- 3. Tormenta después de un día soleado

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Como un milagro, el me lo dijo primero. 

Pues si querido lector, al final él fue el que habló primero. Se declaró. 

No pensé que iba a ser así. No pensé que sería tan "fácil".

No les pasa que esta haciendo un día caluroso y hermoso y luego de unas horas cuando cae la tarde, empieza a llover? 

Pero no una lluvia normal. Es una tormenta que sigue y sigue hasta el amanecer? 

Bueno, eso fue lo que paso de ese punto en adelante. 

Comencé a verlo de otra manera, a salir con el, a conocerle más afondo. 

Al principio todo era bueno. Había mucha atracción física y en su momento, era algo nuevo para mi porque ambos la sentíamos y ambos sabíamos de ella. Nunca había sido correspondida físicamente por nadie ( y me refiero al pleno sentimiento, nada más).

Era bueno recostarme en sus hombros y era bueno cuando el tomaba mi mano. Pero la conexión era plenamente física. 

Habían cosas que nunca había notado mientras fuimos amigos; como la incoherencia de sus pensamientos y acciones, la inestabilidad emocional, la dependencia que tenía hacia mi y hacia Majo... 

Todo empezó a venirse encima. 

El comenzó a cambiar. 

O bueno, hoy en día me doy cuenta que no estaba cambiado, simplemente estaba mostrando sus verdaderos colores. La amistad de los tres se vino abajo y con ella esa alegría que nos llenaba. 

Comencé a ver sus pensamientos; la mayoría oscuros y a ver su deseo más en la mirada. 

Nuestra amistad había dejado de ser amistad. Se había convertido en un deseo del uno al otro. Especialmente el, que dejó de verme como su mejor amiga, sino más bien como una mujer que podía tener, que esperaba tener en el futuro. 

Y me daba miedo. 

Aún así, comencé a preocuparme por su salud mental y por su salud física. Era como cuidar de un niño indefenso o de un adulto irresponsable. 

Sentía que ayudarle y cuidarle era mi responsabilidad y que si no lo hacía le podía pasar algo horrible. 

Nunca fuimos novios, nunca alcanzamos a formalizar nada. Así como la vida lo trajo, me alejo a mi. 

Me iría a vivir a otro país con mi familia. A comenzar una nueva historia, un nuevo comienzo. Dejaría todo eso atrás. 

O eso creí.

Hubo Una Vez Un NosotrosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora