Capítulo 3

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Esperaba en una mesa de la cafetería a que Emilia saliera de su clase, mientras estudiaba el temario que el profesor de Literatura nos había mandado la semana pasada para ir adelantando el tema del libro

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Esperaba en una mesa de la cafetería a que Emilia saliera de su clase, mientras estudiaba el temario que el profesor de Literatura nos había mandado la semana pasada para ir adelantando el tema del libro. Había cogido todos los apuntes que pude aquel día, y eso que tener a un idiota dándome codazos en el brazo no era de gran ayuda. Ese mismo día, en la habitación, me hice mis propios apuntes como siempre hacia yo en el instituto.

Bebo un trago de mi café que, aunque no estaba tan bueno, era lo único que podía beber sin tener que vomitar por lo que daban en la cafetería. Ya había acabado la primera semana en la universidad.

Compruebo la hora en el móvil y de paso también aprovechaba a mirar si Emilia me había escrito. Se suponía que hoy era aquella fiesta a la que acepté encantada cuando Liam me habló de ella, bueno, y porque Connor no me diría lo que me gustaba o no.

La campana de la puerta avisando que alguien había entrado, resonó en toda la cafetería. Levanté la mirada esperando que fuera Emilia, pero mis esperanzas se fueron cuando en su lugar, quien apareció por la puerta, no fue ni más ni menos que el mismísimo diablo: Connor Evans. Tenía las manos en los bolsillos y un cigarrillo sin encender le asomaba detrás de la oreja. Parecía estar buscando algo o a alguien, cuando de repente su mirada se cruzó con la mía. Una sonrisa ruda y egocéntrica le apareció en el rostro. Aparto de inmediato mi mirada de la de él.

Toqueteé varias veces mi labio inferior con el bolígrafo verde que tenía en la mano. Estaba un poco nerviosa, y no sabía por qué. Sentí el sonido de unas botas caminando hacia mi dirección. Tenía la vista puesta en las hojas de mis apuntes que no me di cuenta de que alguien se había sentado donde estaba yo, hasta que noté una pequeña patada por debajo de la mesa.

Levanté la mirada hacia Connor que se había sentado frente a mí. Su brazo estaba colocado encima del respaldo del asiento y sus ojos no dejaban de observar los míos. Resoplé fuertemente cansada de tener su presencia delante de mí.

Eché mi cuerpo hacia atrás hasta apoyarlo contra el respaldo del sillón donde estaba sentada dejando de estudiar, porque sabía que con él no podría hacerlo en paz, y me llevé el café a los labios.

—Si estás buscando a mi primo, aquí no está —dije mirándole por encima del vaso.

Connor soltó una diminuta carcajada inclinándose hacia delante. Apoyó sus brazos sobre la mesa y después dijo:

—Ya sé que no está aquí muñeca.

—Deja de llamarme muñeca —expresé con toda la tranquilidad que aún me quedaba.

—He quedado aquí con Derek, y te he visto muñeca —respondió con una sonrisa egocéntrica.

Rodé los ojos soltando un suspiro. ¿Acaso no se cansaba de ser tan gilipollas? No, parecía ser que no.

—Pues entonces largo y déjame en paz.

—No seas tan maleducada muñeca, puedo esperarle aquí si me da la gana —habló acomodándose en el asiento como antes.

Love me, Baby #1 |Borrador 2020 ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora