Ultima carta.

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Sabes, esta es la quinta carta que trato de escribir esta noche, me he dado por vencida, así que esta será la definitiva

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Sabes, esta es la quinta carta que trato de escribir esta noche, me he dado por vencida, así que esta será la definitiva.

Yo no he podido dejar de llorar, porque aún estoy aterrada, porque la tristeza me está consumiendo, porque la distancia me está doliendo y ni siquiera me he ido, lamento que vayas a tener que leer esto en tan mal estado, con la tinta corrida por el agua y con palabras que parecen escritas por un borracho.

De verdad lo siento, pero mis manos no dejan de temblar y se me dificulta escribir decentemente.

De verdad, esto no era lo que quería que leyeras, no quería expresar esto, yo quería despedirme diciéndote que estaré bien y que tú también lo estarás.

Quería expresar o confesarte que te aprecio mucho, que te amo, que quiero que seas inmensamente feliz.

Quería decirte, gracias, gracias por todo.

Pero al parecer lo único que puedo expresar es esto, miedo, tristeza y la añoranza que estoy segura solo incrementará con el tiempo.

Yo solo no quiero que sientas alguna clase de presión por esto ¿entiendes?

Todos, absolutamente todos, sufrimos por algo o alguien, tú lo sabes porque ambos experimentamos ciertas circunstancias.

Yo en este momento me encuentro así porque tengo que irme, porque tengo que dejar aquí a la persona que amo, porque dejaré aquí a una gran amiga como lo es Hinami, porque sé que las cosas se complicaran aquí en Tokyo y porque sé que me odiaras.

Le daré esta carta y la libreta morada a Hinami, ella no sabe a dónde voy y tampoco lo diré, así que no le insistas cuando ella te los entregue.

Tampoco le cuestiones porque duro tanto en entregarte esto.

Yo se lo pediré, le pediré que te los entregue cuando estén en paz y tranquilidad.

Porque de alguna forma Ayato, te pareces a tu padre y a mi hermano, tal vez estoy llena de expectativas sobre ti, porque tengo esta corazonada de que, si lees esto en este preciso momento, te lanzaras al mar y no puedo permitir eso.

Te necesitan.

Todos ellos te necesitan.

Estaré bien, lo juro, no debes preocuparte, sé que es ridículo que te lo diga después de que leíste los párrafos de arriba, pero necesito que creas en mi Ayato.

Si me permito este derrumbe, es porque sé que puedo sobreponerme a ello, me he dejado caer, porque si no lo hago ahora, cargare con esto el resto del camino y no puedo hacer eso.

Iré a ese lugar y descubriré quien es esa persona que me necesita.

Iré a descubrir mi verdadera identidad.

Y tengo que hacerlo ahora.

No sé cómo deba terminar esto, no sé si despedirme con unas gracias, con un te quiero o con un te amo.

Ayato, te recordare siempre ¿sabes por qué?

Porque cada vez que vea el cielo y el firmamento me acordare de ti, de tus ojos azules, de tus cabellos morados, de tu perfil al admirar el horizonte, de cada gesto que hacías con tu ceño, de lo gracioso que era ver tus expresiones, de lo tierno que me parecía ver como se te coloraba las orejas, de las palabras que me decías para que me esforzara más, para que creyera más en mi misma, para que volviera a sentirme yo y de cada gesto que tuviste conmigo en estos 3 años.

Te recordare por haberme regalado uno de los amaneceres más hermosos, por llevarme a aquel campo de flores, por recomponerlas cada vez que se marchitaran, por darme esa preciosa mascara, por mantenerte a mi lado en el principio y por darme esta linda pulsera.

Me hubiera encantado haber pasado más tiempo contigo, yo era feliz bajo tus alas Ayato, pero me obligaste a salir de ellas.

Aún sigo molesta ¿entiendes?

Pero eso ahora no tiene relevancia.

Espero que tu no me olvides, lo espero de todo corazón.

Adiós Ayato.

Caelus |Ayato Kirishima|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora