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Baby Foster esta apunto de entrar a la universidad de California. Después de que su madre la abandonara solo puede confiar en dos personas: su padre y su primo.
Allí hará amistades y enemistades, p...
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El rasgueo de una guitarra se escuchaba nada más entrar en la casa. Hacía más de media hora o así que habíamos llegado y aparcado detrás de la de Jace que había venido antes que nosotros. La casa no era ni muy grande ni muy pequeña, era normal de ladrillos rojos. Cuando la miré antes de que entráramos, vi que era de dos plantas. Era bastante familiar y acogedora y solo eso me hacía recordar la manera en la que Evans había saltado diciendo que no quería venir y que nunca pensaba hacerlo replanteándome la misma pregunta desde que arrancamos la moto. ¿Por qué le había jodido tanto venir aquí? Por dentro era mucho mejor que por fuera. El olor a hogar desconocido era algo que me encantaba cuando entraba en una casa que no era mía. Por dentro sí que parecía más grande de lo que había supuesto antes si quiera de entrar.
Seguía escuchando el rasgueo de unos dedos sobre las cuerdas de una guitarra al mismo tiempo que la puerta de entrada cerrándose a mis espaldas, para luego sentir un brazo pasándose por encima de mis hombros. No debía ser la única en escuchar la casi melodía, porque de repente, al girar mi mirada hacia Connor, percaté en su mirada un atisbo de diversión y burla como la misma que tenía su hermano Jace.
Jace fue el que habló poco después mientras caminábamos adentrándonos más adentro.
—Ya está el capullo de nuestro hermano tocando.
¿Qué había de malo en que alguien tocada? Voy siguiendo a Jace hacia lo que supuse que sería el salón seguida de Connor, donde justo cuando entré dentro, un chico de más o menos la edad del insufrible o un pelín más mayor, se hallaba sentado en un lado del sofá. No le podía ver la cara bien debido a que la tenía agachada mirando los movimientos de sus dedos sobre la guitarra; pero parecía estar totalmente ajeno a nuestra presencia. Su pelo era un tipo de corte conocido como Man Bun*. Lo tenía recogido en lo alto de la cabeza con un moño pequeño —así que me dio a pensar, que no debía tener el pelo corto— y era de un color castaño claro tirando a rubio. Cuando por fin se percató de que no estaba solo, levantando su mirada verde como la de Connor y su hermano mayor, éste paso de sus hermanos a mirarme a mí. Enserio os digo que me sentía rara y fuera de lugar en aquel espacio que nos rodeaba. No tenía ni idea de que hacer a continuación, así que hice lo primero que me vino a la mente: le ofrecí una sonrisa pequeña a modo de saludo, y que este no dudó en hacer lo mismo. Tenía una sonrisa preciosa—las cosas como son— y parecía ser bastante simpático hasta lo que podía apreciar.
En ese momento, Jace salió de allí y se dirigió sin decir nada, a cualquier parte de la casa al mismo tiempo que Evans se sentaba en el sofá al lado de su hermano después de que estos se chocaran las manos haciendo una especie de saludo.
—Parece que quieres dejarnos sordos con tu mierda de música, eh capullo —habla Evans con un tono de burla y diversión en la voz.
El tipo no parecía molestarse por el comentario de su hermano, ya que en lugar de decirle nada, pasó de Connor y volvió a centrarse en mí que aún estaba de pies al lado del brazo del sofá. No tardó mucho en preguntar quién era:
