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Estaba recostada en mi cama dormitando plácidamente, estaba consiente de que estaba despierta, pero mis sabanas me pedían desconsoladamente que me quedara con ellas.
De un momento a otro, la puerta se abrió sobresaltandome.

- ¡¡Tanti auguri a te, Tanti auguri a te, buon compleanno caro Tina, Tanti auguri a te!! - cantaron mi familia entrando a mi habitación.

- Grazie - dije levantándome para abrazarlos, pero, si la matemática no me falla, faltaba uno en esa ronda, Jaz - ¿donde...- no pide terminar porque Nate puso su dedo índice sobre mi sobre mis labios y luego me señaló la puerta. Jaz venía con una torta y un regalo. No lo podía creer, digo, mi familia siempre fue cariñosa y todo, pero cada año me sorprenden más.

- ¡Felí cumpaño Tina! - dijo con ternura, extendiéndome la torta. Me acerqué para ver lo que decía, "Caíste, cortesía de tu hermano".

- ¿Qué... - no pude terminar, puesto que mi cara quedó enterrada en toda la torta, pero no me podía enojar, ese gusto no se lo daría a Nate.
Me reincorporé y quité un poco de crema que quedó en mi nariz, no me dejaba respirar. Luego, lamí mi boca, en esta había una gran cantidad de merengue y crema - ahora vuelvo - dije para, acto seguido, ir hacia el baño, me lavé toda la cara, la seque, y aquí no paso nada. Pero no se la Bi a a dejar pasar tan fácil, mas tarde me vengaré, y no habrá nadie que lo salve.

- No estás enojada, ¿verdad? - preguntó Nate temeroso por mi respuesta.

- No, a sido solo un simple juego, no se compara con otras bromas - dije restándole importancia.

- Conozco esa actitud, planeas vengarte - me acusó señalándome con su dedo.

- ¿Vengarme? ¡Nha, que flojera! Mejor me siento aquí y veo como el karma se encarga de joderte - Nate me miró desconfiado, pero luego pareció confiar y volvió a la normalidad, ja, pobre ingenuo.

- La fiesta ya está lista, tu elijes si va a ser cena o almuerzo - dijo mamá con una gran sonrisa.

- Cena - dije decidida - todavía tengo que invitar a otras personas y terminar de decidir entre los dos vestidos que tengo.

- Bien, tu haz eso y danos la lista de los invitados que faltan, así los contactamos - dijo mamá. Hice justo lo que mandó.

- Pero me dejan a Jaz aquí - le dije a los tres mayores.

- Como gustes - dijeron los tres al unísono saliendo de la habitación dejándonos a mi y a Jaz solas.

- Bien Jaz, tu me ayudarás a elegir, quédate aquí, yo me cambio y salgo, no toques nada que no debas - ella asintió y sonrió angelicalmente. Me dirigí a mi ropero y saqué las perchas donde tenía los vestidos.

 Me dirigí a mi ropero y saqué las perchas donde tenía los vestidos

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Cuidado con lo que deseasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora