Nohyuck ~ No Hay Libertad Bajo Las Luces Rojas (2/2)

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~ No Hay Libertad Bajo Las Luces Rojas ~

~ Nohyuck ~

~ 2400 palabras ~

~ Lemon explícito (2a parte) ~

Durante toda la madrugada, el local dejó de ser un prostíbulo para convertirse en una cálida clase de piano. Se podían escuchar sonidos de aprendizaje, como notas sueltas o escalas infantiles.
Jaeno pudo comprobar que no sólo era un prodigio para aprender, sino también para enseñar.
Hacía que los dedos de Negen se movieran a su gusto, generando remolinos de polvo al revivir al viejo instrumento.
No le permitió descansar. Le hizo tocar de sol a sol, obligándole a rectificar sus errores al segundo y no volver a repetirlos, creando instantáneamente a un infalible intérprete capaz de superar récords de artistas que le superaban en número de dedos.
Obviamente no pudo superar a su maestro, mas aventajaba a muchos otros aprendices. Todos los actuales alumnos de Jaeno se quedaban bajo los tobillos del poderoso prostituto.
Cuando se despertaba al alba, lo primero que se le venía a la mente era su clase nocturna. El resto de músicos a los que enseñaba pasaban por su aula con normalidad, y lo mejor de la jornada era mirar a los ojos a su jefe y despedirse con una sonrisa burlona mientras desaparecía por la puerta.
Por desgracia, los encuentros con Negen pasaban factura, y a veces sentía que acabaría el mes prometido muerto de hambre. Jamás fue tan caro dar clase, pero por él valía la pena asumir riesgos.

Pasados unos veintiséis días Jaeno supo que su aprendiz estaba prácticamente listo para ir al conservatorio y asumir una serie de clases de forma digna.
Para no parecer demasiado "analfabeto" en el campo musical, el becario le enseñó algunas otras obras no tan complicadas, como la primera Gymnopédie de Satie.
De igual forma, estaba sorprendido. El nivel que le estaba exigiendo al chaval era muy exagerado, y aún así había aprendido rápido y bien.

No supo cómo, pero consiguió convencer al chico del mostrador para llevarse a Negen a casa. A base de recitar frases fetichistas sobre lo que supuestamente le gustaba el coito en su vivienda, la idea salía adelante.

Tenía un par de horas por la tarde, lo que le permitía, entre traslados y preparaciones, una clase completa.

El problema era que Negen no quería salir. Tenía miedo de que en el conservatorio, la gente libre descubrieran la verdad tras sus nueve dedos. Temía el rechazo, y también el peligro al que estaba sometido por tener a una gigantesca red de prostitución ilegal a sus espaldas.

- Negen.

Jaeno volvía a encontrarse de nuevo sentado sobre la cama de la habitación. El chico lo miraba en silencio, como un pequeño cárabo atento en la noche. Después de casi un mes, el vínculo formado entre ambos superaba fronteras en las relaciones profesor-alumno. El becario estaba impaciente, y muy nervioso. No sabía cómo podría acabar aquello.

- Tienes que decirme tu nombre para meterte en mi clase... No podemos usar "Negen" por si hay complicaciones y nos descubren -recitaba Jaeno en voz baja.

El adolescente se quedó absorto pensando. Sí, sabía su nombre, pero nunca se lo había dicho a nadie. En su defecto usaría otro mote cariñoso que también se le solía atribuir, principalmente por su antigua familia.

- Haechan. Pon Haechan.

- Vale, Haechan... -el joven asintió, repitiendo el nombre para sí mismo.

El día que Negen salió del local donde estaba encerrado no se dignó a separarse de su comprador.
El extranjero le ofreció ropa para vestir por la calle y en el conservatorio. Después de dejar que se aseara en su casa, ambos se dirigieron a su destino.

Jaeno juró tatuarse en la frente la cara que puso Doyoung al verlo entrar por la puerta con Haechan agarrado a su brazo.

- Jaeno, acompáñeme, haga el favor... -la voz grave del director resonó en los pabellones auditivos de Negen, quien se sintió sumiso ante aquellos dos hombretones.

NCT X NCT ✨ Cuaderno de One ShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora