3. Intento de secuestro.

16K 1.5K 595
                                    

—¿Realmente crees que intimidas a alguien? —le pregunto, fingiendo tranquilidad.

Obviamente mentiría si dijera que no me sentía asustada. Es decir, ¿Quién demonios no se asustaría si lo estuvieran apuntando con un arma? «Efectivamente, nadie.» 

Sin notarme nerviosa, me volteo para ver al chico, aún sintiendo el arma presionando mi cabeza. Inevitablemente me fue imposible mantener mi mirada fija en un solo lugar, por lo que sin ser consciente de detener mi mirada, lo escaneo detalladamente, de pies a cabeza. 

Era un tercer chico, posiblemente tenga más edad de los que tenía detrás de mí, pues su rostro, a pesar de no verlo del todo, parecía muy bien definido. Su mirada dura e intimidante recorre mi cuerpo muy, pero muy jodidamente despacio. 

Mi mirada ahora se posa en el arma que tenía frente a mí, e instantáneamente el temor que sentía se evaporó.

—¿Realmente crees que tienes derecho a hablar? —me preguntó, con voz gruesa.

—Sí, lo tengo. ¿Tú, tienes derecho de invadir mi propiedad? ¿Tienes derecho de apuntarme con un arma? ¿Tienes derecho a intentar secuestrarme? Si es así, por favor, —lo miro una vez más de arriba a abajo— muéstrame algún papel que avale tus palabras.

—Será mejor que cierres tu boca, niña.

—Oblígame, anciano.

Su mirada se vuelve mucho más dura, demostrándome lo molesto que se sentía por seguir escuchando mis contestaciones. 

«Oh, mil disculpas. ¿No era lo que esperabas, chico bonito?»

—¿En serio nadie sacará a estos perros de aquí? —interfiere Kyle, sin dejar de estar asustado a causa de mis hijos— Podría garantizar que el de la izquierda me está saboreando con la mirada. ¡No quiero morir aquí! —chilla.

—Cállate, Kyle. —le ordena el chico frente a mí, sin desviar su mirada de la mía.

—¡Me es imposible sabiendo que en unos minutos moriré!

—¡Kyle, basta! —le grita Ryan.

—¡No me grites que me siento peor! —exclama, para después soltar un nuevo grito al ver que Chuck le mostraba sus dientes especialmente a él. — ¡Mierda! —chilla una vez más, subiéndose encima de la espalda de Ryan.

—¿Por qué gritan tanto? —pregunta una nueva voz. — Hace diez minutos deberían haber ido a la camioneta. ¿Por qué tanta tardanza?

Miro detrás del chico que me apuntaba y efectivamente había un chico más. 

«¿¡Cuántos son!? Joder, pareciera como si se multiplicaran a cada segundo.»

—Lo que sucede es que la consentida de papi nos la está haciendo malditamente difícil. —bufa Ryan, obligando a que Kyle bajara de su espalda y se parara a su lado, no detrás.

—Lamento tratar de que ustedes no me secuestren, imbécil.

—Lo repetiré una vez más, —me dice el que tenía el arma, apuntándome con más seguridad— ordénales a tus mascotas que entren a la casa, si es que quieres seguir viviendo.

—Sinceramente no tengo tantas ganas de vivir. —termino respondiéndole.

—¡Maldita sea! —exclama el cuarto chico— Era tan jodidamente sencillo el plan. ¿Por qué demonios tuvieron que estropearlo? —bufa, demostrándose muy frustrado— ¿Saben qué? Hagan lo que quieran. Los estaré esperando en la puta camioneta, —comienza a caminar por donde había venido— ¡solo no demoren, joder!

«¿En serio todos tenían que tener el mismo carácter? Menos Kyle, él parecía un gatito asustado.» 

La mirada del tercer chico vuelve a centrarse en mí, ignorando al chico que acababa de irse.

Un plan, con fallas.《Completa en Dreame》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora