«Un día más, un día más para seguir existiendo en este mundo.»
Mi vida era tan extremadamente monótona que me aburría demasiado vivirla, pero he de confesar que muy dentro de mí, tenía una pequeña esperanza de que mi vida fuera a cambiar.
Mi mirada continúa fija en el techo de mi habitación, analizando detalladamente una tenue línea de telaraña que colgaba justo encima de mí. No tenía nada más interesante para hacer, únicamente ver una telaraña sin terminar. Había terminado todo lo que me quedaba por hacer para la preparatoria, sin mencionar que también estaba completamente sola en esta inmensa mansión. Mis padres se habían ido a trabajar, aunque he de decir que la compañía de ellos no era la mejor para hacer desaparecer la soledad que sentía. Si bien tenía más relación con mi padre, él siempre se encerraba en su despacho para seguir trabajando, mientras que mi madre era un tema muy diferente, pues literalmente no había una relación.
El tono de llamada de mi celular es el responsable de callar mis pensamientos, haciéndome volver a la realidad. Giro únicamente mi cabeza, logrando ver el nombre que aparecía en la pantalla de mi celular. «Fred». Mi mejor amigo.
Alzo uno de mis brazos para poder tomar el celular. Sin demorar, atiendo su llamada.
—Hola, hola, bella durmiente. —dice ni bien ver que atendí.
—¿Qué necesitas? —inquiero, volviendo mi vista al techo.
—¿Tengo que necesitar algo para llamar a mi mejor amiga? —responde con una pregunta, haciéndose el ofendido.
—¿En serio quieres que responda? —Alzo una de mis cejas, aún sabiendo que él no me veía.
—No, —bufa— no hace falta.
—Genial. Ahora respóndeme. ¿Qué necesitas?
Frunzo levemente mi ceño al ver como la línea de la telaraña se movía.
«Mierda, la araña».
Me siento bruscamente, sin desviar mi mirada.
—Necesito que salgas de tu habitación.
—No, —respondo rápidamente— imposible.
—Elizabeth, es domingo. Es un día que grita salir al exterior. —menciona, tratando de convencerme, pero mi atención aún seguía en la araña.
—Domingo definitivamente grita dormir. ¿Sino por qué el día empezaría con la letra d?
—Oh, vamos, Elizabeth. Tienes que salir. Tienes que disfrutar de la vida, amiga mía.
—Fred, —lo nombro, levantándome lentamente de mi adorada cama— ve directo al punto. Tú jamás sales los domingos.
Él suspira. —Bien. Es por mi abuela. Es su cumpleaños, y ella invitó a toda su fam... —enmudece cuando me escucha hablar.
—No.
La araña muy lentamente se desliza por la tenue línea.
«Joder, joder, joder. ¡Deja de moverte!»
—¡Oh, vamos! No dejaste ni que terminara de hablar. —chilla, frustrado.
—Tienes razón, lo siento. Por favor, —hablo con demasiada falsedad, la cual mi amigo definitivamente no logró notar— continúa.
—Bien, como te estaba diciendo. Mi abuela hará una pequeña fiesta en su residencia, y ella... —Una vez más interrumpo su habla.
—La respuesta sigue siendo negativa, amigo mío.
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Un plan, con fallas.《Completa en Dreame》
Teen FictionCuatro chicos, a punto de cometer un delito federal, pero no por gusto, sino por necesidad. Ellos pensaron demasiado antes de tomar esta decisión, pero no tuvieron otra alternativa, por lo cual llegaron a una única conclusión. Secuestrar a la hija d...