Capítulo 1

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DYLAN

Salí del trabajo, y antes de ir a casa fui por un regalo para Thomas, mi novio, es nuestro aniversario. Pasé por una panadería, compraría una torta de chocolate. Amo el chocolate más que a Tommy, no vayan a decirles eso o me mataría.

Mi novio había estado mandando mensaje en casi todo mi horario laboral, pidiendo sin falta que luego de salir del trabajo fuese especialmente a casa, tenía algo que comentarme. Espero que no sea que quiera dejarme, no hoy que es nuestra fecha especial.

Soy comentarista deportivo, y fanático de los Mets. Thomas es maestro de artes escénicas, todo un dramático.

Cuando llegué a casa, no fue Thomas quien me recibió, sino el olor a comida quemada, él no era bueno en la cocina, era pésimo.

—¿Voy pidiendo la pizza? —pregunté, abriendo las ventanas de la cocina.

Thomas es rubio, delgaducho y con una cara de niño, a pesar de ser más grande que yo, se veía mucho más jóven.

Él se quitó con desagrado el delantal de cocina.

—Quería prepararte una comida rica en nuestro día especial pero soy un asco en esto.

Me acerqué a él para besar su boca.

—No lo eres... Sí, eres malo pero no un asco —al menos con mis palabras lo hice sonreír.

—Te amo.

—Y yo a ti —me saqué mi chaqueta para dejarla colgada en la sala—. Me iré a duchar.

—No dudes en llamarme si necesitas ayuda —gritó desde la cocina—. Iré pidiendo la pizza.

No tarde mucho en la ducha, soy de bañarme rápido, cuando era adolescente si tardaba demasiado, pero ahora ya no y mucho menos cuando había pizza esperándome para la cena, además de que Thomas podría comérsela solo.

Regresé a la sala, Tommy estaba mirando televisión recostado en el sofá. El timbre sonó, y él ni se inmutó, rodeé los ojos porque ni de chiste se levantaría del sillón.

—Tranquilo, Tommy, no te apures, no quiero que te caigas —abrí la puerta. Frank, el repartidor de siempre sostenía la caja en la mano.

—Hey, Dyl —saludó amablemente—. No me digas que lo intentó otra vez.

Como dije antes, Frank siempre venía, conoce los intentos de Thomas en la cocina, porque solemos pedir pizza cada vez que no le sale.

—Otra vez dándole en el clavo, Frank —le pagué, y él volvió a despedirse con simpatía, era un tipo agradable.

—Lo escuché —dijo el rubio, una vez que me senté a su lado—, cuando vuelva a venir le diré algo.

—Sería todo un milagro si lo hicieras.

Comenzamos a comer en silencio, concentrados en lo que sucedía en la televisión, Thomas aprovechó el espacio publicitario para volver a hablar.

—Quiero un hijo.

—¿Qué?

—Lo que escuchaste, Dylan —tomó un sorbo de agua—. Quiero tener un hijo contigo, un bebé nuestro.

—¿Eres conciente que ninguno de los dos pueden quedar embarazado, verdad? —pregunto por si las dudas. Thomas sale con muchas cosas hoy en día.

—Ya, hablo enserio... No sé, podríamos pagarle a una mujer para que lleve a nuestro hijo.

Lo dice como si estuviera hablando del clima, esto es algo que se tiene que hablar con más calma, sin embargo, la idea me gusta y mucho. No digo que siempre he querido ser padre porque eso es mentir, pero sí quiero formar una familia con Thomas, me imagino la situación y me parece hermoso.

No me voy a negar a ese pedido.

—Está bien.

—¡Genial! —levantó sus brazos con emoción—. Hablé con una amiga del trabajo, ella no puede tener hijos y puso un aviso en una página, y encontró a la donadora de óvulos perfecta, podríamos hacer lo mismo.

—Vale.

Por primera vez ví a Thomas correr, fue trecho corto, pero al menos se movió. Regresó con papel y lápiz en mano. Se puso a escribir, me alegra verlo entusiasmado.

—Listo —le echó otra leída al papel antes de pasármelo.

Leí en silencio:

"Somos Thomas y Dylan, una pareja homosexual que desean ser padres. Buscamos a una buena persona que quiera ayudarnos a cumplir nuestro sueño. A la persona que quiera llevar a nuestro hijo en su vientre, le diremos que nosotros nos haremos cargo de todos los gastos médicos y los que ella necesita, por otro lado, la paga será buena."

—Podemos poner nuestros números de teléfono para que contacten con nosostros y alguna que otra cosa para dar más confianza, ¿no? —volvió a hablar una vez que termine de leer.

Asentí, busqué mi computadora para pasar lo escrito en la página que Thomas me había pasado, al parecer se buscan muchas cosas, uno buscaba una heladera otro, alguien con quién pasar el rato, espero que esto sea confiable.

—¿Qué haces?

—Estoy escribiendo la nota —dije como si fuese obvio.

—Pero no puedes poner eso en el sector de autos, tienes que ir a la parte que dice "vientre de alquiler" —señaló la parte en dónde aparecía el nombre en rosa y con un bebé al final.

Hice click en la sección correcta, comenzando a escribir nuevamente.

—Espero que podamos encontrarla rápido, quiero un bebé.

—No te debes ilusionar rápido y tampoco esperes que elijamos a la primera que aparezca, conozcamos a varias y después decidimos.

—Lo sé.

—Tengo una duda.

—Dilo, Dylan, odio que quieras dar vuelta en algo —estaba un poco exasperado.

—¿Quién será el padre? —pregunté—. Es decir, el de los espermas, el que embarace a la chica.

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Es la primera vez que escribo algo así, y espero que les guste porque será una historia divertida (o al menos eso intentaré hacer), bueno no las entretengo más, nos leemos pronto.

Besos 💋


El Amor Viene De A Tres ||Dylmas + Holland Roden|| [En Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora