capítulo 15:Los hijos pagan los pecados de los padres

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Entro al salón y observo a sus pequeñas presas. Diminutas, adorables e inocentes. Jugaban tranquilos y felices, ajenos a su destino.

Su crueldad era conocida en el mundo de la mafia, era de los peores líderes, de los más temidos y sanguinarios, ahora había decidido atacar donde más dolía.

−Vamos cariño, juega con tus amiguitos. Sabes pronto te traeré a uno más, a uno muy especial que seguro te gustara mucho.

Dijo al niño castaño de ojos azules, que estaba a su lado, el cual tembló de miedo y él rio complacido. Su propio hijo le temía y no era para menos con el trato que le daba. El niño sabía muy bien el destino de aquellos chicos con los cuales le dijeron que jugara. A su corta edad, ya no había inocencia en su mirada. Tímidamente pregunto armándose de valor.

− ¿Quién es ese niño especial padre?

−Su nombre es Peter, Peter Parker Stark, y sé que serán grandes amigos, Quentin.

Damián Beck observo a su hijo con atención, el chico había sido diagnosticado como esquizofrénico y decían que era inestable, era peor que eso y el único culpable era él. Lo había hecho presenciar la muerte de su madre, lo había torturado y entrenado como una bestia. Lo había convertido en una y sólo necesitaba un comando de voz.

−Quentin, ve a jugar con los niños.

−No, por favor, no me hagas hacerlo, por favor, prefiero que juegues conmigo.

Dijo tembloroso, con lágrimas en los ojos. se atrevió a aferrarse a su ropa u mirarlo. entonces suplico con temor y valentía a la vez, consciente de lo que ese "jugar" implicaba.

−Lo haré, jugaré contigo después, pero primero..." Mísere"

Los ojos del chico se quedaron congelados un instante, luego destellaron fulgores rojos y el niño se había ido, dejando paso sólo a la bestia.

Se adentro en la sala de juegos y los infantes le miraron con temor, gritaron, lloraron, algunos se orinaron encima. Estaban viendo un monstruo.

"Pequeños cuerpos para destajar, sangre a sacar, es hora de mutilar, miseria a sus padres traerá, el juego de la venganza va comenzar, la,la,la,la,la,la, pequeños vamos a destrozar, miseria, miseria, lalala"

Canturreo y el tétrico canto, se mezcló con los gritos de dolor y desesperación.

Muy en el fondo de ese cuerpo, una pequeña alma atormentada, también gritaba.

Demian vio la obra terminada, sonrió satisfecho, su hijo era solo su arma, su juguete, lo hizo salir del trance y observo satisfecho el dolor, la ira y la vergüenza en su mirada. Vio como un ataque de pánico le dominaba al contemplar sus manos bañadas en sangre y como él mismo se autolesionaba, castigándose por la masacre cometida.

−Mi pequeño Quentin, eres tan, tan inestable, no te preocupes ahora papá jugara contigo.


Cuando abrió los ojos, noto que estaba tras las rejas, pero no se trataba de alguna celda o mazmorra si no de una jaula. Se sintió enfadado, sabía que algunos tipos trataban a los donceles como animales exóticos, pero eso era humillante.

Oh, veo que el pequeño se ha despertado. ¿Tienes hambre­?

Pregunto burlescamente. El chico le miro con enojo y reclamo:

− ¿Qué pretendes? ¿Porque me has encerrado? Y...

Se quedo callado al notar que no estaba a solas con su secuestrador. Había un hombre alto con un parche en el ojo mirándolo con detenimiento. También había una chica a su lado. Era bonita, pero estaba seria y le observaba con ojo crítico. Se sintió cohibido.

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⏰ Última actualización: Aug 24 ⏰

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