Capitulo 02.

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La telaraña de mentiras se formaba de forma rápida atrapando a sus víctimas en sus redes

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La telaraña de mentiras se formaba de forma rápida atrapando a sus víctimas en sus redes. Finge ser una araña no venosa dejando que se acerquen a el mostrándose como una víctima ante sus actos y acciones supuestamente no tenía conocimiento.

Cayendo la mayoría ante su veneno tan intoxicante y a la vez embriagador perdiendo tu sensatez, como un drogadicto a su veneno y su belleza encantadora acompañada con su suave voz con dulzura.

Un país tricolor corría en chinga al ser esperado por la gran organización Onu, su vuelo se había retrasado junto con la batería de teléfono. Impidiendo poder comunicarse con la Onu o algún otro país.

El frío de Canadá no hacía justicia con el pobre mexicano que sentía como la nieve caía por su cuerpo mientras corría con rapidez, una oleada de frío y leves temblores que calaban el cuerpo del mexicano .Aún así seguía corriendo como si alma lo llevara el diablo.

Puta madre.

—Pinche frío culero—exclame molesto mientras buscaba el lugar donde me citó la Onu.

Tarde unos minutos en poder divisar una pequeña cafetería.

Solo me falta poco, si aguantó.

Deje de correr para trotar hacia la cafetería.

Madres espero que tenga calefacción.

Entre a la pequeña cafetería buscando con la mirada a la Onu. Se encontraba sentado en una mesa alejada donde se podía ver en el gran ventanal diversas cosas.

Caminé hasta el, su mirada se encontraba en su computadora tecleando con rapidez algún documento o informe importante.

—H‐hey O-onu, la-mento llegar t-arde.—dije tartamudeando mientras sonreía.

Onu rápidamente me vio, se quitó su chaqueta negra gruesa, acercándose hacia mi mientras lo acomoda en mis hombros y me abrazaba con suavidad guiandome en dirección a la mesa, sentandome a lado de el.

—México, deberías tener más cuidado la próxima vez, mira como te encuentras—dijo la Onu regañando al mexicano ante tal descuido.

—L-Lo siento O-onu.—dije aún temblando de frío, mientras aún me proporcionaba calor la Onu, apegándome más hacia su cuerpo mientras pasaba sus manos en mis brazos intentando que recuperar mi calor.

—Ah…Méx, ¿café o chocolate?—pregunto la organización al país que tenía entre sus brazos.

—Chocolate caliente, al igual que tu bb—dije divertido intentando tranquilizar de algún modo a la Onu de mi estado.

Suspiro la organización para luego sonreírle al mexicano, mientras que el país tricolor se ocultaba en el pecho de la Onu.

—Méx, no puedes tomarte nada serio más cuando te puedes morir en este estado, ¿cuánto tiempo?—hablo con tranquilidad la Onu, ocultando su preocupación por México.

México un gran actor [Edición] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora