de vuelta a casa

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Cuando Sherlock vuelve a casa, intenta por todos los medios volver a las andadas con su mejor amigo, intentando que todo sea como antes, pero después de varios intentos por llamar la atención del rubio, da por concluida aquella etapa.

Después de ver que las cosas con la nueva chica que está John van en serio, no solo eso sí no que su amigo le termina pidiendo ser el padrino de su boda.

Aún cuando habla con la señora Hudson y ella le habla de la historia que tuvo cuando era joven con su mejor amiga, de como las cosas cambiaron después de que ella se casará y que jamás la volvió a ver después de ese suceso.

Le menciono qué las cosas cambian cuando se está uno casado, aún así el detective era incrédulo, nunca se imaginó que su queridísimo amigo ahora se estaba alejando más de el.

Comenzó a creer que realmente todos tenían razón, las cosas jamás serían como antes.

Odiaba el hecho de ir a un caso solo, se había acostumbrado a estar con John todo el tiempo.

Incluso había días que hablaba sobre un caso con el mientras el pequeño se duchaba, el rubio le había regañado en varias ocasiones por entrar al baño, diciéndole que necesitaba espacio, pero el detective pasaba por alto todo lo que le decía hasta que por fin John se había acostumbrado a verlo hasta en la sopa.

No podía creer que estuviera perdiendo a su amigo al único que había tenido, el mejor de todos, su mano derecha, su compañero, su querido Watson.

Por fin después de meditarlo decidió que si iba a perderle entonces haría de esos últimos días a su lado los más maravillosos, si alguien escuchará esa declaración del detective creerían que dramatizaba demasiado.

Lo planeo todo compro unos boletos de avión y juntos se fueron a recorrer México, su compañero dudo un poco al escuchar la propuesta pero al final termino por seder, llegando ahí fueron a varios museos.

Sherlock se sentía como niño pequeño al descubrir los peligros de cada rincón, al parecer México era un lugar en donde ocurrían diferentes casos muchos de los cuales quedaban impunes, siendo archivados, muchos de ellos ni siquiera salían a la luz.

En cambio su compañero disfrutaba de la comida callejera, cada uno disfrutando a su manera del lugar, habían reído mucho en el proceso.

El pelinegro quedó sorprendido al escuchar las historias de los asesinos seriales más conocidos, como la mata viejitas, y alguno que otro caso reciente, incluso las historias urbanas y la política lo dejaban cautivado.

Después de que su mente contemplará todo aquel entorno por fin el y su compañero de aventuras de dirigieron a dormir a la habitación del hotel que había reservado, lo había hecho de último momento así que ninguno se sorprendió cuando les dijeron que tendría que compartir la cama, a ninguno le molestó, al fin y al cabo varias veces se habían quedado dormidos juntos en el sofá.

A John le gustaba de sobremanera el cine, sobre todo las películas de criminales, vaqueros, la ciencia ficción entre otros, ambos disfrutaban viendo aquellas películas incluso el rubio se había acostumbrado a las quejas del rizado, quien criticaba cada detalle, aunque al final terminaran riendo ambos por actos tan inverosímiles, había días en que veían maratones completos en Netflix y aunque al rizado al principio se mostró un poco molesto por la idea, termino por caer en el vicio de ver mentes criminales, Bones, sinner entre muchos otros programas de criminología y ciencia forense, aunque si se lo preguntara Greg o Mycrof lo negaría rotundamente.

A John le regreso a la mente todas esas noches en vela viendo programas de televisión junto al rizado, aquello le provocó nostalgia, pero en que pensaba, si llevaba consigo su computadora, juntos podrían ver en la cama alguna serie, se lo propuso al detective quien asintió con la cabeza y una sonrisa se dibujó por su rostro.

Ambos se recostaron en  la cama, llevaban un buen rato pensando que ver cuando de pronto John puso una de las sugerencias al azar.

La serie se llamaba OA de ciencia ficción, a Holmes le intrigó la serie, aunque empezaba un poco lenta, terminaron por ver un par de capítulos hasta que el sueño los venció, pusieron la laptop en la mesita de noche, por fin ambos cayeron rendidos.

La luz se asomaba por la ventana, deslumbrando sus ojos, el detective los abrió de poco, se dio cuenta de que el olor de John penetraba su nariz, su shampoo de aroma floral que habían comprado en el supermercado, sujetaba al rubio por la cintura, ¿que era aquel bulto entre sus pantalones? termino de abrir los ojos para darse cuenta que se encontraba sujetando la erección matutina de John entre sus manos, su compañero aún se encontraba en los brazos de Morfeo, en lugar de soltarlo ejerció más presión, su cuerpo hacia cosas que su cerebro no razonaba, se dejó llevar por aquella sensación, siguió frotando con más impetú, aunque tal vez no de la manera deseada.

Los gemidos del pequeño eran más fuertes, quería tocarlo más, sentir el contacto de su mano con su piel, introdujo una mano en el pijama del rubio y su boxer, se sentía tan duro y húmedo, quería pensar pero parecía absorto ante la situación, como poseído por el deseo, aquel que jamás sentiría por nadie más que no fuera su queridísimo Watson, siguió con los movimientos, ahora el también se encontraba igual o más excitado que su compañero, quien no abrió los ojos en ningún momento, quería más, así que bajo los pantalones del rubio, liberando por completo la erección que apretaba cada vez más en los pantalones, con su mano libre también quitó los suyos y su ropa interior dejandose llevar por la lujuria el deseo y la pasión, recargo su erección en las nalgas de su compañero sin penetrarlo solo restregandose mientras seguía masajeando la erección cada vez más rápido, pronto estaban empapados en sudor, gimiendo más fuerte, mientras el rizado mordía ligeramente la espalda de su amigo, no se podía contener más aunque lo intentaba, por fin ambos quedaron vacíos, la mano de Sherlock estaba llena del semen del rubio, mientras que todo el líquido viscoso del detective quedó depositado en los glúteos del pequeño.

Se levantó lo más rápido que pudo y tomo papel limpiando el cuerpo de ambos, agradecía que su amigo tuviera el sueño pesado.

Tomo una toalla no sin antes poner el pijama a John, se dirigió al baño dándose una ducha helada, cuando volvió a la habitación su compañero le miraba con una gran sonrisa, le pregunto cómo había dormido a lo que el pequeño le contesto que de maravilla lanzando una sonrisa coqueta y una mirada pícara, tomo una toalla y le dijo al detective que se daría una ducha, ya que se sentía un poco pegajoso, aquella frase hizo que el detective se paralizará durante unos minutos.

Seco su cuerpo húmedo y comenzó a vestirse, cuando terminó el rubio salió del baño con solo una toalla envolviendo su cintura, dejando ver su hermoso cuerpo que aún poseía músculos, y el abdomen ligeramente marcado.

Sherlock intento disimular las miradas de lujuria en sus ojos, al darse cuenta que no podía más salio de su habitación, le dijo a John que iría a conseguir algo para comer, se sintió tonto al darse cuenta a medio camino que no llevaba las llaves ni su cartera, así que regreso, tocó la puerta, solo habían pasado unos segundos, así que cuando el rubio abrió la puerta, sus ojos se abrieron de par en par al ver a John con nada más que su boxer, el rubio al darse cuenta del sonrojo por parte del rizado solo le dio una pequeña risa, le dijo que le esperará y que juntos irían a comer tacos, así que intento apagar su mente no le quedaba más opción que sentarse en el sofa.

Cerró los ojos y se transporto a su palacio mental así podría evitar el contacto visual.

la boda de mi mejor amigo (johnlock)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora