War of hormone

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- ¿Q-qué pasa? - pregunta Jimin algo impaciente, respirando con dificultad mientras tenía a Jungkook sobre él, después de una intensa sesión de besos.

La despedida antes de que Jungkook se fuera a sus clásicos talleres de verano se estaba descontrolando este año.

¡Ya estaban únicamente en boxers!

- P-puede entrar alguien... - responde el menor mirando hacia la puerta, evitando que Jimin volviese a apoderarse posesivamente de sus labios como solía hacerlo últimamente.

Con los años, la ternura poco a poco fue disminuyendo entre ellos para dar paso a la necesidad, al deseo y a la pasión.

Era lo natural.

Aunque Jungkook aun seguía avergonzándose cuando avanzaban más allá de los besos profundos.

Porque sí, ya habían explorado sus cuerpos más de una vez, pero aun sin llegar a hacerlo totalmente.

Aun así, ya se conocían por completo y la atracción entre ambos era enorme.

Sus cuerpos infantiles poco a poco se fueron formando con el tiempo, y ahora los dos estaban en muy buena condición física. Sus cuerpos eran sexys, dignos de dos chicos amantes del baile y los deportes.

Aunque por otra parte, sus caras de bebés permanecían ahí, intactas.

- Pero... no nos veremos en tres semanas, Koo...

- Chim...yo... n-no estoy listo aun...

Jimin suspira.

En serio amaba a ese chico, pero la abstinencia en la que lo tenía estaba afectándolo.

Su mano ya no era suficiente para satisfacer sus necesidades de adolescente hormonal.

- ¡No te enojes! - dice Jungkook acurrucándose en su pecho desnudo al ver el ceño fruncido de Jimin.

- No me enojo... - responde Jimin abrazándolo - Pero no puedes culparme por querer hacerlo contigo. Te amo, Jungkook.

- Y yo a ti - Jungkook se muerde el labio.

- ¿Entonces?

- Mi mamá y mi tío están...

- ...en el supermercado - completa Jimin - Y sabes bien que siempre se demoran mucho por no ponerse de acuerdo. Además, hemos estado solos varias veces y aun así te echas para atrás...

Jungkook hace un puchero y su mentón comienza a temblar ligeramente.

- Dime la verdad... - le dice Jimin separando el abrazo y sentándose en la cama con las piernas cruzadas, siendo imitado por Jungkook, quedando frente a frente.

- ¿Qué pasa, mi amor? - pregunta Jimin con cara de preocupación acariciando su mejilla.

Jungkook se sonroja, pero cerrando los ojos decide confesar sus miedos.

- ¡M-me... m-me va a doler~!

Jimin lo mira atónito.

¡No podía tener la misma respuesta de cuando tenía 11 años y se enteró de cómo se hacían los bebés!

¡No podía!

Entonces comienza a reir.

Tacha eso último, comienza a retorcerse de risa.

- ¡No te rías! - se queja Kook indignándose - ¡Solo imáginalo! ¿Cómo te sentirías si un pepinón caliente se te mete en el culo una y otra y otra vez?. ¡Dios!. ¿Cómo la gente no se desgarra, eh? ¡Soy un chico de piel delicada! ¡Mi piel es delicada, Park Jimin!

- Yah, ¿sabes lo que es el placer, verdad? - responde Jimin cuando se calma - ¿Recuerdas cuando nos masturbamos? Bueno, eso que sentiste al venirte esa vez se triplica con el sexo anal. No puedo negarte que dolerá al principio pero amor... ¡Se supone que el placer y la satisfacción experimentados son sorprendentes. ¡Más aun si lo haces con quien amas!

- Ash... aun así... - dice Jungkook bajito mirando hacia abajo - Yo no...

Jimin bufa rendido, una vez más.

Suspirando se coloca su ropa y luego se dirige al rincón de Mochi, para despedirse también del conejo que acompañaba siempre a su amo.

- Ah~, querido Mochi, espero que New York, te siente bien este año - comienza a decir acariciando su suave pelaje - Yo me quedaré aquí, solo, triste y abandonado lo que queda de verano. Un pobre chico en la flor de la juventud en abstinencia, ¿triste no? - continúa, victimizándose.

Jungkook que escuchaba todo mientras se vestía, comienza a enfadarse poco a poco con cada "lamentación" de su novio.

- Es triste porque todos mis amigos ya lo han hecho. ¡Incluso Taehyung! - exclama Jimin como si aun no lo creyera - ¿Sabes?, a este ritmo creo que definitivamente moriré vírgen...

- ¡YAH! - suelta Jungkook lanzándole una almohada en la cabeza.

- ¿¡Yah, qué!? - responde Jimin desafiante, lanzándole la almohada de vuelta y poniéndose de pie, al igual que Jungkook.

¡Las hormonas afectaban todas sus emociones!

- ¡Quizás no sea tan mala idea! - exclama el castaño enfadado - ¿Sabes qué? ¡Es perfecto!. ¡Si los sacerdotes y las monjas pueden estar sin hacerlo nosotros también! ¡Con besos y manoseos deberías estar agradecido!

- ¡Perfecto, muchas gracias! - responde Jimin - ¡Quién necesita el mugroso sexo para ser feliz!

- ¿¡Vamos a querernos siempre, cierto!?

- ¡Siempre, maldición!

- ¡Te amo, nalgón idiota!

- ¡Y yo a ti, conejo estúpido!

- ¡Agh!, ¡Vamos a comer, demonios!

- ¡Vamos, maldita sea!

Ambos se toman rudamente de las manos y se dirigen con pasos marcados a la cocina, murmurando maldiciones.

La guerra de hormonas los tenían así.

Enloqueciendo de tantas emociones.

Una vez en la cocina, Jungkook comienza a preparar unos sandwiches y Jimin busca los refrescos.

Poco a poco, y como por arte de magia, sus ceños fruncidos se van aligerando hasta que Jimin suelta una risita, contagiando a Jungkook.

De inmediato se sitúa tras el menor y lo abraza por la espalda.

- Te voy a extrañar - murmura Jimin, dejando un suave beso en el cuello de Kook.

- Y yo a ti - responde el menor y se voltea para besar profundamente los labios de su novio, siendo inmediatamente correspondido.

El enojo se esfuma por completo, pues estando así de juntos solo el amor que se tenían importaba.

Porque sus sentimientos eran reales y fuertes y así seguiría siempre, a pesar de cualquier cosa ...






























Mientras tanto en el supermercado...

- ¿Le dijiste, cierto Yoongs? - pregunta Jisoo mientras ambos esperaban su turno en la caja.

- Aun no, Jichu.

- ¡Pero Yoongi! - se queja la pelinegra - ¿Entonces él aun cree que viajan hoy?

- Sí... pero tranquila. Cuando lleguemos a casa hablaré con él.

- Yo solo quiero ver a mi hijo feliz, bro. Asi que nada de presiones, ¿eh?

- Lo sé. Pero estoy seguro que aceptará. Es lo mejor...















Anuma 👀

Mascotas Cupido - JikookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora