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Colocamos unos nombres y cogimos un botellín de cola vacío. Ce giró la botella y salió el Señor Wheeler.
-Demasiado aburrido gira de nuevo
-Va contra las reglas.
-Son nuestras reglas.
-Ce deja en paz las reglas.
Volvió a girarla y está vez Billy fue el que salió.
-Mira te lo advierto, si está con una chica o haciendo guarradas –Max cogió la radio mientras me reía hacia mis adentros por todas las veces que ella nos había pillado.– sal de ahí antes de que te traumatice.
-Max.
-¡Va enserio! Es asqueroso.
Me miro y no pude aguantarme las ganas de reírme.
-¡Max!
-Vale, ya me callo.
Nos pusimos en silencio mientras Ce se concentraba.
-Lo he encontrado.
-¿Que está haciendo? –Preguntamos Max y yo a la vez.
-No lo sé. Está en el suelo... hablando con alguien.
Once se quitó la venda rápidamente asustada.
-¿Estas bien? –Le acaricie el hombro lentamente.
-¿Qué pasa?¿Que ha pasado?
-El me ha notado.
-Creo que es mejor terminar esto, es tarde deberíamos irnos a dormir venga.
Ni siquiera sé cómo pero las chicas me hicieron caso así que nos fuimos a dormir todas.
A la mañana siguiente nos levantamos bastante temprano.
-Chicas hoy sí que sobró no me iré a casa de Max a dormir.
-No dormirás en mi casa pero si Billy ha hecho algo... Liah a ti es a la única persona que mi hermano escucha.
-Y tienes coche.
-Y tienes coche exacto.
Suspire pesadamente y agarre las llaves de coche.
-Vale pero primero iremos a mi casa, quiero ducharme y cambiarme.
Ambas asintieron sin quejarse absolutamente nada. Al aparcar en mi casa mi madre salía a toda prisa.
-Hola chicas,¡Max, Jane! Que dé tiempo que no os veía estáis guapísimas.
-¿Donde ibas corriendo mamá?
-Luego te cuento pero sólo te diré que necesito tu coche.
