería tonto llamar a Jimin. Eran las 3:00 a.m. y al parecer Somin ni siquiera estaba en el departamento. Se arrastro unos cuántos centímetros poder alcanzar su móvil entre sus manos y se sorprendió al ver que Jimin dejo demasiados mensajes, luego de que colapsará en el frío suelo y todo se tornará oscuro.
─Por la luna, le debo una buena explicación a Jimin ─susurró para sí mismo en voz baja con culpabilidad, mirando desde las notificaciones todo lo que el omega escribió ─, se nota que está preocupado.
