—Encontré algo que tal vez nos sirva —anunció Dean al entrar en la biblioteca, alzando el viejo diario en alto. Sam y Mary estaban reemplazando las bombillas de luz que habían explotado, mientras Jack barría los vidrios rotos—. ¿Qué rayos sucedió aquí?
—Sobrecargaste el sistema eléctrico del búnker, eso sucedió —dijo Sam, tajante—. Mira, Dean, no sé ni quiero saber qué demonios hiciste, pero convertiste este sitio en un campo de batalla.
—Era como el cielo del Cuatro de Julio, pero aquí dentro —añadió Jack, sonriendo con inocencia.
Dean se los quedó mirando perplejo. Tenía la vaga idea de haber visto chispazos a su alrededor, pero estaban en un espacio mental, no pensó que eso estuviera sucediendo en el mundo real. No había notado las bombillas rotas en su cuarto, pero a decir verdad la visión angelical lo había tenido entretenido.
—Em... ¿Lo siento? —se disculpó sin sentirlo en absoluto. Esquivó los vidrios que aún les faltaban recoger y tomó asiento en una de las sillas de la biblioteca—. Deja eso y ven aquí, Sammy —le ordenó, haciendo un gesto con la mano para que se acercara. Sam obedeció a regañadientes—. Mira lo que encontré en mi cuarto. Es un diario de un Hombre de Letras... Camilo Keres —dijo, chequeando el nombre inscrito en el interior de la tapa de cuero, y luego le arrojó el cuaderno.
Sam se sentó a su lado y cuando comenzó a hojearlo, sus cejas dieron varios saltitos.
—¿De dónde sacaste esto?
—Estaba escondido en el muro de mi cuarto, protegido con un acertijo en enoquiano.
—¿Lo leíste?
—Nop. Pero sé que el hombre que lo escribió estudiaba a los ángeles. Estaba obsesionado con ellos —aseguró, mirando las uñas de Castiel con aires de eficiencia.
—¿Y cómo lo sabes si no lo leíste? —preguntó Sam, intrigado. Efectivamente, a juzgar por las fechas de las entradas en el diario, que databan desde comienzos de 1900, sí se trataba de un Hombre de Letras, que había dedicado gran parte de su vida al estudio de los ángeles.
Dean dirigió los brillantes ojos azules de su amigovio hacia Sam y sonrió con picardía.
—Es uno de los beneficios de tener algunos de los poderes de Cas. Puedo «leer la energía» de las cosas con solo tocarlas.
Sam y Mary lo miraron sorprendidos, y Jack, que ya había terminado de limpiar, se sentó del otro lado de la mesa y dijo, sonriente, «Yo también puedo hacer eso».
—Chócala, chico —rio Dean, extendiendo un puño en su dirección. Jack ladeó la cabeza, dudó por un momento y luego hizo lo que Dean le pedía. El rostro de Castiel sonrió satisfecho—. Sé que el tipo era extranjero, que se unió a los Hombres de Letras sin ser un legado y que había estado en contacto con lo sobrenatural toda la vida. Pero tristemente nunca vio cumplido su sueño de conocer un ángel. Y también sé que en algún pasaje de ese diario, hay un Exorcismo de lo Divino que sirve para sacar ángeles y arcángeles de sus recipientes —concluyó con una sonrisa triunfante.
—Si eso es verdad, Dean, ¡podremos sacar a Michael de tu cuerpo! —dijo Sam con entusiasmo, comenzando a buscar página por página.
—Esa es la idea. Y Cas sabe que funciona porque Alastair intentó exorcizarlo con ese mismo conjuro hace años. Yo no puedo leerlo, eso afectaría a Castiel, así que tendrás que buscarlo tú. —Sam asintió en silencio, sin quitar la vista del libro en sus manos.
—Pero aunque saquemos a Michael de tu cuerpo, seguirá atrapado en la jaula, ¿o no? —señaló Mary.
—Llamaré a Rowena —dijo Sam, sin dejar de pasar las antiguas y desgastadas hojas.

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Voy contigo
FanficSiempre hay lugar para uno más... en el recipiente de Cas. coda 14x10 Sobre lo que Dean lee en el libro de la muerte y cómo terminar con Michael.