NCT X NCT ✨ Cuaderno de One Shots

Nomin ~ Prostitute (1/2)

~ Prostitute (1/2) ~

~ Nomin ~

~ 5000 palabras (1/2) ~

~ No Lemon (1/2), Lemon explícito (2/2) ~

Dedicado a stupidsunny787

Espero que lo disfrutes ☆

Las mañanas cada vez se hacían más largas y aburridas. El joven hombre se sentía adoptado por la monotonía y la desilusión, y para él, esos no eran buenos progenitores. Para colmo, el hecho de estar encerrado a diario con tantos adolescentes revolucionados le hacía perder la cabeza. Los pubertos olían, sobre todo los chicos, e intentaban mostrarse dominantes ante el resto para conseguir así a la mejor hembra. ¿No era ese el temario animal que los mismos maestros enseñaban? Por supuesto, aquellos niños no tenían otro nombre, pues todos tenían colgado el sambenito de bestias. Por no hablar de sus inclinaciones sexuales...
Si nuestro pobre profesor aún no ha tenido suficiente, que se espere de sus alumnos las peores palabras y críticas.  Tanto estudio, ¿para qué? Para los adolescentes él es inferior, aunque los supere de forma abismal en número de títulos, en riqueza del habla, e incluso en actitud y respeto. Él seguiría siendo un Ecce Homo, siendo continuamente flagelado por la escoria que le rodeaba.

Jaemin, llamado también Nana como burla por parte de sus aprendices, tenía esta visión tan negativa de todo lo que ocurría a su alrededor.
El coreano sólo vivía para ser un ladrillo para el sistema. Consumía y producía. Trabajaba en aquel instituto mañana y noche, dormía cuando y como podía, compraba lo menos posible, comía y se sentía como el resto de esclavos cuando se miraba al espejo. ¿Realmente estaba vivo...?

Cuando entró en el cubículo cargando con sus libros de Literatura, el ruido habitual abundaba en el lugar. Jaemin ni siquiera se dignaba a levantar la mirada. Como si estuviera buscando algo continuamente, sus ojos no se despegaban del suelo. Cerró la puerta tras él y dejó su material en la mesa que al frente se situaba. Aunque los alumnos se percataron de su presencia, ninguno guardó silencio.
Jaemin permaneció observando con seriedad la escena, siendo cubiertas sus gafas por su flequillo grisáceo. Imperturbable, se dispuso a abrir el grueso tomo, el cual lucía tan castigado como el propio profesor.
Los insectos que allí se apiñaban acabaron finalmente esparciéndose hacia sus respectivos asientos cuando el trabajador mayor dio dos fuertes golpes con la palma de su mano contra la mesa. El cosquilleo que aquella acción le producía era desagradable para Nana, pero más repugnante eran ante sus ojos todos aquellos chicos.

- El número veintidós, que empiece a leer el texto de la página ciento cinco... -masculló Jaemin subiéndose el puente de sus lentes con el dedo corazón.

Tras un par de risillas y un codazo, el chico cuyo número había sido nombrado se dispuso a recitar toscamente el fragmento ordenado.

- "Pedro volvía con las piernas blancas... blandas, perdón -de nuevo, sonaron estridentes risas-. Asustado de lo que podía quedar atrás. Violado... violentado por una náusea contenida -el adolescente carraspeó-. Intentando dar olvido a lo que de absurdo tiene la vida..."

- Dejad de hacer el payaso -el profesor no levantaba la vista del texto-. Que lea el siguiente, tu compañero.

El señalado prosiguió con la tarea de su amigo, fallando a cada palabra que decía. Jaemin suspiró pesadamente, sintiendo que las generaciones iban empeorando cada vez más.

- Profe -el adolescente levantó la cabeza tras terminar el párrafo-, es que esto es un coñazo.

- Es verdad, ¿por qué no leemos otra cosa?

Nana los miró a los ojos, desganado.

- Debéis conocer estas grandes obras... Podéis leer cosas que os interesen en casa, así os enriqueceréis doblemente.