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El teléfono de mi casa sonó y como era la única que me encontraba corrí a contestar. Había vuelto de la piscina antes ya que el calor me agobiaba así que me di una ducha fría me puse ropa fresquita y me quede en casa comiendo helado. Pero como decía el teléfono de mi casa sonó.
-¿Quien es?
-¡Liah urgencia de chicas!
-¿Max?
-Si si, la misma, vivita y coleando pero Ce y yo te necesitamos.
-¿Está todo bien?
-Mike ha mentido a Ce y ahora ella necesita una tarde de chicas y creo que tú eres la más indica para ayudarnos.
-¿Yo?
-También necesitas despejarte de Billy ahora que estás de vuelta.
-¿Quedar con niñas de trece años me ayudará a olvidar?
-Catorce, tenemos catorce y si te ayudará.
-¿Queréis que os recoja o algo?
-Te esperamos en mi casa. Adiós.
-Adiós.
Colgué el teléfono y salí de mi casa no sin antes dejar una nota avisando de que saldría. Conduje hasta casa de Max camino el cual me sabía más que de memoria. Toque el claxon y ambas chicas salieron rápidamente de la casa para montarse en el coche.
-Vale ahora creo que toca divertirnos.
-¿No hay demasiada gente para ti? –Mire a Ce preocupada ya que todos conocíamos las reglas de Hopper.