Capítulo 3 (9:00 am-12:00 md)

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Tomamos un taxi al parque. Estuve callado todo el rato. Al bajarnos me reprochó:

-Menos diez puntos, me tuviste todo el viaje viendo la carretera.

-Tenía la mente en blanco, no supe qué decir.

Se dio una palmada en el rostro.

-Mira, si no quieres que una mujer que no te conoce se aburra de tí tienes que darle charla, aunque sea de lo más intrascendental del mundo.

Caminamos hacia el lago:

-¿De qué sueles hablar con tus amigos?

-Pues de las...

-Que no sea sucio.

-... De series online.

-¿De qué más?

-Fútbol, libros, películas, videojuegos, anécdotas chistosas...

-¿Ves? Tienes dominio de bastantes temas de conversación. Una conversación con mujer no tiene por qué ser tan diferente. Recuerda: son seres humanos como tú o tus amigos.

Esas palabras fueron de las que más tardé en digerir de todos los consejos que me dió Esmeralda. Para mí, las mujeres eran seres celestes que habían bajado del cielo para dar su atención solo a los hombres más dignos. Y el darme cuenta de que eran tan humanas como yo, me tomó más tiempo del que debía.

Llegamos al lago y rentamos una canoa. Empecé a remar, y cuando ya estábamos más o menos lejos, me miraba como con impaciencia. Me dí cuenta de qué era lo que quería.

-Ah... Eh... ¿Conoces estos peces que están en el lago?

-Carpas.

-Correcto, dicen que crecen según el tamaño del estanque donde se encuentra, si está en un estanque pequeño, crecerá poco, si está en un lago grande como éste, crecerá bastante.

-¿Ajá?

-...

Me vio con lástima, y preguntó:

-¿Has tenido peces mascota?

-No, pero me encanta cocinarlos. Verás, uso una salsa que...

Pudieron haber pasado diez o quince minutos en los que solo hablamos de cocina. Ella me miraba fascinada, me preguntaba cosas y me compartía sus recetas. Sin darme cuenta, la canoa encalló suavemete al otro lado del lago. Nos bajamos y caminamos por el parque mientras conversábamos de los animales de su mundo, que son muy diferentes a los del nuestro. Me los describía con lujo de detalles y sus ojos brillaban llenos de ilusión.

-Vaya, me impresionas, lo hiciste muy bien. Pudiste encontrar un tema del cual ambos disfrutamos y seguiste la conversación con base en eso. Más veinte puntos por eso, y menos cinco poque me diste hambre.

-Podemos parar a comer algo, pon la manta en el césped mientras compro algo para comer.

Era cerca del mediodía. Compré unos hot dogs y tacos de un carrito y volví rápido donde ella.

Un día con mi amor ficticioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora