•Capitulo 6•

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7 años después

Axel

Hoy es el día.

Hoy me casaré con Cloe Smith.

Siento que desmayo. Estoy demasiado nervioso.

Jamás en mi vida me he sentido tan nervioso, ni siquiera en el dia que le propuse matrimonio, estaba tan nervioso.

En este mismo instante estoy en el altar esperando a Cloe. Mike, mi hermano, ya casado, está a mi lado tratando de tranquilizarme, pero ni así, he podido hacerlo.

—Por Dios, Axel cálmate. Ella no te va a abandonar. De ser así no hubiera aceptado tu propuesta.

—¿Y si dice que No? Y si ella sale corriendo y...—la música nupcial empezó a sonar, dando la entrada de mi futura esposa.

Oh... Mierda. Está preciosísima. Tengo que contener el aliento por lo hermosa que está. Ese hermoso vestido al estilo princesa le queda de maravilla.

Ella siempre quiso un vestido de ese estilo y jamás se lo negué, porque quiero que todo el mundo entero se de cuenta de que ella es mi Princesa.

Ella entra del brazo de su padre, Robert. Llegan al altar y él me entrega a su hija.

—Cuidala Axel, porque te estoy entregando uno de mis mayores tesoros en este mundo—dice con seriedad.

—Y estoy conciente de eso, Robert. Ella es él diamante más precioso que he visto en mi vida—le menciono con autoridad y seguridad.

Él me sonrie y se va a su puesto junto a su esposa.

El padre menciona unas palabras antes de decir lo más importante.

—Axel Bridge. Acepta usted a Cloe Smith, para amarla y respetarla, en la salud y en la enfermedad, en la riqueza y en la pobreza, hasta que la muerte los separe—me pregunta el padre.

—Si, acepto—digo mientras le coloco el anillo.

—Cloe Smith. Acepta usted a Axel Bridge, para amarlo y respetarlo, en la salud y en la enfermedad, en la riqueza y en la pobreza, hasta que la muerte los separe—repite lo mismo.

—Si, acepto—menciona, yo sonrío y ella me coloca el anillo.

—Por el poder que Dios me otorga el día de hoy, yo los declaro, marido y mujer—todos nuestro familiares y amigos aplauden—Ahora puede besar a la novia—Por fin, mi parte favorita.

Yo le quito el velo, dejando ver su hermoso rostro bien maquillado delicadamente, tomo de las mejillas y le doy un casto beso, firmando por fin nuestro matrimonio. ¡Por fin! Ya puedo decir que ella es mi mujer.

—Te amo Axel—me sonríe con delicadeza.

—Te amo, mi princesa.

Juntos, pasamos por el pasillo que nos dirige a la salida del lugar de matrimonio, para irnos al salón donde será la recepción.

Todas nuestras familias disfrutaron de la fiesta. Nosotros dos bailamos juntos, dimos unas palabras. Lloramos...disfrutamos demasiado de nuestra boda.

Cartas Secretas →Terminado←Donde viven las historias. Descúbrelo ahora