CAPITULO 3

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Como era de esperarse a la mañana siguiente estaba cansada. Más que ningún otro día, ni en un reportaje tan largo me había dormido tan noche, sin embargo, tenía que permanecer despierta e investigar más, esto era mucho mejor que eso. Como todo ser humano necesitaba saber más, no por ser indiscreta si no porque la historia era interesante. Tenía que saber que secreto escondía esa casa, tenía que saber el misterio de los Dumont.

Alrededor del medio día me decidí a viajar a la ciudad, necesitaba comida, utensilios, productos de limpieza. El tren quedaba a diez minutos de la cabaña tendría que caminar rápido para poder alcanzar el de cada media hora, era un día nublado más valía darme prisa y llegar antes que las nubes se "aflojaran".
En el trayecto de regreso a casa comenzó a llover, faltaba menos de veinte minutos para llegar y con tan solo pensar como me imaginaba a Francia un par de días atrás me hace arrepentirme de mis palabras, aún la amo, pero los franceses no quieren a los turistas, el cigarrillo debería estar como escudo en la bandera y las crepas, bueno, no eran lo que me esperaba. En fin, es un lio, aunque siendo así seguirá siendo mi ciudad favorita.
Cuando baje del tren me refugie por debajo de las tejas que cubrían los asientos de la parada, pregunte en la taquilla si pasaban autobuses hacia la mansión y sin esperar respuesta supuse que no. Y así era, el último recorrido terminaba a las seis de la tarde. Últimamente el universo estaba contra mí, como pude llegue a casa, mojada, irritada y llena de fango.

Las noches de otoño en Giverny eran frías, lluviosas y ventosas. Eso no se mencionaba en el panfleto. Me instale en mi sillón con una tasa de chocolate en la mesa de al lado, tome mi computadora, una libreta y volví a leer el vínculo de la noche anterior, saque teorías, analice cada palabra, a fin de que me decidiera, que mañana mismo entraría a esa casa.

Leía una reseña de las pinturas de Cédric Dumont, su arte significaba mucho para él como para su esposa, cada lienzo tenían leyendas emotivas que hacían al público enloquecer:
"El amor no solo son letras y palabras, el amor es un secreto detrás del arte".
Cédric amaba a su esposa y cada uno de sus artes eran dedicados a ella.
En ese mismo enlace abordaban el tema de su hijo, no sabía con precisión a que se referían, más si comprendía que el odiaba el amor. La diferencia del padre y del hijo es que uno de ellos expresa tanto que empalagaba y el otro no expresaba nada más que odio hacia el romanticismo.
Era prudente en que podía existir el amor en cualquier cosa que se moviera, a diferencia de él y de mí.
Sería distinto si me hubieran dicho lo doloroso que era aceptar un anillo de matrimonio y que tu pretendiente saliera huyendo del país días después de su propuesta.

Tenía la idea de NO escribir una historia de romance y tenía la firmeza de que NO lo haría, al igual que Demunt, yo no hablaría de amor como él no lo pintaba.

El celular vibro a pocas horas de la madrugada, quien sería a esta hora.
-Buenas madrugas Avanna, espero y te la estés pasando bien, aquí en GABRIEL'S te extrañan todos. Sabes después de que te fuiste regreso Evan, fue muy estúpido de su parte.
Lenni no solo era un compañero de trabajo también era mi único amigo el que me contaba de lo ocurrido en los últimos días y dentro de esos días, el regreso de Evan Brunner, el hombre de quien menos quería hablar. Era asombroso que regresara como si nada hubiera pasado.

Marque al número de Lenni.

 -Alo muñeca, creo así contestan los franceses -frote mis ojos.

 -Muy gracioso ¿Que te dijo Evan?

 -Aquí en Canadá esta soleado y estoy bien gracias -odiaba y amaba cuando usaba su sarcasmo.

 - ¿Que te dijo Brunner?

 -Tu guapo ex novio, me presiono a decirle donde te encontrabas -su voz se escuchaba fresca, la mía se escuchaba adormilada y ronca.

 -¿Se lo dijiste?

 -¿Cariño me crees capaz?-su tono arrogante eran muy propio de él, tanto que lo extrañaba.

 -¿Quieres que te responda?... -pude escuchar su risa sutil

 -Ava me ofendes -me lo imaginaba sorprendido tomándose el pecho

 -Ya habla me faltan horas por dormir.

-Como ya te dije me presiono, pero como sé que, me conoces, le mencione que tú ya no querías saber más de él y que te habías ido para refrescar tu mente para alguien nuevo.

 -¿Algo más?

 -Comento que estaba arrepentido, que se sentía mal por lo que te había hecho- retomo su voz varonil que en el fondo aún existía-y que dejaría que fueras feliz,entonces se fue- ¿se había sentido mal de pedirme matrimonio?

 -¡Y ya! Ni siquiera un "Maldito Lenni dime donde esta" con su tradicional rudeza.

 -Jah -amaba que hiciera eso -eres una gran amiga Avanna Haden.

 -Te amo bebé. Gracias por la información tengo que dormir -le mande un beso- te llamo en unas horas.

-Cuídate nena, besos en francés. -Lenni que asco –Lenni era la persona más dulce que podrías conocer, pero también la más terrible cuando se lo proponía. 

Sonaron golpes en la puerta. Eran las ocho de la mañana y yo no conocía a nadie como para esperar a su llegada.

-¡Voy¡ -volvieron a tocar- un momento por favor – gire el pomo y abrí, afuera no se encontraba nadie solo una caja con envoltura café, baje el par de escaleras, camine un poco para poder ver si la persona que lo había dejado aun caminaba por el callejón, no se encontró a nadie. Nuevamente regrese a la casa, lleve el paquete conmigo. La cocina estaba sucia, la noche anterior había olvidado cerrar las ventanas, había agua, hojas secas y demasiada tierra.
Después de un tiempo limpiando, puse a calentar agua para el desayuno, cuando todo estaba preparado decidí abrir la caja, me fije en los detalles que tenía; envoltura de color marrón membretada por la parte superior izquierda.
Como era costumbre revise el remitente, no lo conocía, portaba un destinatario que definitivamente no era el mío. No tan convencida verifique la dirección y por segunda vez tampoco coincidía. Investigue de donde procedía el envío, si mal no entendía era enviado de Italia, pero ¿que era? Comprendía que si no era mío no tenía el derecho de abrirlo, aunque asimismo no estaba segura si fuese mejor regresarlo, en cambio también tenía la idea de que sería en vano ya que es imposible que se equivocaran de dirección si llegaba desde lejos. Abrirlo o no abrirlo esa es la cuestión.
La curiosidad no resistió y la tentación tampoco. Conforme rasgaba el papel se iba mostrando el contenido ¿Qué tan importante sería esto si era enviado desde Italia?
Una caja metálica guardaba dentro suyo algo interesante y valioso o eso creía yo. Un papel negro delgado y fino cubría aquel misterioso objeto. Lo abrí con delicadeza. ¿Pinturas? Una colección de pinturas al óleo se presentaba ante mí, pequeños tubos de lata con una gran variedad de colores, los saque de ahí, aproximadamente eran 36 tubos. En el fondo de la caja se encontraba una tarjeta, habitualmente suelen venir hasta arriba, pero que importaba eso. Saqué la tarjeta y leí "Todo lo que puedas imaginar es real -Picasso". Picasso un gran pintor español, interesante.
Deje todo como anteriormente estaba, tenía que guardarlo por si el dueño venía a reclamar, aunque a ¿quién pertenecería esto y por qué había llegado aquí?

LA MANSIÓN VERNONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora