Capítulo XLVIII

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Imperio Kou.

—Y dime Jenni, ¿cuál es la razón por la que querías volver a Sandía? —Nanna y Jenni se encontraban bañándose en las aguas termales del palacio del Imperio Kou, actividad propuesta por la pelirroja después de que el príncipe heredero, Kouen Ren, le hablara de estas.

—Nanna, creo que es Sindria —corrigió la chica antes de que su amiga le exigiera responder a su pregunta —, bueno, realmente solo quería alejarme de Hakuryuu.

—Hakuryuu... —murmuró Nanna intentando recordar —¡Ah, sí!, tu novio ahumado.

—¿Ahumado? —Jenni se soltó a reír cuando entendió lo que la pelirroja había dicho, pero de inmediato se atragantó con su propia risa al procesar la palabra novio —¡No es mi novio!

—¿Estás segura? —Jenni solo asintió ante la pregunta de Nanna quien solo dejo escapar un quejido antes de seguir hablando—, parecían llevarse muy bien durante el viaje en barco, podría jurar que te gusta, ¿sucedió algo entre ustedes?

—No, claro que no —negó de inmediato, empezaba a sentir calor en las mejillas y sabía que no era por la temperatura que emanaba de aquella habitación, recordaba cuando la pelirroja le había mostrado ese lugar minutos antes, era realmente grande y las paredes de mármol decoradas con detalles de oro le habían llamado mucho la atención, realmente era un país muy diferente de Sindria. —Bueno... es solo que ha cambiado mucho —dijo finalmente.

Nanna se acercó de inmediato hacia la chica, su expresión fue suficiente para que viera las ganas que tenía de que le dijera más, así que continuó— es como si los aliens lo hubieran abducido y alterado sus recuerdos, cada vez que lo veía era como si siguiera ahí, pero a la vez no. Y creo que todo ocurrió desde que nos encontramos a aquella mujer en nuestro viaje en el barco, ¿recuerdas?

—¿La que lideraba a los niños piratas?, sí, la recuerdo perfectamente, Hakuryuu la decapitó sin dudarlo ni un poco, me sorprendió mucho.

—¡Exactamente! —Jenni bajó la voz al notar que una de las sirvientas del palacio entraba alarmada creyendo que algo había sucedido, fue ahí cuando se dio cuenta de algo, y después de que insistieran en que estaban bien y la joven saliera de la habitación decidió preguntar a la pelirroja — ¿cuándo te convertiste en la emperatriz? ¿O porque están muy pendientes de tu seguridad?

Nanna sonrió divertida ante aquellas preguntas —al parecer a Kou-chan le gustó mucho mi llegada al Imperio —confesó mientras agarraba una copa llena de licor para llevársela a la boca y beber un poco—, pero no me cambies el tema.

—Bueno, pero me debes esa historia para cuando termine de contarte esto —Nanna accedió ante la petición de la joven de cabello café y entonces prosiguió. — Desde ese día siento que Hakuryuu tiene una mirada sombría, llena de odio, su deseo por volverse el emperador se volvió más grande que ser el mismo.

—¡Ah no, aquí la única emperatriz soy yo! — soltó Nanna, pero luego regreso en sí y miró a la castaña— Disculpa —sonrió divertida—, ya me conoces, para mí los demás son seres inferiores, a excepción de ti y las demás chicas por supuesto.

—Bueno, creo que empiezo a sentir que Hakuryuu está viendo a todos como seres inferiores, pero sin excepciones, me cuesta saber lo que piensa —dijo mientras se dejaba cubrir completamente por el agua, permitiendo que el calor de la misma abrazase su cuerpo, cosa que la hizo sentir más segura, aunque después tuvo que salir por la necesidad de aire.

—Escuche que pronto habrá una reunión familiar, me imagino que él estará en ella, sino estoy mal se hablará sobre el futuro del Imperio Kou, ya que el actual emperador está muy grave de salud — le contó, por su tono de voz y mirada se notaba que estaba tramando algo.

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