LOVES ME NOT || SEULRENE

Capítulo 12

Reviso mi móvil, son casi las diez y treinta de la noche, estaba completamente segura que mi madre me mataría.

—Chicas, yo creo que ya es hora de que me vaya—Llamé la atención de las dos chicas

—Una más y ya, no seas aguafiestas Seulgi —Respondió Jihyo

—No, ya no más, No crean que no me di cuenta que rellenaron mi vaso cuando fui al baño

—Te dije que se daría cuenta—Irene propinó un golpe en la coronilla a Jihyo

—Vale, vale, esa fue mi idea, anda, vete y dejanos sola —Dijo Jihyo dando un profundo trago a su bebida

Me levanté de la silla y comencé a marearme, la cabeza me daba vueltas y sentía que en cualquier momento me caería, maldije a ese par de genios por rentar un departamento en el segundo piso, pues bajar las escaleras era un grandísimo reto.

Quise tomar un taxi de regreso a casa pero no había ninguno cerca así que tuve que regresar caminando.

Borracha, sí, así me encontraba, la gente me observaba como si fuese un fenómeno, los perros que había en las calles me ladraban, percibían el alcohol en mi sangre.  Cuando estaba a una cuadra de llegar a mí casa tuve que regresar dos cuadras debido a que un perro me correteó. Al pararme justo frente a la puerta mi padre apareció.

—Estaba por salir a buscarte, saliste desde muy temprano y nos tenías preocupados a tu madre y a mí

—Descuida, que sólo se me ha hecho tarde por el transporte, iré a dormir, buenas noches padre— Pasé a un lado de él rogando a Dios que no notara como venía.

Cuando creí que lo había logrado mi padre me llamó

—¡Oye Seulgi!—Gire mi cuerpo para verlo de frente —¿Que no era que te habías llevado una sudadera?

—¿Eh?—Hice memoria y fue entonces que recordé —¡Ah! Sí, la he olvidado en casa de mi amiga, por las prisas y eso

—Esta bien hija, ve a descansar

Una parte había sido superada pero aún faltaba la más difícil... mi madre, caminé a través de la sala y ahí me la encontré.

—Mamá iré a dormir, he llegado agotada

—Vale hija, sólo no olvides cepillarte los dientes

—Claro, enseguida lo haré —Corrí como pude hasta llegar al baño, tomé mi cepillo y comencé a limpiar mi boca. El aliento a alcohol ya había desaparecido.

Me recoste en mi cama y caí en un sueño profundo.