~ＬＡ ＬＵZ ＤＥ ＴＵ ＭＩＲＡＤＡ~

36

Acabando de leer la nota empecé a hacer un berrinche. Si. Comencé a patalear, jalarme el cabello y respirar muy fuerte, hasta terminar en el suelo abrazando mis pies.

—agh. Ya, ya no aguanto, ahora sí, cualquier cosa extraña que pase la tomaré en cuenta y llegaré al fondo de esto — dije segura y con algo de fastidio.

...

Pasaron un mes y medio aproximadamente, no había pasado algo relevante en todo este tiempo, bueno, YounSoo y SunHee se hicieron más cercanos a mí, y Kino, él pues, él no va bien respecto a controlar bien sus impulsos.

—¿en qué tanto piensas? — dijo SunHee sentándose en la cama

—en nada — dije sonriente

—¿Es algo con Kino? — se acercó

—no, no, todo bien con él — mentí. —supe que tú y JB se hicieron amigos— dije para desviar el tema

—ah, si. Tenías razón, es muy fastidioso — dijo y rió

—conste que te advertí— nos comenzamos a reír

— me gusta tú sonrisa— dijo y se quedó  perpleja

—¿gracias? — dije algo nerviosa

—hola T/n, Liz me dijo que estabas aquí — dijo YoungSoo parado en el marco de la puerta —oh. Hola SunHee, m-mejor vuelvo más tarde — comenzó a retirarse

—no no no, yo ya me iba— se levantó de rápido —adiós T/n, adiós YoungSoo— hizo ademanes a ambos y salió del cuarto.

—¿de qué me he perdido? — preguntó YoungSoo

— ha soltado que le gusta mi sonrisa y se ha puesto así—. Alcé los hombros —y bien, ¿qué te trae por aquí?—

—quería preguntar algo. ¿Qué tal va tu relación con Kino?— no respondí —vamos, confía en mí— sonrió dulcemente

—bien, muy bien de hecho hecho— volví  a mentir —¿por qué la pregunta?— lo miré curiosa

—no vayas a creer que ando de chismoso ni nada de eso. Mira, nunca dejes que nadie te levante la voz— –oh no, no puede saber lo que Kino es realmente–  —te lo digo por experiencia, no dejes que te hagan sentir menos, ni que te chantajen por cosas sin sentido— me tomó  de los hombros —¿Kino te pega?—

—n-no, claro que no no— levante una ceja —¿por qué debería de hacerlo?—

Puso una cara seria —T/n, no mientas. La otra vez...—  –por favor que no sepa, por favor–  —la otra vez vi que te estaba gritando y casi te pegaba—

—eso no debería importarte, son cosas de pareja ¿sabes?— dijo Kino, haciendo que ambos diéramos un salto del susto y que YounSoo se pusiera nervioso de mas —T/n tu madre dijo que si podíamos ir al súper por algo de mandado— me dijo tranquilo, sin ninguna expresión en el rostro

—¿YoungSoo vienes con noso- — me interrumpió

—descuida, también tengo que pasar a visitar a mi tía tía—. Hizo un ademán y se fue.

Kino me agarró fuertemente de la mano y me bajo, literalmente, a rastras, pero cuando noté a mi mamá en la puerta fingí una sonrisa.

— muchas gracias, Chu dijo que pueden usar su coche— ambos asentimos y salimos.

No quería entrar al coche, no quería quedarme a solas con él y mucho menos si esta apunto de explotar.

—¿vas a entrar o no?— dijo molesto pero yo no me moví —agh apurate— abrió mi puerta y me metió.

Se puso en marcha, ambos íbamos en silencio, hasta que él lo cortó.

—¿le dijiste algo a ese inútil?— dijo con la mirada al frente. Negué con la cabeza. —¡habla! ¿No vez que voy al volante? Aah pero no es para andar contando cosas de nuestra relación porque ahí bien que hablas— apretó el volante

—oye respetame— dije algo enojada

—¿qué te respete? Primero TU aprende a respetar nuestra privacidad— su cara estaba roja

—¡no le dije nada! ¡por un carajo ¿acaso no entiendes que es NO?— dije y me tape la boca, no debí  haber dicho eso.

Al parecer no le importo que el coche no sea de él. Se metió por una carretera no tan circulada y dio una vuelta quedando en una calle con escasas personas.

—¿me levantaste la voz eeh?— comenzó a reírse de una forma tétrica —ya hemos hablado de esto—. Salió del coche y comenzó a andar a mi puerta.

No me iba a dejar, no dejaría que lo volviera a hacer, ya estaba harta de sus cambios de humor. Cuando estaba cerca, azote la puerta en su rostro y salí corriendo; corrí y corrí sin descanso alguno, no quería otro golpe más, el único lugar que pensé que estaría a "salvo" era el supermercado, el cual quedaba a una cuantas cuadras más.

Escuché varios coches pitando así que me apresure más, ya faltaba poco para llegar. Hasta que entré y sentí un profundo alivio.

Me escabulli entre los pasillos, mi respiración seguía agitada y mi cuerpo estaba temblando levemente, seguía caminando y a la vez pensaba en cómo saldría de aquí sin que Kino me viera, pero una voz interrumpió mis pensamientos.

—¿T/n? — comenzó a acercarse —¿por qué estás tan agitada?— coloco su mano en mi espalda...