Capítulo 01

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Lyanna Black

—Odio los aviones, mamá— espero que el viaje sea lo más corto posible, desde hace años los aviones me daban pánico. El solo pensar en una turbulencia o, ¡peor! A nosotros cayendo me revolvía el estómago.

—Lya, calma. Es un avión, no es como si fueras a morir. Aunque si sigues con esas energías talvez lo atraigas— la fulminé con la mirada.

—Además. ¿Porqué Jaden no está aquí?- me ignoró manteniendo su vista pegada a ese maldito aparato móvil —Madre, te estoy hablando. ¿Podrías prestarme atención por un momento?

—Lo siento, cariño. Respondiendo tu pregunta pues... Jaden se quedó porque tiene entrenamiento y un examen temprano en la mañana— el mocoso siempre se salva con sus excusas universitarias. Mis padres deberían saber que ese chico con solo leer las cosas una vez tiene el camino despejado -Tú, al ser la futura Alpha tienes como obligación venir a estos eventos cuando te invitan. Y si esto mejora en algo tu cara de amargura, a parte de eso, verás como se comportan los demás alphas y como debes hacerlo para darnos una buena imagen.

—Es solo una fiesta de transformación. ¿Qué debo aprender de esto? Ya me comporto lo suficientemente bien como para caerles bien a todos en la manada, no necesito más.

—El cambio es muy importante en la vida de un lobo. Y... ¿Quién sabe? Tal vez encuentres a tu mate— esta señora no se cansa de charlar sobre el tema.

Obvié sus palabras,—¿Y la fiesta es en...?— pregunté con desinterés.

—Será en la manada Blood Moon, al norte de Rusia— giré mi rostro tal como Regan McNeil, la niña de "El exorcista".

—Rusia— asintió —¡Me encanta Rusia! Amo los climas fríos y allí el 90% del año hace frío. ¿No es emocionante?

—¡Claro que no! ¿Quién quiere frío casi todo el año? Prefiero el calor.

Al final, lo bueno de todo esto es que voy a sacar muchas fotos. ¡Esto sí que me gusta!

Pasamos todo el transcurso del viaje hablando de diversos temas. Había estado tan ansiosa por el tema de las alturas que no había pegado un ojo en toda la noche. El cansancio me hacía hablar como un Zombi y mi madre no aflojaba la lengua. Creo que mis ojeras fueron clave para hacerla cerrar la boca por fin y poder descansar hasta nuestra llegada.

Cuando abrí los ojos me di cuenta de que ya no me encontraba en el avión. Una habitación de hotel muy amplia me acaparó la visión. Era realmente hermosa y cómoda, con una cama mullida y muy suave.

Con esfuerzo me levanté para buscar a mis padres a los cuales no había visto desde que caí desmayada del sueño en el avión.

—¿Qué haces, Lyanna? ¡Apúrate! Tenemos que alistarnos para ir a la fiesta. ¡Mira la hora que es!— con una rapidez alucinante comenzó a sacar el maquillaje de la maleta. De la nada se detuvo —¿Qué esperas, niña? No hay invitación — no me atreví a refutar nada. La señora era complicada y capaz de quedarse aquí por horas discutiendo.

—Madre, ¡no exageres! No quiero parecer un payaso— me rehusaba a usar ese vestido pomposo que sostenía en sus manos. Toda la vida había tratado de que me vistiera como una princesita cuando yo no lo era, y nunca lo sería.

Suspiró cansada, —Ve a bañarte. El tiempo en este momento es oro— salió de la habitación para terminar de prepararse ella también.

Luego de casi dos horas y cuarenta minutos estábamos listas. Me gustaba mi vestido. Era largo, negro y sencillo pero muy bonito. Un maquillaje ligero y mi cabello suelto con un peinado hacían la diferencia. Mi look era el lado oscuro de la Luna y el de mamá era luz, si así lo podía describir.

Blood Moon ©. [ EN PROCESO DE EDICIÓN ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora