14' 02' 12
Ahh — Suspiro —
Era día de las amistades y enamorados, todo el mundo repartía cartas, flores, regalos y hasta besos, todo era maravilloso, claro, para las persona que si tenían pareja, pero por otro lado a las personas solteras, celebraban que... celebraban que.. No tenían que gastar dinero en cursilerías como esas. Pero para los niños pequeños las cartas que les llegaban los hacían sentir bien, esa sensación de poder tener amigos que te quieran y tu igual quererlos.
— Muy bien niños — La maestra habló tratando de ordenar a los pequeños monstruos que hacia desastre en el aula. — Recuerden que tiene que hacer cartas para el día de la amistad y dejarlas en el cesto de el asiento de su compañero.
Todos los niños asistieron y empezaron a hacer sus cartitas, una que otra era de amor, mientras que otra tenia amenazaba, como por ejemplo el chico Funderberker de nueve años.
— O-oye, po-drias pasar esta c-carta al chico Cone — El amigo del castaño tomo la carta y la dejo en el asiento del chico.
El pequeño Wirt se sobresalto al ver al amigo del castaño acercarse hacia el con una carta.
— Toma — El amigo de Jason le dio la carta y Wirt la tomo con un poco de desconfianza.
La abrió y se sobresalto, digamos que el chico Jason no tenia la mejor caligrafía del mundo así que a Wirt le costo un poco descifrar lo que decía, al final claramente Wirt solo rodo los ojos y miro a Funderberker con odio. Este sonrió satisfecho y volteo su cara de vuelta a la pizarra.
Wirt admiro otra vez la carta del chico la cual decia:"Oye Cone, será mejor que te alejes de mi querida Sara, porque ella y yo somos novios"
— Atentamente: el chico más guapo de toda la historia.
— Pd: Por si no sabes quién es el chico más guapo de toda la historia, soy yo.
Wirt rodó los ojos al leer lo último, e hizo bolita la carta y la tiro a la basura. Mientras caminaba al bote de basura, vio a un chico con una gorra café escribiendo con mucha dedicación una carta, Wirt pensó que era una carta para su amada, ya que nadie escribe con tanta dedicación. El chico castaño volteo y Wirt desvío la mirada rápidamente, haciendo que el chico de gorra soltara una risa.
[...]
El pequeño Dipper había terminado su carta, su única carta, pensaba que si el no recibía cartas por parte de los otros chicos de su salón, el tampoco debía hacerles cartas, pero a la única persona que le hacia carta era a su melliza Mabel. Ella era la única que le daba cartas por San Valentin, aun que le dolia un poco que no recibirá tantas cartas como los demás.
— Aquí tienes Mabel — El castaño entregó con ambas manos la carta que le había hecho un mucha dedicación a su hermana.
— Gracias Dipper — Su hermana le dio un abrazo y le entregó una carta.
— Gracias Mabel — Dipper le agradeció a su hermana, para luego volverse a su banca, su hermana tenia lleno su cesto de cartas que le habían dado otros chicos. Vaya que eso le dolio. - Bueno, tengo que regresar a mi asiento.
Dipper volvió a su asiento y puso su cabeza sobre el pupitre mientras que con sus brazos la rodeaba. Así se quedo un buen rato, ya casi se quedaba dormido, si no fuera por una voz que lo hizo despertarse rápidamente.
— ¡Oye niño Pines! — El nombrado levanto su cabeza fastidiado. — ¿Cuantas cartas recibiste hoy? — Pregunto esa voz burlona que llevaba meses atormentandolo, Lucas Uris, un chico gordinflón que era irritante.
— Vete ya Uris — Susurro Dipper molesto.
— ¡Miren chicos! El niño Pines no recibió nada — Lucas tomó el cesto vacío de Dipper y lo mostró frente a toda la clase.
Todo el grupo se reia y excepto dos personas, su más fiel compañera Mabel, y el chico con quien había compartido miradas hace un rato, Wirt.
[...]
Dipper se encontraba el la oficina del conserje encerrado, llorando,mientras apoyaba su cabeza entre sus piernas.
Sentía una gran vacío en su corazón, el sentía que le faltaba algo, como si fuera un rompecabezas y hubiera una pieza faltante, aun que no sabía como llenar ese vacío, lo mejor que podía hacer en ese momento era llorar.
Pero en el momento que levantó su cabeza, una figura hecha con cartas de corazón se había deslizado debajo de la puerta hasta llegar hacia el."Eres el mejor hermano que una chica puede tener, nunca lo olvides."
— Atte: ¡TU GEMELA ALFA!
Dipper seco sus lágrimas y sonrió por el detalle de su hermana. Al fin se había digando a salir y su hermana lo abrazo como nunca.
Ambos caminaron hacia su salón y cuando entraron se toparon con una gran sorpresa. El cesto de Dipper estaba completamente lleno, más que el de su hermana cuando tenia sus cartas.
— ¿Que es todo esto? — Se pregunto Dipper confundido y feliz al mismo tiempo.
Leyo de quien se trataban las cartas y todas decían lo mismo.
De: Wirt.
Para: Mi pequeño amigo, Dipper.Dipper buscó con la mirada a un chico, y en su búsqueda se volvió a encontrar es ese chico del cesto de basura, quien ahora estaba sonriendo con los ojos cerrados. Ahí fue cuando Dipper se dio cuenta quien había dejado todas esas cartas, ya que realmente no conocía a Wirt, tenía el presentimiento de que era el.
— H-hola — Saludó tímidamente Dipper — ¿Tu eres Wirt?
— Así es — El castaño asintió con su cabeza.
— B-bueno, yo q-queria darte las gra-gracias por las cartas. — El menor jugaba con sus dedos sin voltear a ver al mayor.
— No me agradezcas, Dipper, ese Lucas es un bravucón no le hagas caso, aun que no hayas recibido cartas por parte de los demás, aquí tienes a un amigo. — El mayor le guiño el ojo a Dipper, provocando que Dipper se sonrojara.
— Gracias Wirt. — Dipper agradeció y se fue a su asiento, leyó una que otra carta de poesía o también como "Feliz día del amor y la amistad" "Eres un gran chico" "Lucas no sabe lo que dice" Pero, hubo una carta que lo hizo sonrojarse de inmediato, la cual decía "Tu cara perfecta no necesita ser adornada por esas lágrimas."
Dipper aún con su color carmín en sus mejillas tuvo la gran idea de hacer una carta, para su nuevo amigo, para alguien que lo había tratado bien, para quien no lo veía como un tipo raro, para su nuevo enamorado, para... Wirt.
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Solo para aclarar
En este recuerdo, todos tienen nueve años. ❤