Capítulo LIX

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Se iban acercando, Sinbad ya podía ver a lo lejos aquel país, se notaban los estragos que la guerra había provocado, al parecer habían llegado a la mañana siguiente del enfrentamiento entre el Imperio Reim y Magnostadt, aunque aún se podían vislumbrar los barcos de Reim en el mar, ver el escenario le provocó un sentimiento de preocupación, ¿su hermana estaría bien?, realmente no creía que estuviera muerta, no sería lo más prudente por parte del Magister.

—Hana, Alex y Kashi están en este país, ¿verdad? —Sinbad alcanzó a escuchar la voz de Annie hablando con Ann y Nils.

—Así es —le contestó la más baja —, me pregunto si estarán bien.

—Claro que lo están, no hay ni porque preguntarlo

—Tienes razón Nils, ellas están bien.

Sinbad soltó una pequeña risa desde su lugar acción que hizo que Annie le dirigiera una mirada —¿de qué te ríes? —preguntó molesta al de cabello morado.

—Solo que me agrada la confianza que se tienen.

Annie decidió mirar a otro lado, no podía con el rostro de ese hombre. —Bueno, esperemos recuperarla completa, se nota que el enfrentamiento fue salvaje —susurró la joven de ojos verdes mientras observaba cómo los pájaros gigantes y blancos que los transportaban volaban.

—Por supuesto que regresará completa —afirmó mientras que la joven solo se sorprendía al descubrir que aquel hombre la había conseguido escuchar.

—¿Qué clase de oídos tienes tú? — ahora el sorprendido era Sinbad a causa de aquella pregunta, pero decidió solo reír por la expresión de la chica a lo que ella solo frunció el ceño — ¿de qué estas riendo ahora? — preguntó indignada.

—Perdón —respondió sonriendo —, pero me pareció muy hermosa tu cara de sorpresa —y ahora disfrutaba de su cara roja —, tampoco lo dijiste tan despacio, eso y que se leer los labios.

—¿Y siempre le lees los labios a las personas?

—Debo admitir que es algo muy útil pero no lo hago sí no es necesario —Annie estuvo a punto de hablar, pero Sinbad no se lo permitió —, y antes de que digas algo, lo hice contigo porque en ese momento no pude evitar notar que tienes unos labios hermosos.

—¡Ah, cállate Sinbad! —Annie ya estaba harta de escuchar aquellas bonitas palabras por lo que fue lo único que se le ocurrió en ese momento, por un segundo disfrutó la cara confundida de aquel hombre, pero luego notó esa sonrisa característica suya y esto le frustró más, estuvo a punto de hacer algo, pero Drakon los interrumpió.

—Hablaran después, creo que debemos empezar a movernos.

—Tienes razón, hay que aprovechar el momento, si el Magíster no quiere dejar libre a mi hermana tendremos que usar la fuerza, y ahora están débiles.

—Eso hará que la batalla sea aburrida —se quejó Annie —, si tan solo Zohar y Nanna estuvieran aquí se volvería más divertido.

—¿Qué no se encuentra estudiando en este país, Zohar también? —preguntó Ann —, seguramente nos encontraremos con ella.

—Si esta Zohar podremos patear unos cuantos traseros —la de ojos verdes se veía emocionada, pero ese sentimiento no le duró mucho pues Nils la regresó a la realidad.

—No debemos provocar peleas innecesarias — le recordó —, por ahora, ¿no debería comunicarse con el líder de este país? —esta vez se dirigía al Rey de ojos miel.

—Sí, no alargemos más esto —se giró hacia Yamuraiha quien se encontraba atrás de él —, ¿puedes comunicarme con él?

—Claro, solo me tomará unos segundos.

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