🔫Shadows [Dazai] 0.1

[Capítulo 3]🔫

CAPITULO 3: [Arahabaki]

Yo y mi maldita gran boca. Tenia que aprender a cerrarla, o dejar de darmelas de mente criminal. No tenia madera de timadora.

Suspire enojada conmigo misma.

— ¿Arahabaki? — pregunté.

Despues de que no me quedara mas que aceptar, salimos a una tienda de conveniencia a comprar algo para comer.

Tenia hambre, si el me contrataría temporalmente como su pitonisa* que me alimentará decentemente.

—  Si. Necesito que lo encuentres para mi.

Lo mire como si estuviera loco. Sabia que intentaba probar si tenía un poder adivinatorio, el era el Arahabaki despues de todo.

¿Que mejor forma de probar si era una timadora o no? 

No era tan tonto como lucia.

— Bueno — acepte sonriente— Pero necesito ciertas cosas para activar mis poderes.

Habían dias en los que mi cuerpo de trece años ganaba el control sobre mi, me sentia obligada a gastar bromas.

— ¿Que cosas?

Medio sonreí sarcástica.

                       (...)
Pasaron tres días cuando al fin el bajito consiguió lo que pedí. 4 velas rojas, 2 velas lilas en forma de flor, 2 velas negras en forma de corazón, inciensos de sándalo y tiza gris.

Ni siquiera sabía si existían.

— ¿Tienes los petalos de rosas azules?

— ¿Sabes lo difícil que fue conseguirlas?

— En la mafia siempre me las traían.

Estaba perdiendo el tiempo a propósito. Pero luego de pensarlo un rato, era una buena idea. Si lo hacia creer que este era un poder molesto, su interés desaparecia rapidamente.

Despues de todo, Chuuya no tenia paciencia.

Fuimos a un edificio abandonado del barrio mortero. Colocamos y encendimos las velas en el orden que se me acababa de ocurrir, dibuje garabatos alienigenas en el suelo.

Una vez todo listo. El olor de los inciensos me hizo estornudar, rasque el puente de mi nariz.

Cerré los ojos. Chuuya se encontraba en frente, con rostro escéptico.

Fue cuando me decidí a utilizar mi verdadero poder para hacer creible mi montón de mentiras. El control sobre la oscuridad Eien no yami*

El edificio era perfecto. Oscuro y siniestro, con la cantidad justa de luz solar.

Me concentre. Mis sentimientos eran el punto gatillo, sólo tenia que recordar algo desagradable. Como el momento en el que el cuchillo corto mi cuello, el sentimiento de terror agito las sombras a nuestro alrededor.

No me gustaba, lo detestaba. Sentía la oscuridad susurrar en mis oídos, como serpientes siseando en mis orejas. La sombra de Chuuya sé agitó en mi dirección, atraída por mi campo magnetico. Miré el suelo, yo no tenia una sombra. Era curioso.

Las velas fueron apagadas por una misteriosa fuerza sobrenatural. Un círculo negro brillante con extraño lenguaje apareció rodeandome.

Cerre los ojos para fingir mejor. Luego de un rato hablé con voz ronca.

— Nakahara Chuuya ¿Que buscas de mi?

La voz del pelirrojo me llego sorprendida.

— Eh, bueno. ¿Donde esta el Arahabaki?