Capítulo 7: Prisioneros

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Tony miró su reloj de nuevo, faltaban pocas horas para estar en casa con su pequeño y con Steve, sonrió al pensar en ambos, en lo lindo que era verlos juntos.

Rhodes, a su lado noto su expresión abobada y le pico lanzando un comentario.

− ¿Y ya preñaste al rubito?

Tony negó con la cabeza.

−Me gusta mucho, no quiero forzarlo, no quiero arruinar las cosas, quiero que se quede conmigo por su gusto.

−Le pides peras al olmo Tones.

Dijo James Rhodes bromeando.

−Eres raro Stark, cualquier otro jefe mafioso ya habría violado una y otra vez a semejante doncel y lo tendría ya bien panzón, pero tú juegas a la casita con él.

−Bueno Drax, yo no soy como los demás mafiosos.

−Eso está claro, eres un pan, Tony, si no fuera por nosotros, tu reputación estaría por los suelos, ya vez, ni quieres cumplir la petición del anciano.

Se quejó Gamora.

Tony se encogió de hombros.

−Sí soy un pan, elegiré ser una dona.

−Mejor una banderilla o algo por el estilo, las donas son más pasivas, ya sabes tienen un gran hoyo.

−Eres un cerdo Wade.

Dijo Tony mirando ofendido al capo. Todos se echaron a reír. En ese momento una llamada interrumpió la jovial charla.

El semblante de Tony, cambio al escuchar a quien estaba al otro lado de la línea.

Natasha miro con enfado la escena, no podía creerlo, por la incompetencia de Clint, podrían perder una buena oportunidad, de un rápido movimiento saco su arma y apunto al pequeño infante en brazos de Steve.

−Suelta a mi amigo o le doy un tiro al pequeño.

Amenazo la pelirroja, aunque no tenía intenciones de hacerlo, ella jamás mataría a un niño, pero eso no tenía por qué saberlo ese hombre, los mafiosos eran asesinos, así que casi seguro creería que al igual que ellos, sería capaz de todo. El semblante del hombre que tenía capturado a Clint se transformó en una máscara de ira ante su amenaza. Por su parte Steve, la veía horrorizado y protegió con su cuerpo al niño.

− ¿Qué te pasa Natasha? ¿Estás loca? es un niño. Antes tendrías que matarme.

Dijo el rubio dándose vuelta de manera que fuese su espalda la que quedase en la mira del arma.

Él jamás permitiría que lastimasen al pequeño, tampoco estaba de acuerdo con el secuestro.

−Steve, no estas facilitando tu rescate.

Dijo la rusa frunciendo el ceño.

−Lo siento, pero no puedo dejar que lastimes a un inocente.

El hombre que tenía cautivo a Clint, pareció complacido por las palabras del rubio y calmo un poco su enojo.

−Señorita, baje su arma y retírese, dígale a su jefe que no vuelva a enviar agentes a una misión suicida, que sólo perderán más hombres, el capitán se queda con nosotros, y este pequeño arquero también se queda. Ahora retírese.

Natasha miro enfadada a los tres hombres, nada estaba saliendo bien.

−En Shields no abandonamos a nuestros camaradas.

Familia StarkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora