la boda de mi mejor amigo (johnlock)

palacio mental

Era imposible no pensar en John incluso en su palacio mental, donde se encontraban todos los momentos que habían pasado juntos, archivados y guardados dentro de un cuarto exclusivamente para el.

John llevaba un buen rato hablando con él intentando que le prestará atención, pero Sherlock no movió ni un solo músculo, hasta que el pequeño le susurró en el oído un te amo.

De pronto el detective abrió los ojos, desconcertado por aquellas palabras, sus mejillas enrojecidas daban mucho de que hablar, se notó al instante el nerviosismo de ambos, mirándose uno al otro sin despegar la vista.

Así paso un rato hasta que Sherlock invitó a su compañero a ir a un pequeño restaurante a comer.

Ambos se dirigieron a la puerta del hotel, mientras bajaban por el ascensor el silencio era un tanto incómodo, pero después de un rato todo regreso a la normalidad, pronto caminaron por las calles llenas de gente.

Una mujer de pronto soltó un grito cuando un motociclista le arrebató el bolso, eso puso a ambos en busca del hombre para recuperar el bolso de la mujer, el cerebro del pelinegro ya había hecho un mapa mental para poder encontrar la ruta más rápida antes de perder al hombre de vista.

Como siempre ambos se adentraron en aquella búsqueda, corrieron hasta por fin poder atraparlo, no fue tan complicado todo gracias al tráfico terrible que existe en la ciudad de Mexico.

Le llevaron el bolso a la mujer quien agradeció a ambos para después tomarse una selfie para ponerla en su instagram, ambos quedaron completamente exhaustos, aunque terminaron riendo como siempre, estás eran las mejores vacaciones para ambos, aunque siendo sinceros al detective le dolía en el alma que jamás podría tener a su mejor amigo a su lado de esa manera, algunas veces pensaba en lo mucho que amaba a su compañero, sería extraño decir todo aquello en voz alta cuando todos hasta el mismo creían que no tenía emociones, era tan triste saber amar a una persona y no poder decirle lo mucho que sentía hacia el, su corazón se partía en mil pedazos al darse cuenta de que todo terminaría en un par de días.

Además no podía brindarle la calidez que Mary le daba, tan emocional como física, el solo podía darle una vida llena de peligro, en donde siempre había la oportunidad de salir heridos, golpes sangre y alguna que otra bala podía darles en el proceso, solo eso, jamás podría competir con ninguna mujer por la atención del rubio, ellas le daban lo que a él le era difícil ofrecer, sentimientos.

Salió de su trance mental cuando John le comento que tendrían que ir a comprar algo de ropa de verano ya que el calor era  insoportable, pronto se encontraron en un tianguis donde compraron shorts y unas sandalias.

También se probaron unas gafas de sol y unos sombreros, los shorts de Sherlock le quedaban sumamente cortos pero aún así lucía atractivo a los ojos del rubio quien lo miraba de reojo divertido por ver como lucía con las gafas de sol.

 Por fin después de comprar un poco de todo, y comer comida de cada puesto, decidieron ir al hotel, ya era bastante tarde y aunque era tentador quedarse en la calle y tener persecución buscando ladrones y esas cosas que tanto le gustaban al detective, por fin se fueron al hotel para descansar en su cama y quizá terminar de ver el programa del otro día, aunque el pelinegro no lo admitía le interesaba saber cómo la protagonista había salido de aquel lugar en donde se encontraba cautiva.

John pidió algo de botana a la habitación, cacahuates, papas y una botella de tequila, era la primera vez que tomarían aquella bebida embriagante, pronto en cuanto llego la bebida John le propuso al rubio un juego de póker el juego consistía en que la persona que fuera perdiendo tenía que quitarse una prenda, además de tomar un caballito de tequila, la idea era tentadora, ver a John desnudo sonaba bastante bien, ambos aceptaron, poniendo en marcha aquel juego.

Jamás se había sentido con tantas ganas de ganar un juego, pero lamentablemente la primera ronda la ganó el rubio, el pelinegro se tomó  la bebida que quemó su garganta, y se quitó un zapato, el rubio hizo una cara de desepsion al ver que solo era un zapato, pronto comenzó a perder, las prendas empezaron a desaparecer hasta que ambos reían a carcajadas.

Sherlock solo llevaba sus shorts y Jhon sus boxers blancos, se recostaron en el piso mirando hacia el techo aún riendo, hasta que John se subió encima del cuerpo de Sherlock, se miraron a los ojos, el detective intentaba deducir a su compañero, pero no sabía que pasaba por su mente.

De pronto salió de su boca solo dos palabras, te amo, se acercó lentamente a el.

Sentía su respiración tan cerca, su corazón galopaba a toda velocidad, de sus ojos cayeron lágrimas, sus labios por fin se juntaron al principio lento tan suave, le hacía falta la respiración, se notaba que no era un experto pero su compañero vaya que lo era.

Se dejó guiar, gemía al suave tacto de sus labios, sus manos poseídas por la pasión acrecentada subían y bajaban por su espalda hasta quitar la única prenda que le evitaba verle completamente desnudo, acariciaba su trasero apretándolo más a su cuerpo, todo esto sin dejar de besarlo.